Es intolerable lo que sucedió el domingo por la noche en la madrileña Puerta del Sol: una “pequeña multitud”, según la prensa, abucheó al equipo de La Sexta desplazado al kilómetro cero de la capital para emitir en directo El Objetivo durante la celebración del quinto aniversario del 15M. Gritaban "La plaza no es un plató", "La Sexta hace negocio" y "No nos representan". ¡Serán desagradecidos estos indignados!
Abucheando a Ana Pastor y al equipo de la cadena progresista de Atresmedia (la conservadora es Antena 3), faltaron al respeto a quienes trabajan cada día, de la mañana a la noche, no por mantener perfectamente engrasada la máquina de hacer dinero que es el negocio de la televisión en España, ni mucho menos, sino por mantener vivo el espíritu del periodismo libre. Cuando perroflautas, jubilados, antisistemas, proetarras, comunistas, bolivarianos y demás desarrapados reunidos en Sol silbaron a Pastor y compañía, estaban silbando al periodismo incisivo, a la repregunta, a la información independiente. A la libertad de expresión, en resumen. Y a eso no hay derecho.
Que una de las dos empresas que manejan el duopolio en que Zapatero convirtió la televisión en España (99,2 millones obtuvo Atresmedia de beneficio en 2015) instale un plató en pleno centro de la conmemoración del movimiento ciudadano 15-M no se puede considerar una provocación. Todo lo contrario. Fue un canto al periodismo libre, a la televisión de servicio público, a la lucha contra el control liberal de los medios. Es evidente. Hay que estar muy miope y no poder operarse en la Fernández-Vega para no darse cuenta.
El error de La Sexta, cadena innovadora además de progresista, fue no desplazar hasta la Puerta del Sol a todas las estrellas periodísticas de la cadena. Esos que cada día aportan exclusivas, levantan las audiencias, disparan los beneficios. Ana Pastor me supo a poco. Me hubiera gustado ver a Ferreras con el gorrito de lana señalando un agujero de bala en la pared de la vieja Dirección General de Seguridad (DGS), la verdad sea dicha, pero es bien sabido que su especialidad son los atentados terroristas internacionales. En esas circunstancias, me hubiera conformado con la presencia en Sol de Eduardo Inda, Francisco Marhuenda, Manuel Cobo, Antonio Miguel Carmona o Pérez Henares, por poner algunos ejemplos. Son el alma de la cadena. Los profesiones ejemplares que hacen que el periodismo en La Sexta sea considerado una religión. Los ciudadanos reunidos en Sol les hubiesen aplaudido a rabiar, estoy seguro.
Para el próximo aniversario del 15-M, o para cualquier otro acontecimiento del populacho que La Sexta quiera rentabilidad estando presente, recomiendo que monten el chiringuito en un lugar menos canalla, no tan vulgar y populachero. Un emplazamiento más adecuado a los intereses de la cadena, un escenario donde se encuentren más cómodos. No sé, quizá el restaurante VIP del Bernabéu. El hábitat natural de muchos de los grandes periodistas de este país. Lejos de Sol, de la indignación popular, de esos guarros que huelen mal de los que habla Pilar Cernuda, tertuliana estrella de... Atresmedia.
Montar el escenario ahí fué un desacierto brutal … o un acierto, según fueran las intenciones de la cadena.
15M Deluxe.
Pocos gritos se llevaron.
Estuve gritando allí el domingo, y no olíamos tan mal.
Al fin, Sr Pérez de Albéniz!! Creí que no lo diría!
Inda es muy valiente en la sexta pero en Sol, se kk.
el concepto indignacion es un producto buenisimo para ofuscar la reflexion y el matiz; de ahi ha salido un mesias salvador, bien alzado por inquilinos del ibex. en el siglo de las luces no pasaba ni la prueba de la vela, mejor adherirse al cirio de la inquisicion, vas a comparar, disfrazado de progresia y lo nuevo, no hay nada mas neocon.
¡Pero bueno! ¿La Sexta sin Inda y Marhuenda? No me lo creo.
Ferreras ya tiene bastante con aupar a su amigo Inda y ensalzar al PSOE, claro que yo a diferencia de antaño prefiero no verle