La fábrica de insultos

“Hija de puta, sinvergüenza, mala persona, mafiosa, desgraciada, golfa, gentuza, mala profesional, ¡a tomar por saco esta tía!, analfabeta, inepta, infame, sorda, idiota, canalla, chulo de bolera de tu marido, mala hasta el vómito y estúpida, está al nivel de un water, hasta el culo estás tú de podredumbre, conviertes los platós por los que pasas en una leprosería, animal….”

En estos términos hablaron de la periodista Pepa Jiménez en los programas de Telecinco “Sálvame”, “Sálvame Deluxe”, “La Noria” y “Enemigos Íntimos”. Todo comenzó hace cinco años, los primeros insultos tuvieron lugar en agosto de 2010, pero es ahora cuando la Sala Primera de lo Civil del Tribunal Supremo ha dictado sentencia condenatoria contra La Fábrica de la Tele y Mediaset España por vulnerar el derecho al honor de Jiménez. La parte demandante pedía 739.000 euros de indemnización, pero la sentencia del Supremo condena a las empresas a indemnizar a la demandante con 2.000 euros.

Barato. Para una cadena como Telecinco, para una productora como La Fábrica de la Tele, 2.000 euros no es nada. Calderilla, una cifra insignificante que no les impide seguir forrándose con la peor televisión posible. En 2014 Mediaset España obtuvo un beneficio neto de 59,2 millones de euros, lo que supone multiplicar por catorce la ganancia del año anterior. Y a La Fábrica de la Tele tampoco le va mal: pese a la caída de la publicidad y los recortes de las cadenas, desde el inicio de la crisis ha ganado más de 30 millones de euros.

Insultar es un negocio muy rentable. Y muy sencillo. Mucho más que, sin ir más lejos, hacer televisión con un mínimo de calidad.

Pero la cosa no termina ahí: La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sancionará una vez más a Mediaset por el “reiterado incumplimiento” de uno de los compromisos de la fusión de Telecinco y Cuatro. La CNMC vincula los paquetes comerciales de publicidad de ambos canales de televisión, cuando Telecinco se comprometió “a no desarrollar políticas comerciales, y en particular, de precios, que supongan, formalmente o de facto, la venta vinculada, directa o indirectamente, a los anunciantes de los distintos paquetes comerciales de publicidad de canales de televisión”.

Y si quieren hablamos de multas por la emisión en horario infantil de "imágenes de contenido sexual explícito y contenidos relacionados con relaciones sexuales por interés económico". O por incumplimiento de la Ley General de Comunicación Audiovisual, al emitir publicidad encubierta de productos y servicios durante la emisión de sus programas. O por...

Poco más que decir. Salvo dos cosas. Recordar que las cadenas de televisión son concesiones del Estado. Y exigir que alguien ponga en su sitio a unas empresas que, además de embrutecer a la población, se saltan constantemente la ley y se burlan de la justicia.