Hace unos días, contemplando la fotografía de los magistrados del Tribunal Constitucional recién nombrados por el Gobierno y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), me sentí juguetón. Tapé con el dedo el pie de foto y me propuse identificar por su aspecto, ya saben, sus ropas, sus caras, sus expresiones, quiénes eran los jueces conservadores y quiénes los jueces progresistas. Adivina, adivinanza…
Pese a partir con ventaja, puesto que los periódicos habían advertido del nuevo orden judicial utilizando un recurso futbolístico, 7-5 ganan los conservadores, tardé bastante en tomar una decisión. Me tomé mi tiempo. Analicé concienzudamente las marcas de trajes, la piel de los zapatos y la seda de las corbatas. Escudriñé en sus miradas hieráticas buscando sinceridad o hipocresía. Observé la forma de sus manos y las arrugas de sus rostros. Incluso hice trampa: me documenté viendo diferentes fotografías de los nuevos magistrados, y leyendo sus perfilen en la prensa. Ese hombre propuesto por el PSOE que votó al revés en el recurso contra el Estatuto de Cataluña. Ese otro que parece progresista pero que dicen cuenta con el apoyo de Gallardón. Tras informarme concienzudamente llegué a una triste conclusión…
Todos parecían conservadores. Ninguno tenía aspecto de progresista. ¿Acaso se puede ser progresista formando parte de una justicia contaminada? ¿Es posible considerarse renovador asumiendo unas reglas de juego tan chuscas? ¿Se puede llamar reformador quien asume los defectos de la democracia y de la justicia?
“¿Conservadores y progresistas? Es normal, es la consecuencia de la sociedad española”, dice José Antonio Martín Pallín en la cadena SER. “Ha sido siempre así, son las reglas del juego”, sentencia José María Zarzalejos.
Entonces me quedo más tranquilo...
Más razón que un sabio. Nos venden que el progresismo es esto. Así evitan acercarse al verdadero progresismo. Sencillo y eficaz. Dolorosamente eficaz.
Correcto: la diferencia es entre ultraconservador y conservador a secas.
Bueno, uno los propone el PP y otros el Psoe, ¿qué esperamos, pues?
Si hubiera alguno propuesto por IU, ERC o el PCE la cosa cambiaría… o no…
La cuestión es por qué coño un órgano supuestamente independiente tiene que estar formado por personas propuestas por ningún partido político.
Todo lo demás, sobra.
Aupa Nadal!!! 🙂
Efectivamente ,el binomio ppsoe,que puede parir.
Que bien montado tienen el tinglado,con la mano derecha nos arrebatan la dignidad y la pasta y con la «izquierda»nos marean como los buenos trileros.
Que pena ,con la cantidad de personas que han dado la vida por defender los ideales del socialismo ,que se haya llegado a esto.
PPSOE. Monopolio de destructores del pais.
PPSOE. Destructores del monopolio politico
Son independientes porque una vez nombrados, nadie los puede destituir; no porque aparezcan nombrados por la divinidad. ¿Y quién debería nombrarlos, si no son las principales fuerzas políticas del país? ¿No será mejor que los nombren partidos con el respaldo de 7 y 11 millones de personas, que partidos que no llegan al millón? Cuando Izquierda Unida consiga los votos que tiene hoy el PSOE (al ritmo que van, pasará dentro de poco), influirá en los nombramientos del TC como hoy lo hace el PSOE. La verdad, el sistema es malo porque los partidos (incluidos los más votados) pasan olímpicamente de buscar buenos jueces. Pero no se me ocurre un sistema mejor. ¿Que se voten entre los propios jueces? ¿Con qué legitimidad? ¿Que los nombre Dios directamente, como al Papa?