El Rey y Cospedal eluden la precariedad y los despidos de militares en la Pascua

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El rey Felipe VI, acompañado por la reina Letizia, junto a la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, y el JEMAD, almirante general Fernando García Sánchez, esta mañana, durante los actos de la Pascua Militar. / Mariscal (Efe)

Actualización con los mensajes del Rey y la ministra Cospedal.

El rey Felipe VI de Borbón y la ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, han eludido los problemas de personal en las Fuerzas Armadas, derivados de los contratos temporales y los despidos al cumplir 45 años. En sus discursos de la Pascua Militar, la primera a la que asiste Cospedal como ministra de Defensa, se han referido a la amenaza del terrorismo y han elogiado el papel del Ejército, los servicios secretos y los Cuerpos de Seguridad del Estado para preservar la seguridad y conseguir un mundo más seguro. El Rey ha dicho que el terrorismo es "la mayor amenaza, una amenaza global común, el enemigo de la humanidad", y ha pedido a los profesionales de las armas y al Gobierno que "no escatimen esfuerzos" en la respuesta a esa lacra. La ministra Cospedal ha planteado la necesidad de "una ley de sostenibilidad de las Fuerzas Armadas que esté por encima de posicionamientos políticos e ideológicos". Del principal problema que afecta a miles de profesionales y sus familias, la temporalidad y los despidos, ni una palabra.

La Pascua Militar de este año, a la que asistió también por primera vez el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, coincide con el estallido, con toda su crudeza, de los problemas de personal. Los soldados y marineros profesionales que, en 1990 (año de la profesionalización total) ingresaron con 18 años en las Fuerzas Armadas y no han conseguido un contrato permanente, cuya oferta se ha reducido a menos de cien al año, comenzarán a ser despedidos en 2017 al cumplir la edad de 45 años. Por esto muchos esperaban que tanto el rey Felipe VI como la propia ministra apuntesen hoy en sus discursos en el Salón del Trono del Palacio Real, ante la cúpula militar y el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, la búsqueda de una solución a este problema del que el anterior titular, Pedro Morenés, no quiso saber nada.

El secretario general de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), Jorge Bravo, se muestra esperanzado en que Cospedal acepte una solución transitoria para que ningún militar se vaya al paro antes de que el Parlamento modifique la ley que les expulsa al cumplir 45 años. Bastaría, dice a cuartopoder.es, con dejar en suspenso el precepto de la ley militar profesional por alguno de los motivos previstos en la misma, para así ganar tiempo e impedir que nadie se vaya a la calle, si no es voluntariamente, antes de que se revise la norma.

Bravo obtuvo una buena impresión de la primera reunión de la ministra con el Consejo Asesor Profesional (CAP), del que forman parte los representantes de las asociaciones militares. AUME es la mayoritaria en las Fuerzas Armadas (también la más sancionada por los mandos) y lleva bastante tiempo reclamando la atención de las autoridades ministeriales sobre este problema. Frente a la actitud del anterior ministro, Morenés, de no reunirse una sola vez con el Consejo Asesor en sus casi cinco años de mandato, el dirigente de esta asociación que agrupa a los militares de base valora la sensibilidad de Cospedal de presidir el CAP el pasado 23 de diciembre y su compromiso de convocarlo y asistir regularmente.

Ante la especie de que las Fuerzas Armadas perderían operatividad con soldados y marineros profesionales de más de 45 años, Bravo entiende que estamos ante “una vieja cantinela” de determinados oficiales de la cúpula de mando. Ellos impusieron esa tesis cuando se elaboró la ley, a finales del siglo pasado, pero el “envejecimiento” que invocó la ministra Cospedal en su primera comparecencia parlamentaria (ella cumplió 51 años el 13 de diciembre pasado) hoy no tiene una relación directa, de causa-efecto, con la “operatividad”. Antes, al contrario, los militares con más edad, entre los cuarenta y los cincuenta años, son los que más conocimientos y experiencia poseen, y mayor eficacia aportan a los ejércitos y a la Armada.

Bravo argumenta que si se analiza con detalle cada unidad, enseguida se advierte que la destreza en el manejo del material y, por consiguiente, la eficacia es mayor en manos de personal curtido y experimentado. Si además consideramos que el esfuerzo físico ha perdido peso con el avance de la mecánica y la tecnología, y que la mayor parte de las unidades de choque, incluidas las compañías de operaciones especiales, utilizan vehículos, la edad de los combatientes sólo tiene un inconveniente: que aporta experiencia y no resta operatividad.

Cierto es que según este suboficial, y algunos colegas de otras asociaciones minoritarias de oficiales consultadas por este diario, resulta más fácil para la cúpula ejercer el mando sobre unos militares profesionales sometidos a contratos temporales (de tres y seis años). Las plazas de promoción interna son limitadas y los contratos de militar permanente se han visto reducidos durante el último periodo de gobierno del PP a un centenar cada año. Las pruebas de evaluación interna permiten a los mandos hacer cribas con criterios discutibles, casi siempre ideológicos y escorados en contra del asociacionismo profesional. Ese poder y estilo de mando es el que, según coinciden los militares consultados, está detrás del argumento del “envejecimiento”.

De mantenerse la normativa actual, el número de militares profesionales de la escala básica que irán al paro se incrementará progresivamente a razón de más de un millar cada año (véase el estudio de la AUME) sin que, por otra parte, se estén cumpliendo las previsiones de la ley en relación con la formación, la certificación y la titulación de los conocimientos adquiridos en las Fuerzas Armadas para facilitar el empleo en la vida civil. Tampoco --con excepción de las plazas ofrecidas por el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil-- el Ministerio de Defensa ha considerado prioritario la oferta de plazas en las administraciones públicas y empresas privadas.

Con todo, el PSOE ha ofrecido a Cospedal una subocomisión parlamentaria, que comenzará a funcionar en febrero, para abordar un problema vital para miles de profesionales y sus familias. Aunque la ministra se muestra renuente a modificar la ley, porque no quiere “unos ejércitos y una Armada en la que todos tengan cincuenta años”, está dispuesta a revisar la carrera profesional, la capacitación y los aspectos relacionados con la formación y la certificación profesional. Fue su única alusión a la problemática en su discurso de la Pascua. Ese será, según ha afirmado en otros foros, el principal cometido desde el Ministerio en esta legislatura.

En el otro frente, el del material, la ministra ya ha anunciado la integración de los pagos extrapresupuestarios correspondientes a 2016 y 2017 en el próximo presupuesto, tal como ha dictaminado el Tribunal Constitucional, lo que supondrá un aumento de 1.800 millones de euros este año. También sobre el envejecimiento del material, con una deuda pendiente superior a 25.000 millones de euros hasta 2030, ha anunciado un estudio sobre las necesidades para un nuevo planeamiento.

2 Comments
  1. eleusipo says

    DE LOS CONTRATOS DESAPARECIDOS DEL YAK-42: … lo que la sra.de Cospedal puede hacer para obtener los contratos, es pedir o solicitar una copia de ellos a las empresas, instituciones o Estados extranjeros correspondientes, en su caso, y ya veremos qué puede pasar. ¿ O no …? Saludos.

  2. pascua says

    Interesante artículo aunque lo de los militares de pascua…… es un tema muy extenso

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