A quién beneficia la crisis

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Francisco Serra

Imagen panorámica de la Puerta del Sol de Madrid. / Efe
Imagen panorámica de la Puerta del Sol de Madrid. / Efe

“Papá, ¿a ti te gusta la crisis”? Un profesor de Derecho Constitucional se quedó mirando, perplejo, a su hija de seis años. “¡Claro que no! ¿A quién puede gustarle?” La niña, sin pararse a pensarlo, contestó: “Pues a alguno que esté hasta el moño de dinero le puede venir bien para ganar más”. Hasta los alumnos de primaria se barruntaban lo que ahora empieza a confirmarse con sofisticadas estadísticas y concienzudos estudios, reflexionó el profesor: la mayoría nos hemos empobrecido, mientras los privilegiados incrementan sus beneficios.

Sin dar un respiro a su padre para reponerse del asombro, la niña volvió a preguntar: “¿Verdad que China está creciendo mucho”? El profesor recordó con añoranza los tiempos en que su hija se entretenía con Pocoyó y le pedía que le contara cosas de la selva, del viaje a Vietnam que había emprendido el año antes de que ella naciera. En el mundo actual, conversar con un niño requiere tener tanto conocimiento de las últimas películas de Walt Disney como de las tendencias macroeconómicas. Sin duda, la pequeña ya había intuido hacía tiempo, quizás por las conversaciones de los mayores, la imparable emergencia de la potencia asiática, porque un par de años antes veía como la mejor solución para los problemas familiares casarse con un chino y poner una tienda. Al profesor, condescendiente, la criatura le asignaba la tarea de “vender los helaos”.

El profesor tenía muy presente la creciente pujanza de los orientales en Madrid, porque había acudido la semana anterior a la moderna Biblioteca Pública de Usera buscando un libro que necesitaba. Al salir del metro, se encontró con un kiosco de periódicos cerrado, del que colgaban decenas de anuncios en chino. Caminando por el barrio, descubrió muchos locales que ofrecían sus servicios en esa lengua: tiendas de comestibles, peluquerías, restaurantes, bufetes de abogados especializados en problemas de nacionalidad y cuestiones inmobiliarias… Al final, Madrid había encontrado su populoso “barrio chino”, nada prostibulario (imaginaba el profesor), sino próspero e industrioso a su manera.

Por Usera pasaba el frente en la guerra como nos narró el maestro Chaves Nogales, “que estaba allí”, en la defensa de Madrid, y nos ha dejado la crónica de esos sucesos. Camino de la Biblioteca, el profesor vino a dar con una gran plaza, para su sorpresa, dedicada a Julián Marías. Aunque el profesor, en sus inicios, había estudiado también filosofía no había asistido a sus enseñanzas y tan solo había leído algunos de sus libros. En la transición Madrid estaba lleno de pensadores y bastaba dar un paseo para toparse con alguno: una mañana el profesor, muy joven entonces, viniendo de la Universidad y subiendo hacia Quevedo se encontró primero con Marías y dos calles más arriba con Aranguren, charlando con conocidos.

Para un intelectual comprometido con su tiempo nada hay mejor que te dediquen una plaza, pensó el profesor, porque la reflexión sobre lo común nació en el ágora. Además, “toda la belleza de Madrid está en sus plazas”, escribió Corpus Barga: “Son las curvas sensuales de la ciudad”. París tiene sus bulevares, Londres sus parques, Roma sus callejas y Berlín, al fin sin muro, está descubriendo sus puertas, pero la belleza de Madrid, puede concluirse con lo que entonces afirmaba el gran periodista, “está en sus plazas y en su cielo, que parece una plaza monumental”.

Las autoridades hoy tienen miedo de las reuniones y manifestaciones y quieren limitar, de la forma que sea, el derecho a ocupar las plazas públicas, incluso barajando la posibilidad de crear algo tan absurdo como un llamado “manifestódromo”, con un recorrido específico, alejado del centro, para llevarlas a cabo. Más allá del contundente argumento jurídico (sin duda esa regulación no respetaría el “contenido esencial” de ese derecho y lo dejaría desprovisto de sentido, por lo que sería claramente contrario a la letra y al espíritu de la Constitución), los lugares tienen una importancia simbólica y acaban impregnados de los acontecimientos que han presenciado, de las vibraciones de la multitud.

La Puerta del Sol, considerada en tiempos emblema de la Restauración, hoy tiene una clara significación republicana, incluso a pesar del tenebroso uso dado a alguno de sus edificios por la dictadura franquista. Todos tenemos presentes en nuestra memoria las imágenes de la solemne proclamación de la República y en cuanto se llena la plaza muchos empiezan a temer un cambio de régimen. Por el contrario la plaza de Oriente, borbónica en origen, ya no puede desligarse de las expresiones de afirmación nacional del bando “victorioso” en la guerra civil.

Al regresar a casa, les salió al paso al profesor y a su hija un señor muy trajeado que pretendía entregarles un escrito “contra el independentismo catalán” y  al que consiguieron esquivar. Una furgoneta paró un poco delante de ellos para recoger, como todas las noches, a la indigente rumana que pedía en la esquina de su calle, una vez concluida la colecta del día. “No tiene dientes”, comentó la niña, apesadumbrada. “No te preocupes”, le dijo su padre y la llevó de la mano a la tienda de los chinos para comprarle un helado: “Tengo que aprender el oficio”.

3 Comments
  1. ariazam says

    No sé por qué en ninguno de estos sitios, ni siquiera en la página principal de «www.cuartopoder.es» no aparecen las fechas de los comentarios, noticias, etc. La que aparece hoy podría ser la de hace un mes, ¿cómo saberlo? Es el gran defecto que le veo a esa web.

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