Rescatar el futuro

  • "¿Cómo se puede afirmar desde la izquierda alternativa que el objetivo es ‘reconstruir la economía’?"
  • "Organizativamente Unidas Podemos se ha ido desangrando y también IU en su seno. Más que factor de unidad ha sido motor de dispersión"
  • "El documento alternativo en IU exige la recuperación de la plena soberanía de IU y de su programa estratégico"

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Estamos viviendo momentos trascendentales para el futuro del país, pero también para el porvenir de la izquierda. El desafío fundamental para las fuerzas progresistas, tanto sindicales como sociales y políticas es si seremos capaces de alumbrar una nueva realidad en la que, por primera vez, las consecuencias de las crisis no la paguen con el paro y el descenso de su nivel de vida quienes viven de su trabajo, y en la que el nivel y calidad de los servicios públicos garanticen de forma efectiva los derechos establecidos por la Constitución (el trabajo, la salud, la vivienda, la educación, la dignidad en la jubilación, etc.). Dicho en términos políticos, una nueva realidad que abra camino a una democracia social avanzada.

La ilusión de los hombres y mujeres que se sienten progresistas no consistía, cuando votaron a las fuerzas que conforman este Gobierno de Coalición, en elegir lo menos malo. Apostaron por lo mejor y con la inteligencia histórica de nuestro pueblo, lo mejor posible. Pero no ven que lo mejor posible se esté haciendo y lo menos malo no suscita ningún entusiasmo para ser apoyado.

¿Cómo se puede afirmar desde la izquierda alternativa que el objetivo es “reconstruir la economía”? ¿Reconstruir lo que había antes de la pandemia, con Rajoy o con los primeros pasos de Pedro Sánchez? ¿Reconstruir un modelo productivo perverso que es una auténtica máquina de crear parados y economía sumergida? Recuérdense nuestras propuestas en aquellos momentos. Con ese relato se crea poco entusiasmo, se echa grano en el cesto de la derecha más reaccionaria, se desarma a las personas de izquierda en la batalla de ideas y se apuntala la práctica timorata del Gobierno.

En este contexto, hemos iniciado un proceso crucial en una de las fuerzas políticas claves en el desarrollo de esta democracia y que participa de ese Gobierno. Hablo de Izquierda Unida.

Ya se ha iniciado el debate de los diferentes documentos presentados a su XII Asamblea (equivale a los congresos de otras fuerzas): la ponencia de la dirección y el documento alternativo (ambos se pueden consultar en la web de IU y el alternativo en el blog cajónizquierdo.com). En ambos casos, el punto central es el futuro de Izquierda Unida. Pero debatir en condiciones de estado de alarma con restricciones de la movilidad y las reuniones públicas en una organización donde muchos de sus afiliados y afiliadas no tienen recursos ni experiencia para reuniones telemáticas es casi imposible. Penaliza el debate. La dirección dice que lo está organizando. Suya es la responsabilidad.

Muchas personas, algunas periodistas, me han preguntado si podemos identificar las causas del importante descenso electoral de Unidas Podemos y tengo que decir que, al menos en IU, no es conocido un análisis serio de ese dato, importante e incuestionable (más aún si añadimos las perspectivas que ofrecen las encuestas), pese a que hay compañeras y compañeros con capacidad para hacerlo. Pero también es decisivo que organizativamente Unidas Podemos se ha ido desangrando y también IU en su seno. Más que factor de unidad ha sido motor de dispersión. Salió Izquierda Abierta (Gaspar Llamazares), en Cataluña se fue hacia ERC el grupo de Nuet, se expulsó al Partido Feminista, y en el censo de la XII Asamblea hay 3.000 afiliadas y afiliados menos.

¿Por qué el electorado no se reconoce en Unidas Podemos? Puede haber razones menores, pero creo que el problema fundamental es que no la ve con definición política. Para alguno de sus progenitores políticos es una colación electoral, para otros algo más, un factor de convergencia y confluencia política y orgánica entre Podemos e Izquierda Unida. Y somos vistos con el trasero entre dos sillas.

Antonio Maíllo ha recordado recientemente la definición más querida de los teóricos de la convergencia en Izquierda Unida, Unidas Podemos es un “nuevo sujeto político”. Era un artículo en el que se anticipaban las dificultades que han llevado ahora a la voladura del grupo parlamentario de Adelante Andalucía (un elemento más de dispersión política, éste verdaderamente grave porque Andalucía es la CC.AA. donde hay mayor afiliación de IU y mayor representación institucional).

Creo que ahí está el problema: Unidas Podemos no es un nuevo sujeto político, sino un nuevo objeto político. Y esto es fundamental. El sujeto es el autor de la acción, el objeto es la cosa que recibe la acción. Por eso los problemas internos y los métodos de dirección, más cercanos al cesarismo que a la democracia.

Y el electorado lo ve así y en el interno se trata así.

Y es lógico. Un sujeto político estratégico debe tener coincidencias estratégicas y comunidad ideológica. Basta leer los documentos de IU y los de Podemos (Vista Alegre I y II) para darse cuenta de que esto no existe. Pero hay algo más, de lo que sorprendentemente no hablan nunca en IU los partidarios de la convergencia, ningún documento y ningún dirigente de Podemos ha afirmado hasta ahora la intención de converger política y organizativamente con Izquierda Unida. Si se repasa la hemeroteca más bien se encuentran exabruptos. ¿Entonces?

Esta realidad obliga a encontrar las mejores salidas para el conjunto de la izquierda. En Izquierda Unida estamos orgullosos de un programa de superación de esta sociedad, que intenta dejar atrás el neoliberalismo y el capitalismo y que se apoya en el motor fundamental, aunque no único, de la contradicción de clase. Somos ajenos a considerar determinantes los antagonismos variables basados en las identidades, que sustentan la práctica política del llamado post marxismo. Imagine el lector: en el PCE se ha recuperado recientemente el marxismo-leninismo.

¿Y cómo construir esa salida? Para nosotros no es nuevo el camino, es el ADN de nuestra política de alianzas. Unidad de acción social y política. Social para la acción conjunta con los sindicatos de clase y los movimientos sociales (y destaco el feminismo que no acepta el borrado de la mujer). Política en acuerdos electorales y en acuerdos de Gobierno.

Las alianzas equilibradas y respetuosas con los demás, lo más plurales posibles y, sobre todo, bajo objetivos y programas claros y respetados por las partes. Recuerdan aquello de Anguita de “programa, programa, programa”. Y alianzas entre fuerzas soberanas.

Por eso el documento alternativo en IU exige la recuperación de la plena soberanía de IU y de su programa estratégico.

Recuperar la alternativa de país de IU y su autonomía política es la mejor aportación a la lucha de los trabajadores y de los sectores populares de nuestro país. Es la mayor ayuda al conjunto de la izquierda y es la mayor contribución a medidas del Gobierno para el progreso real. Dicho lo anterior con modestia y, con toda modestia, crear el clima para recuperar la movilización y la ilusión de muchas personas.

Por eso hay que rescatar el futuro.

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