Cuartopoder, nosotras somos wapas?

  • "Nos preguntamos qué otro medio habría hecho un hueco a nuestro mamarrachismo y dado voz a nuestro activismo de purpurina"
  • "Cuartopoder es uno de esos medios que permite escribir desde las entrañas, que nos ha permitido escribir desde donde hemos querido y nos hemos sentido a gusto"
  • "Cuartopoder nos ha brindado la oportunidad que la academia muchas veces nos niega: escribir juntas, cuestionar la autoría individual como único lugar posible para el conocimiento"

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Hace más de dos años comenzamos nuestra andadura por cuartopoder. Después de nuestro videoclip dedicado a la Butler, y a todes les amigues con les que hemos compartido aprendizajes académicos y activistas, nos consagramos como artistas mamarrachas. Con nuestra oda a “El género en disputa” expresamos nuestro deseo de salir en otro libro de la Butler. Poco tiempo después, estas cuatro postpotorras, manifestamos que queríamos escribir un artículo en cuartopoder y nuestras amigas del medio nos lo concedieron. Ahora, apenadas por el cierre del periódico, nos ponemos los tutús y boas de plumas para despedirnos con brilli brilli. Nos preguntamos qué otro medio habría hecho un hueco a nuestro mamarrachismo y dado voz a nuestro activismo de purpurina. En este periódico hemos escrito sobre temas de la talla del cuerno de nuestros unicornios.

Nuestro carné de la biblioteca no es el único que ha sufrido penalizaciones (nos podía el ansia de tener a la Butler en casa aunque fuese para decorar la estantería). Como os contamos hace un par de veranos, también nos ha pasado con el carné feminista, pues hay señorías ilustradas que nos consideran el eje del mal queer(er). Malamente es también visto a veces no saber quién es alguna teórica feminista consagrada, aunque ya os decimos que si se trata de concursantes de la isla de las tentaciones no fallamos una. Donde también nos quitaron todos los puntos fue en el apartado de heteronormatividad en la escuela, tal y como compartimos en ¿Cómo sería la vuelta al cole postpotorra?. Felizmente suspensas seguimos en la asignatura, y más emocionadas todavía de habernos encontrado en este fracaso desviado colectivo. Porque aunque somos la familia elegida, también toca a veces sentarse a la mesa con la no elegida, y en esa siempre te sale algún personaje indeseable. A nuestro listado de hace dos inviernos añadiríamos las nuevas versiones que el covid nos ha dejado. Mención especial para el cuñao negacionista de turno que, ante la conspiración pandémica, tiene clara la elección: pastilla roja o pastilla azul, comunismo o libertad en esta, nuestra Comunidad.

Mantenemos que no existe un afuera del discurso y que siempre, aunque tratemos de ocultar las marcas subjetivas de lo que escribimos, hay un lugar de enunciación. Cuartopoder es uno de esos medios que permite escribir desde las entrañas, que nos ha permitido escribir desde donde hemos querido y nos hemos sentido a gusto. A lo largo de nuestro camino escribiendo artículos nos visibilizamos frente a la derecha tránsfoba y frente a quienes ahora comparten su misma mesa en charlas donde deciden no escuchar a quienes pedimos a gritos más derechos para todes. ¿Qué otro medio nos hubiera permitido escribir desde nuestra sinceridad más absoluta sin tener que ocultar o que matizar nuestro contenido por miedo a perder financiación? Cuartopoder es y siempre será un ejemplo de periodismo del de verdad, del que permite críticas, opiniones y no tiene miedo de alzar la voz por la justicia social. Nos dieron voz para poder hablar situadamente (trá trá) de las resistencias bibolleras y feministas que se dan en fechas tan señaladas como el 8M, el 26A y 25N.¿Os acordáis de aquella vez en la que lanzamos purpurina al autobús de Hazte Oír junto a nuestras compas bolleras? Qué inocentes éramos al creer que íbamos a poder frenar a la ultraderecha. En este texto que escribimos ahora a modo de despedida, confesamos que volveremos a salir y que tenemos nuestros tanques llenitos de purpurina, plumas y confeti para decirles, una y mil veces más, que NO PASARÁN.

Pero no solo ha sido un espacio donde dar voz a nuestras vivencias activistas y académicas. Cuartopoder también nos ha dado un espacio donde ser moñas, compartirnos y explorar nuevas formas de hablar sobre el amor, desamor, amistad, afectos. Es precisamente el amor y los afectos lo que nos trajo hasta aquí; para comenzar a escribir juntas y hacerlo ahora despidiéndonos de vosotras: quienes nos disteis voz y quienes nos habéis leído. Porque si algo hacemos las postpotorras -creemos que bien- es juntarnos con gente que nos coge la mano e invita acompañarlos.

Han pasado muchas cosas en dos años largos, entre ellas, una pandemia que nos hizo resintonizar nuestros cuerpos a distancia y replegarnos en los cuidados. Con idas y venidas en la escritura de nuestros artículos, hay algo que siempre se ha mantenido: nuestra apuesta por la escritura colectiva. Organizar nuestros tiempos, palabras y vulnerabilidades a ocho manos, las mismas que, mientras teclean al unísono, se cogen entre sí para sostenerse. Cuartopoder nos ha brindado la oportunidad que la academia muchas veces nos niega: escribir juntas, cuestionar la autoría individual como único lugar posible para el conocimiento (y el mamarrachismo). Gracias por haber hecho del periodismo un lugar más accesible, polifónico y postpotorro. Pa’ wapas vosotras.

 

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