Una mano tendida para las personas desplazadas en pandemia: “Todos necesitamos una motivación”

  • Durante la pandemia, la ONG Refugees Welcome ha proporcionado una ayuda económica y un acompañamiento personalizado a 15 personas desplazadas
  • A cada una se le asignó un “vínculo local”, es decir, un voluntario o voluntaria que les acompaña en el día a día de su vida en España
  • Sade, Tili e Idrissa y las personas voluntarias que les han acompañado (María, Raquel y Juanma) durante casi seis meses cuentan su experiencia

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La pandemia ha desestabilizado nuestras vidas, especialmente las de quienes provienen de otro país, otra cultura, carecen de redes sólidas o de unas mínimas condiciones económicas para subsistir. Sade, Tili e Idrissa (nombres ficticios) enfrentaron esta situación con desventaja, por su condición de migrantes o de solicitantes de protección internacional. Sin embargo, han podido contar con una mano tendida que les ha concedido temporalmente un apoyo económico y emocional en forma de acompañamiento.

La ONG Refugees Welcome, que promueve una cultura de la bienvenida en España, lleva cerca de seis meses repartiendo una ayuda económica que permite cubrir las necesidades básicas de 15 personas refugiadas y migrantes, gracias a la confianza de la organización norteamericana Julia Taft Refugee Foundation. Cuando estalló la Covid-19 la situación de exclusión social en Madrid se agravó y decidieron apostar por acompañamientos a distintos perfiles especialmente vulnerables como familias monomarentales o personas solas del colectivo LQTBI. Aunque al principio la organización trabajaba con personas refugiadas, ahora no distinguen entre diferentes situaciones administrativas.

Pero no se trata solo del apoyo económico. Una parte fundamental del programa es el acompañamiento personalizado que están recibiendo las personas participantes. A cada una se le asignó un “vínculo local”, es decir, un voluntario o voluntaria que les acompaña en el día a día de su vida en España. Son personas que realizan esta labor de manera desinteresada y que, por el camino, se llevan lecciones de vida o incluso una nueva amistad, mientras son conscientes de los prejuicios y discursos de odio extendidos en nuestra sociedad.

El acompañamiento que realizan los voluntarios puede parecer trivial: tomar un café, dar un paseo o ayudar a hacer un currículum, pero es fundamental para las personas desplazadas: “Cada quince días sus vínculos locales nos mandan un informe de seguimiento. Cuándo se han visto, qué han hecho, si han detectado alguna cosa que les preocupe… Al final son muy importantes porque pueden llegar en ocasiones a sitios donde las instituciones o nosotras no somos capaces de llegar”, explica Lara Lussón, una de las coordinadoras del programa 'Acompañamiento y Refugio ante la emergencia social del coronavirus' de Refugees Welcome.

Sade y María: “Ella me ayuda mucho emocionalmente”

Sade tiene 26 años y es de Ghana. Llegó a España en 2014 y lleva demasiado tiempo sin trabajo. El apoyo económico que ha recibido estos meses le ha servido para cubrir sus necesidades básicas, mientras completa sus estudios de cocina con los que espera por fin acceder a un empleo. Cuenta que muchas veces la situación se le hace cuesta arriba, pero María Garcías, su vínculo local, le ayuda mucho “emocionalmente”.

María entiende que para Sade este programa es incentivo para seguir adelante, una nueva "ilusión" contra “la tristeza o la incertidumbre” que persigue a cualquiera en esta pandemia. “Todas las personas necesitamos una motivación”, entiende. Juntos hacen algunos planes de ocio como ir a museos, pasear por Madrid, colaborar en campañas y actividades propuestas por la ONG...

María tiene 22 años, estudia Economía y Relaciones Internacionales y explica que decidió hacer este voluntariado porque siempre le había preocupado la situación de las personas migrantes y refugiadas. También quería conocer a personas de otras culturas. Ahora aprende con Sade los bailes o la comida típica de su país y admira sus ganas de salir adelante, pese a las adversidades. “Hasta que no conoces a alguien así, como un amigo, no empatizas lo suficiente con sus problemas”, explica María.

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Sade y María./ Cedida

Tili y Raquel: “Este voluntariado ayuda a tener menos prejuicios”

Tili y su pareja, Keily, llegaron a España a finales de 2019. Vinieron desde Venezuela en búsqueda de un lugar más seguro, más tolerante con las parejas LGTBI y donde pudieran trabajar. Solicitaron protección internacional. Durante los últimos meses, el apoyo recibido a través de Refugees Welcome les ha servido para pagar el alquiler y desplazarse para poder realizar algún trabajo.

“Raquel ha sido superbuena. Nos visita prácticamente una vez por semana. Nos ha ayudado a preparar el Currículum o con las citas (de Extranjería) y hasta con unos abrigos que necesitábamos. Ha estado muy pendiente siempre que queríamos conversar”, cuentan sobre su vínculo local. Raquel Arroyo Sánchez entiende que su labor es contribuir a que estas personas tengan “un plus, un respaldo” para que “no se sientan solas”. Al final, se ha acabado forjando una relación de amistad.

“Soy consciente de tener privilegios y me gustaría que otras personas pudieran estar igual de bien que yo”, cuenta Raquel, de 22 años, que solicitó este voluntariado a través de la Universidad Autónoma de Madrid, con la que la ONG colabora desde principio de curso. “Ojalá mucha más gente se animara a hacer esto porque ayuda a tener menos prejuicios y abre tu manera de pensar. Entiendes que disfrutas de ciertas cosas porque has tenido la suerte que otros no han tenido”.

Tili, Keily y Raquel./ Cedida

Juanma e Idrissa: “Quiero que vea en mí un amigo”

Idrissa es de Senegal, tiene 33 años y llegó a España en 2018. Es modelo y, antes de que estallara la pandemia, se dedicaba al ‘top manta’. El apoyo proporcionado desde Refugees Welcome le ha servido para mantenerse y también para poder disponer de una vivienda en Vicálvaro (Madrid).

Para Idrissa también es muy importante la persona que le ha acompañado estos meses. “Voy a casa de Juanma y me enseña español. Es muy bueno”, explica Idrissa. Juanma Rodríguez tiene 27 años, es periodista y profesor. Siempre ha tenido interés en ayudar las personas que lo necesitan. “Nos conocimos en noviembre. Ese día jugaba el Real Madrid, y como a los dos nos gusta el fútbol, le comenté que viniera a casa a ver el partido. Allí estuvimos con distancia de seguridad y mascarillas”, cuenta sobre aquellos comienzos.

Juanma, además de darle clases de español, le ha ayudado a hacerse una cuenta de Instagram en la que compartir sus trabajos como modelo y le comparte cursos y formaciones que le pueden interesar. “Yo no veo esto como trabajo. Quiero que Idrissa vea en mí un amigo o un colega, una persona en quien confiar”, cuenta.

Con ayuda de las ONG y las personas voluntarias que les acompañan, Idrissa, Tili y Sade van construyendo un futuro mientras llegan tiempos mejores. Con la pandemia, hay miles de personas desplazadas en España que han visto crecer las barreras que ya encontraban en la Ley de Extranjería o en el acceso a la protección internacional. “Este ha sido un programa de apoyo puntual por la emergencia, pero el Estado y otros actores deberían dar un paso al frente para mejorar la situación de todas estas personas, independientemente de su situación administrativa”, advierten desde Refugees Welcome.

Juanma e Idrissa./ Cedida
Juanma e Idrissa./ Cedida

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