Una Historia de su tiempo

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Con la presentación (**) del volumen 12 de la Historia de España dirigida por Josep Fontana y Ramón Villares (José Álvarez Junco (coord.), Gregorio de la Fuente, Carolyn Boyd y Edward Baker, Las historias de España. Visiones del pasado y construcción de identidad, Crítica/Marcial Pons, 2013), culmina después de siete años (a falta sólo del volumen 10, La democracia en España, de Santos Juliá, previsto para finales de año) la última de las grandes historias de España, un género muy exitoso en la historiografía hispana, en el que sobresalen con méritos propios, como auténticos hitos, la historia del Juan de Mariana (1592), la de Modesto Lafuente (1850-1859), la más breve, pero no menos importante de Rafael Altamira (1899), y la gran obra que empezó Menéndez Pidal y acabó José María Jover, setenta años del siglo xx, con cientos de autores de escuelas y épocas distintas; obra enciclopédica de más de sesenta volúmenes y no fácil acceso para el común lector, pero obra de referencia ineludible al fin. Luego, todavía en pleno franquismo, la historiografía española fue sacudiéndose dificultosamente la lacra patética de los delirios imperiales de la dictadura, su deformación grotesca del pasado, hasta conseguir en los años setenta un auténtico revulsivo que la conmocionaría para salir del marasmo, incorporándose a las corrientes internacionales y métodos más novedosos, (aquí, sobre todo, la escuela de los Annales y el marxismo), en un punto de inflexión plural y fecundo con positivas consecuencias hasta hoy mismo.

Es esa última referencia la que explica esta Historia de España de principios del siglo xxi, en modo alguno animada por intenciones  revisionistas ni de puntillosa investigación, tampoco movida por un afán de compendios exhaustivos del saber histórico acumulado hasta el momento, sino por un nuevo planteamiento que, partiendo del espíritu y necesidades de la sociedad de su tiempo, fuera capaz de sintetizar, rigurosa y metodológicamente al día, los grandes avances y novedades del estudio histórico, como medio de comprensión de la sociedad actual y la proyección de su posible futuro, al fin y al cabo el gran objetivo de todo estudio histórico que se precie. Si toda historia es historia contemporánea, como quería Benedetto Croce, ésta, desde luego, se le acerca mucho. Por dos razones primordiales en que debe insistirse: en primer lugar, porque surge con una clara conciencia del momento histórico presente, el más largo período de libertades democráticas en la historia de España; en segundo, porque prima por encima de todo los enfoques y planteamientos más recientes del estudio y análisis de la historia, de modo que consiga un relato histórico inédito, propio, no de ningún cataclismo histórico o social traumatizante o de coyuntura angustiante alguna, sino de la normalidad social  de un país que redescubre por fin su verdadera realidad, diversa, plural, abierta; plenamente integrada en Europa y en el mundo.

No encontrará el lector en los volúmenes de esta “Historia” ninguna respuesta apasionada al “problema de España”, al empecinamiento de los debates que vuelven una y otra vez, revolviéndolo, a enfrentamientos dialécticos que recuerdan el choque eterno de las dos Españas. Aquí se trata, justamente, de lo contrario, de superar las visiones esencialistas y nacionalistas que han caracterizado nuestra historia, haciendo del método y la perspectiva un instrumento de conocimiento útil y provechoso para ciudadanos conscientes del carácter abierto, diverso, plural y respetuoso de toda sociedad deseable; “porque -como escriben los directores de esta obra- de lo que se trata en última instancia, es de ofrecer, por la vía del relato histórico, una visión de la España actual, de ordenación política plural en su forma de Estado y de entusiasta apertura al exterior en sus comportamientos económicos, sociales y culturales”. De ahí también la importancia que tiene en el conjunto la época contemporánea, especialmente el siglo xx (una tercera parte del total de la obra) y la atención expresa a lo que se ha denominado “Historia del presente”, de la que aquí se da cuenta en el ya citado volumen 10 y el 11, titulado España y Europa, de José Luis García Delgado, Juan Pablo Fusi y José Manuel Sánchez Ron.

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Cubierta de la obra.

Del tono de esta obra, tan eficazmente llevada a término por sus editores en el aspecto y cuidado tipográfico, es un buen ejemplo el texto del último volumen que la cierra, como feliz colofón de un trabajo notable, extenso y minucioso. En el largo viaje historiográfico en que se embarca el lector de Las historias de España, desde los mitos y leyendas de la antigüedad remota hasta la España actual, en especial en la parte titulada “La evolución del relato histórico”, a cargo de José Álvarez Junco y Gregorio de la Fuente Monge, se aprecia con claridad un planteamiento ensayístico que, sin olvidar el objeto de su estudio, historiadores y obras que han plasmado a lo largo del tiempo visiones e identidades de territorios, pueblos y hombres, es capaz de llegar a un lector interesado, no necesariamente especializado. Porque de lo que se trata es de desvelar y desmontar con rigor y perspectiva verdaderos la construcción de las esencias y falacias que han logrado imponer una visión histórica, políticamente interesada o simplemente burda, muchas veces a lo largo de siglos y que, concretamente en España, han llevado a un patrioterismo ridículo y no pocas veces nefasto. Que las esencias de la nación española se constituyeran en los pocos más de cien años de la sociedad visigoda y la conversión de Recaredo al catolicismo, cuando Hispania no era más que una referencia geográfica de toda la Península Ibérica, como lo fue la Iberia de los griegos o el Al-Ándalus de los musulmanes, y que ello perdurara hasta que novatores e ilustrados lo refutaran en el siglo xviii, sin lograr erradicarlo del todo, no deja de ser una tragedia cultural que dice bastante de la mentalidad primaria de un pueblo o una nación, conceptos entonces inexistentes en el sentido contemporáneo, por cierto. Pero no se equivoque el lector, esta obra desmonta igualmente las antigüedades que Portugueses, vascos y catalanes fueron a buscar en el Antiguo Régimen, y aun en tiempos prerromanos, para sus límpidas e inconcusas libertades, afanes de honores y exenciones fiscales, en definitiva, que el romanticismo decimonónico constituirá en ideales naciones…

Esta “Historia”, en fin, es una “Historia” necesaria, digna del más largo tiempo de libertad que han conocido España y los españoles; una obra para la construcción de un futuro tolerante, cívico, y consciente y libremente compartido. Es también digna de la memoria de Juan Luis Vives y aquella frase de tan temprana lucidez en su De disciplinis: “Un mal entendido amor a la propia patria o religión llena de falsedades las historias, ya exponiendo hechos que no existieron, ya amañándolos en el modo de presentarlos”.

(*) Agustín García Simón. Escritor y editor. Su última obra publicada es Retrato de un hombre libre (Renacimiento, 2012).
(**) El escritor Antonio Muñoz Molina presenta hoy Las historias de España. Visiones del pasado y construcción de identidad en el Instituto Cervantes de Madrid  (C/. Alcalá, 49), a las 19:00 horas.

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