Ciudadanos lucha contra las conspiraciones, la “mano negra” del PP y los elementos

En la dirección de Ciudadanos (C´s) no ganan para sobresaltos. Si a raíz de la fallida moción de censura de Murcia, el PP desplegó una auténtica campaña de compra de votos y voluntades y siguió con una OPA hostil, que propició un goteo de cargos electos de la formación naranja que se han pasado al PP, con armas y bagajes, ahora le toca luchar contra las encuestas, contra los sabotajes a sus primarias e incluso contra las manifestaciones amistosas, como la realizada recientemente por el candidato socialista, Ángel Gabilondo.

Fuentes de la formación naranja trasladan sus sospechas sobre la posible “mano negra” que ha provocado esa auténtica “avalancha” de rivales frente a la candidatura en las elecciones primarias del portavoz en el Congreso, Edmundo Bal, que se proclamaba anoche vencedor, con casi el 90% de los votos. No les parece lógico que, pese a los momentos difíciles que se viven en Ciudadanos, haya aflorado un repentino y desmedido interés por competir por la candidatura a la Comunidad de Madrid, cuando se supone que el líder de los naranjas en la Comunidad, Ignacio Aguado, se retiró de la carrera para dejar paso al que consideraba “el mejor”. Nada pueden criticar públicamente quienes ponen por bandera el sistema de primarias como el más democrático. Y mucho menos C´s, formación que ya se vio inmersa en un supuesto pucherazo en la carrera de primarias realizada en Castilla y León, a las que concurrió la ex consejera del PP, Silvia Clemente. Pero tienen la mosca detrás de la oreja y sospechan que el PP puede estar detrás de cualquier “juego sucio” que les afecte. Con todo, uno de los motivos que esgrimieron ante Aguado quienes le sugirieron que diese ese paso al lado que ha dado, fue precisamente que, con él, la posible vía de acuerdo con el PP en la comunidad de Madrid, quedaría cegada.

Al otro lado del espectro político, el PSOE con el que pactaron la moción de censura en Murcia, desencadenante de todo el terremoto político que puede llevarse por delante a los naranjas, tampoco resulta ser “de fiar” para la actual dirección de Ciudadanos. De hecho, ayer mismo, en los cuarteles de Inés Arrimadas, se veía con aprensión ese “arranque de sinceridad” del candidato socialista, Ángel Gabilondo, quien dijo que su deseo era pactar un Gobierno con Ciudadanos y con Más Madrid, no así con Pablo Iglesias, por su radicalidad. Lejos de interpretar las palabras de Gabilondo como una mano tendida, lo entendían como las palmas extendidas de los socialistas para poder pescar todos los apoyos de ex votantes de C´s que no se hayan pasado todavía al PP de Isabel Díaz Ayuso.

Vista la polarización que preside la precampaña y que dominará también la campaña electoral, Ciudadanos lanzó a Bal para tratar de mantener el voto moderado y salvar el 5% que exige la Ley Electoral en Madrid, para poder obtener representación parlamentaria. Pero el candidato “soso, serio y formal” pesca también en esos caladeros de centro moderado, que es el espacio que van a dejar libre entre Ayuso e Iglesias.

Por último, en C´s ven otro “enemigo declarado” en la demoscopia. Uno de los miembros de la dirección asegura que “esos sondeos realizados en dos tardes que pretenden dejarnos fuera de la Asamblea de Madrid, más que reflejar la realidad, sirven a los intereses de unos cuantos que nos quieren ver fuera y pretenden que las encuestas influyan en el electorado y no que recojan su estado de opinión”.

Ciudadanos tendrá que luchar contra los elementos, contra sus enemigos reales e incluso contra los ficticios, contra encuestas y contra viento y marea, en la campaña de Madrid. De su resultado dependerá muy probablemente su futuro. Y los dirigentes de la formación naranja lo saben.