¿Quo vadis PSOE?

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Jesús Cuadrado *

Jesús_CuadradoPedro Sánchez fracasó en la votación de investidura, pero sale fortalecido como líder de su partido”, han titulado casi todos los grandes medios de comunicación. Son los mismos que le asignan una función heroica al Partido Socialista, la de ser un gran dique de contención frente a la avalancha de Podemos. Por lo que observo, el grupo de Sánchez parece encantado con este cometido. ¿Qué pasa en el PSOE?

Por lo que yo conozco, si mañana se consulta de nuevo a los militantes, esta vez sobre un posible pacto de gran coalición con el PP, irían en menor número a votar pero votarían sí. Si se lo pide la dirección de Ferraz, sí. Este es el panorama: en muy pocos años se han ido más de la mitad de los militantes y, de los que quedan, sólo la mitad responde a estas convocatorias. Menos de cien mil, que ven a su partido como un barco que zozobra, a punto de hundirse, y creen que sólo se salvará si apoyan a quienes lo dirigen. Los César Luena, Óscar López, Antonio Hernando, lo saben y lo usan. “Compañero, vota sí o nos hundimos”, ese es el dilema que les proponen.

Hace años, cuando Rodríguez Zapatero era líder de la oposición, le acompañé como portavoz de Agricultura a León en una visita a ganaderías afectadas por el mal de las “vacas locas”. Felipe González le llamó varias veces y, aparte de comprobar que le decía “Zapata”, interpreté que pretendía seguir al mando del Partido Socialista, como un eterno patriarca sudamericano. Tiempo después, cuando Zapatero ya era presidente del Gobierno, me sorprendió que eligiera como jefe de gabinete a José Enrique Serrano, que había ocupado ese puesto con González. Desde la experiencia personal de esos años como portavoz de Defensa, no tengo ninguna duda: Serrano siguió actuando cada día como jefe de gabinete del anterior presidente socialista. Especialmente, cuando, en una operación muy calculada, forzaron a Zapatero a adelantar las elecciones y a asegurarles la candidatura de Pérez Rubalcaba.

Ahora, al ver a Serrano al frente de las negociaciones para la investidura, deduje que Felipe González seguía al frente, “de facto”, que diría Pedro Sánchez. Sólo quienes desconocieran de qué va esta historia podrían creer que un acuerdo PSOE-Podemos tenía alguna posibilidad. ¿Los resultados para el PSOE? Han logrado proporcionar un salvavidas al PP, una rampa de lanzamiento al partido de Albert Rivera, y dejan libre el terrazgo de la izquierda a Podemos. ¡Espectacular!

Es lo que pasa cuando, en una organización política, los asesores contratados se convierten en sus dirigentes. La gente ve mensajes de plástico, zigzagueos como los de “ahora Portugal”, “ahora Alemania”, sinsentidos como eso de “si no estás conmigo, estás con Rajoy”. Cocina de asesores, incolora, inodora e insípida. Lo peor que le puede pasar al PSOE es que sus electores piensen: “parece que estos tipos no saben quiénes son ni qué representan”. Más que como dirigentes políticos, que crecen en contacto con la realidad, se mueven como robots montados en laboratorio. En estas condiciones, si el Partido Socialista repite en las elecciones del próximo 26 de junio con Pedro Sánchez y su grupo, la gente no sabrá qué vota al votar socialista.

Puedes pactar con quien quieras, siempre que sepas qué representas. Pero el problema de este PSOE no es de pactos, es de credibilidad y eso no se compra en el supermercado. Como sentenciaba Tony Judt cuando criticaba la degradación de la socialdemocracia convertida en postpolítica desprovista de principios: “Lo más irritante es la falta de autenticidad”, y aún peor, “la apariencia de autenticidad”. De este vaciado ideológico del PSOE se deriva la orfandad de las ideas socialdemócratas hoy en España.

Cuando se leen las 66 páginas del documento acordado con Ciudadanos puedes detectar por todas partes la música de Luis Garicano, es decir, no la de Keynes, sino la de un seguidor de Hayek, ese economista al que, antes de que la Faes de Aznar lo convirtiera en uno de sus santones, ya lo había encumbrado Margaret Thatcher con su famoso “esto es en lo creemos”. El economista de Ciudadanos puede decir que su modelo es Dinamarca, pero basta leer este artículo suyo en El País o su propuesta sobre educación en su libro-programa electoral, “Recuperar el futuro”, para ver que de eso, nada. Otra cosa es la artimaña electoral para hacernos creer que la alternativa es entre Hayek y Marx o entre Dinamarca y Venezuela. Claro que, si al otro lado de la mesa están asesores como Jordi Sevilla, el de “bajar impuestos es de izquierdas”, apaga y vámonos.

El 'modelo nórdico', que Joseph Stiglitz considera la mejor fórmula para el impulso de una economía innovadora, “la sociedad del aprendizaje”, no está en el pacto Ciudadanos-PSOE, ni en espíritu, ni “de facto”. No hay cocina mestiza capaz de mezclar a Hayek con Keynes. A tres meses de la repetición de elecciones, no tengo claro que la opción socialdemócrata vaya a tener representación, sobre todo si el Partido Socialista se empeña en repetir con los de “ganar perdiendo” y Podemos se embarra en obsesiones de anticapitalismo primario y soberanismos anacrónicos. ¿Habrá reacciones?

Hace unos días se cumplían treinta años del asesinato de Olof Palme, uno de los artífices del imbatible modelo socialdemócrata del Norte. Él nunca hubiera terminado en un Consejo de Administración; era uno de esos líderes que sabían bien quiénes eran y qué representaban. No era de esos a los que, como solía decir Judt sobre los socialdemócratas de pega, “simplemente, les gustaban los ricos”. Y él siempre hubiera optado por la honestidad antes que por la lealtad a la tribu.

En fin, padre, que ahí seguimos.

(*) Jesús Cuadrado es militante del PSOE. Fue diputado socialista por Zamora de 2004 a 2011.
5 Comments
  1. BERNARDO says

    Coincido fundamentalmente con el análisis. Los que hemos estado dentro del Psoe sabemos lo que hay debajo de esa superficial y mercadotecnia que se refleja en los medios y lo que son los actuales y algunos de los antiguos dirigentes del partido y su falta de autenticidad ideológica. No se es socialista por tener el carnet de un partido que así se denomine.

  2. kARLOS says

    Tiene razón el autor, si el PSOE repite con Pedro Sánchez la torta puede ser histórica, otra vez.

  3. Angel San Juan Marciel says

    Lo más importante en la política española, es, primar los intereses de los españoles por delante de los intereses de los partidos. Empezar a negociar dialogando y cediendo todos es otra parte fundamental en la dialéctica actual.Se acabaron las mayorías absolutas afortunadamente
    y por tanto los rodillos a que estamos acostumbrados.A Felipe González ,se le ha visto el plumero.El austericidio a que se ha sometido a los españoles, es sin duda alguna el principal problema de la actual situación económica española cargándose a la pequeña y mediana empresa y a los trabajadores en general-microeconomía-, frente a la macroeconomía defendida a capa y espada al estilo de la edad media,el gobierno del 1%, para el 1% y por e-l 1% trabaja para enriquecer al 1%-Joseph E. Stiglitz, esa es la cuestión.Un saludo

  4. Angel San Juan Marciel says

    Lo más importante en la política española, es, primar los intereses de los españoles por delante de los intereses de los partidos. Empezar a negociar dialogando y cediendo todos es otra parte fundamental en la dialéctica actual.Se acabaron las mayorías absolutas afortunadamente
    y por tanto los rodillos a que estamos acostumbrados.A Felipe González ,se le ha visto el plumero.El austericidio a que se ha sometido a los españoles, es sin duda alguna el principal problema de la actual situación económica española cargándose a la pequeña y mediana empresa y a los trabajadores en general-microeconomía-, frente a la macroeconomía defendida a capa y espada al estilo de la edad media,el gobierno del 1%, para el 1% y por el 1% trabaja para enriquecer al 1%-Joseph E. Stiglitz, esa es la cuestión.Un saludo

  5. pepon3000 says

    Acabo de leer el articulo y los comentarios y es algo alarmante y preocupante. Coincido en lo que se dice de las interferencias de Felipe, que ya va siendo hora de que se retire. Y otras interferencias varias de determinados «varones y varonesas». Sigo creyendo que Pedro Sánchez lo ha hecho lo mejor posible, dadas las circunstancias, y que será el candidato en las próximas elecciones, si bien el pacto con Ciudadanos chirria en lo concerniente a los camuflajes ultraliberales que estos encubren , que es mucho mejor tener claro a donde nos dirigimos: ya que nuestro modelo es el de los socialdemócratas nórdicos. Es este sentido recomiendo un buen libro que he terminado de leer hace poco tiempo: «El retorno de los chamanes» de Victor Lapuente, los chamanes que amenazan el bien común y los profesionales que pueden salvarnos. De Península Atalaya. Es un libro muy bueno, basado en las experiencias del por países nórdicos, y su socialdemocracia, muy pragmáticos, y dialogantes con todas las fuerzas políticas, pero que han ido construyendo un estado del bienestar de forma indirecta, muy envidiado hoy día por todos los países.

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