El asco de nunca acabar

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Miguel Sánchez-Ostiz *

Miguel_Sánchez_OstizVísperas de ley mordaza y nuevo Código Penal, y con ellos, el miedo y la auto censura, y las arbitrariedades como norma y la inseguridad jurídica del ciudadano como realidad ante el ejercicio de derechos.

El temor ya está ahí, hace tiempo que el activista de las redes se cuida de publicar fotografías de abusos policiales. No han bajado los abusos, sino la publicación de las imágenes. Curioso, sin más. Y las llamadas a la protesta activa caen en el fatalismo. Se espera... ¿Se espera qué? ¿Que llegue Godot? ¿Qué Godot? ¿Un arcángel arcabucero o Espartaco?

Corre la especie de que criticar a la monarquía se va a convertir de nuevo poco menos que en herejía, y a falta de la Inquisición buenas son las multas gubernamentales –esa intromisión policíaca de lo político en lo que debería ser estrictamente jurídico– y la aplicación de las penas correspondientes al delito de terrorismo, algo que, a tenor de la redacción ambigua del código, puede ser cualquier cosa, porque queda al arbitrio de jueces de instrucción y de fiscales proclives a la interpretación ideológica del Código. La realidad no sabemos cuál puede ser. No somos adivinadores del porvenir, pero con maníacos como Fernández en Interior cualquier cosa es posible y con jueces como los de Gürtel lo mismo.

El Código Penal como recortada, leyes como «luparas», pensadas como firmes apoyos de un régimen de corte policíaco cuyo objetivo es la represión política de la ciudadanía. Así se ve desde esa calle que puede no ser muy fina expresando sus ansias y temores, pero que hasta ahora mismo ha aguantado las prohibiciones, los abusos, los palos y los multazos.

Organizaciones internacionales reclaman la retirada de esa legislación represiva porque la ven como una amenaza para el legítimo ejercicio de derechos civiles y libertades ciudadanas, pero el Gobierno no es que haga caso omiso, sino que oculta cuanto puede y tergiversa y echa humo de cuento de hadas monárquicas.

La monarquía española tiene un origen espurio o cuando menos discutible, por mucho que la avale la Constitución, y ahora mismo una presencia social empalagosa, impuesta por una imparable operación mediática cuyo coste real ignoramos; desde luego no representa a todos los españoles más que a punta de multazo. ¿Será delito de terrorismo el escribirlo y publicarlo en las redes sociales? No lo sé, pero resulta tan temible como verosímil.

Causaba estupor leer las palabras de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, diciéndole al Borbón: «Usted es el rostro de la España joven y reconciliada que pasó la página de sus horas oscuras» y «Usted es el rostro de una España libre y unida». Sonaba grotesco o a burla del elogio desmedido, pero invitaba a replicar que eso es mentira o propaganda, ignorancia o mala fe, o en todo caso esa formidable vacuidad de los discursos protocolarios que encubren propaganda política. Y porque aquí no está superado nada, ni el pasado ni el presente, y está comprometido hasta el futuro pluscuamperfecto, por decir algo enorme, a no ser que lo construyamos, como se están construyendo ahora mismo muchos ayuntamientos.

Ahora bien, si de lo que se trata es  de sacar a pasear caballitos de lujo, coraceros, copas de cristal, vajillas, collarones, baratijas y montar mojigangas, entonces nada, duro con ello, hasta que cante el gallo, porque lo van a  hacer con y sin tu permiso, aunque seas el pagano de la farra. Hay dos medidas, como hay dos mundos. Muchos no estaríamos en el suyo ni aunque lo quisiéramos.

Ignoro lo que la alcaldesa de París piensa de los españoles que no quieren esa monarquía que se les presenta desde el Gobierno con un rostro memo de parque de atracciones temáticas y que en la práctica encubre un régimen corrupto hasta las cachas, dentro de la propia familia borbónica que ha dado pruebas suficientes de falta de decoro ahora mismo ocultadas. Ignoro también (pura retórica) qué opina de los españoles que no están representados por esa monarquía, y que preferirían una nueva constitución que recogiera aspiraciones legítimas de cambio, o de los que como su propia familia se ven obligados a emigrar en busca de trabajo y una vida de verdad digna. Una cosa es la propaganda gubernamental y la intoxicación monárquica, indecorosas ambas, y otra la realidad que ha aflorado plenamente en los últimos años, no solo como consecuencia de una crisis económica, sino por la eclosión de una prepotencia estamental y de clase en la que hay vencedores y vencidos. Basta asomarse a las cifras de desempleo, desasistimiento social, desahucios, suicidios, ruinas personales y pobreza vergonzante... demagogia, sí, populismo y lo que gusten, las cifras están ahí, la calle también, las historias personales a las que tienes acceso, a nada que prestes atención, lo mismo.

Tumbar a la monarquía y con ella al régimen... Buenas intenciones, alegrías de conjurados reunidos en el mentidero de las redes, más tela de araña que nunca, pero en la realidad qué extraña resulta esa alopecia de banderas republicanas, copiosas hace un año, con más claros que nubes tricolores en la actualidad... Con el recuerdo ya muy desvaído de los abusos que padecieron los ciudadanos que protestaron el día de la coronación de quien ahora ostenta la corona, ¿o es detenta? Eso a gustos. La derogación del aparato legal armado por el Partido Popular es un objetivo político de primer orden y con él el residual del franquismo, reforma de la constitución incluida.

(*) Miguel Sánchez-Ostiz es escritor y autor del blog  Vivir de buena gana. Su última obra publicada es A trancas y barrancas (Pamiela, 2015).
1 Comment
  1. ramón moreno palau says

    Magnifico articulo se señor,aprovechando que quedan pocos dias voy a poner a caldo al MUÑEQUITO borbon,su famelica esposa,sus supermegapijitas niñitas-Leo se llevará ella solita 8000 euritos de nada a sus tiernecitos 8 añitos….ya se sabe que en ESPAÑA sobra el dinero-un recuerdo para los abuelitos,el trincon asaltacamas,del que se rumorean noticias sobrecogedoras y la retrograda cornuda real,que cree que la realeza es por derecho divino,finalmente unas palabras para los presuntos delincuentes URDANGARIN y señora,aunque esta ultima sabemos que se librará….ella es BORBON y el otro un plebeyo,en cuanto a este miserable gobierno y al beaton hipocrita que tenemos como ministro del interior,siempre espero lo peor de ellos…..y saben que,no me equivoco

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