Más de un millón de personas exige un referéndum sobre el rescate

Más de un millón de personas llegadas de todos los puntos del país, menos Canarias, que celebró sus propias manifestaciones, gritaron ayer en Madrid contra el Gobierno del PP y le exigieron un referéndum sobre el rescate y los recortes sociales. Los organizadores no dieron una cifra exacta de manifestantes, aunque aseguraron que eran “más de un millón”. La exactitud la dejaron para el jefe de los obispos, Rouco Valera, quien, como recordó la representante de los movimientos sociales tras leer el manifiesto, ya calculó en su día el aforo de la plaza de Colón en un millón de personas. Y también para la Delegación del Gobierno, que además de proteger con un centenar de policías la puerta de la sede del PP en la calle de Génova, cifró la protesta en 65.000 manifestantes como máximo.

Con el lema ¡Vamos! Quieren arruinar el país; hay que impedirlo. Y debajo: Protesta general, cientos de miles de trabajadores llegaban a Madrid en los 2000 autocares fletados por los sindicatos CCOO, UGT, CSIF, USO, CGT y la Intersindical. Venían de Cataluña, Euskadi, Navarra, Asturias, Castilla-León, Castilla-La Mancha, Aragón, Valencia, Andalucía y Extremadura. Los de los puntos más alejados salieron a las dos de la madrugada. Los de Burgos, Valladolid, Albacete y Ciudad Real salieron entre las seis y las siete de la mañana. A las 10:30 todos estaban en los lugares asignados, las inmediaciones de la Puerta de Alcalá, Neptuno y el Paseo de la Castellana, con sus banderas, pancartas y atavíos de protesta. Los sindicatos se habían propuesto traer a cien mil personas a Madrid y cumplieron su previsión, lo que convierte en patética y ridícula la contabilidad de la delegada gubernamental, Cristina Cifuentes.

Las columnas se pusieron en marcha hacia la plaza de Colón, que a las 11 de la mañana ya estaba abarrotada de gente. En Neptuno, Cibeles y la Puerta de Alcalá, decenas de miles de personas se sumaron con sus pancartas y camisetas con los colores de las distintas “mareas” a los recién llegados y ocuparon el centro y los laterales del Paseo de Recoletos hasta la plaza de Colón. Los colectivos de trabajadores de los distintos servicios públicos lucían sus colores distintivos: verde enseñanza, blanco sanidad, naranja servicios sociales… Todos ellos han sufrido recortes despiadados. Decenas de miles han sido expulsados al paro después de haber sufrido mermas y congelaciones salariales. Las pancartas, consignas y lemas contra “la ruina de lo público” eran constantes.

Los funcionarios de azul se mezclaban con los de camisetas negras, “bomberos quemados” que portaban un ataúd y la replica de un helicóptero de emergencia de cartón piedra e hicieron estallar petardos en las inmediaciones de la calle de Génova. También negras eran las camisetas de los Trabajadores del Espectáculo, especialmente castigados por el paro y rematados por el aumento del IVA como si la cultura fuera un lujo. “Sin cultura tenemos dictadura”, era uno de sus lemas. Los desahuciados de sus viviendas, los estafados por las “preferentes”, los inmigrantes expulsados de la sanidad pública, miles de jóvenes sin empleo, miles de andaluces con la bandera de su tierra en la pechera, miles de catalanes con su señera…, jóvenes socialistas de Euskadi, de Navarra, anticapitalistas del PCE lanzando consignas desde una camioneta… Un desfile ameno, multicolor, violeta, feminista, interminable, en el que no faltaban poetas, actores y escritores famosos y consecuentes. Sobre el Teatro Fernando Fernán Gómez, los trabajadores de RTVE plantaron su pancarta contra los despidos.

No faltaron consignas contra la monarquía, contra las subvenciones y exenciones fiscales a la Iglesia Católica; contra la supuesta inversión del magnate estadounidense de la “industria del vicio y la ludopatía”, según términos de Cayo Lara, la Eurovegas de Aguirre; contra la alcaldesa Botella que cierra bibliotecas y escuelas municipales de música: “La música me llena, la botella está vacía de cultura”. Tampoco, alusiones a la necesidad de una huelga general. Hubo carteles imaginativos como aquellos del PCE llamando a la entifada: “Piedra gana a tijera”. Quizá los que mejor resumían la voluntad de los manifestantes eran los maestros que marchaban con bandera (republicana), banda y música tocando Resistiré y coreando: “Cuando pierda todas las ayudas/ cuando no me quede solución/ cuando te jubiles de becario/ o parado de la construcción… Resistiré aunque me quiten todo/ aguantaré los años de gobierno del pepé/ que el telediario de la uno sea el No-do/ y que el que mande en mi destino sea de la CEOE… Aunque el recorte se transforme en un deporte/ resistiré, resistiré…”

Desde la tribuna, los líderes de UGT y CCOO hicieron saber al Gobierno de Mariano Rajoy que ha llegado la hora de “devolver la palabra a la ciudadanía” y exigieron la consulta en referéndum sobre la política económica y la petición del rescate. Ambos plantearon la posibilidad de una huelga general. “La llave de la huelga general la tiene el presidente del Gobierno, aunque si se llega al desenlace inevitable, la fecha no la va a poner Rajoy”, dijeron. Cándido Méndez destacó el enorme seguimiento de la convocatoria: “Aquí hay mucha gente que no se quiere resignar, que está hasta la coronilla. Nunca con tanta soberbia, con tantas malas artes, se había hecho tanto daño a la inmensa mayoría de la sociedad, porque sólo se protege a las elites económicas y financieras”, dijo antes de acusar al Gobierno de comportarse con “arrogancia y prepotencia en España y con sumisión y servilismo en Europa”.

El líder de UGT añadió que “para este Gobierno no hay nada intocable” y previno que “va a poner en tela de juicio las pensiones, lo que queda del desempleo y los servicios sociales”, lo que supone “pasar del Estado de Derecho Social al Estado de Beneficencia”. La operación del PP es doble, añadió, pues al tiempo que “facilita el negocio con las privatizaciones a sus allegados, recupera la figura entrañable de las damas del ropero de la caridad, que así se ganarán el cielo, según su religión”. También consideró paradójico que los populares se “cisquen” en su programa ideológico liberal cuando se trata de rescatar a un banco, pero “lo llevan hasta las últimas consecuencias” para atacar los servicios públicos. “Es inmoral pretender aprovechar el ajuste de cuentas del erario público para ajustar las cuentas al Estado Constitucional. Estas medidas son dudosamente constitucionales”, subrayó.

En el cuarto aniversario de la quiebra de Lehman Brothers, Méndez recordó el puesto de delegado para Europa que desempeñó el ministro Luis de Guindos en la entidad y dijo que “ha dimitido mentalmente de su responsabilidad y ha vuelto a recuperar la figura de delegado de Lehman Brothers”. También sobre el presidente Rajoy ironizó: “debe haber sido la avanzadilla del Voyager la que le ha impedido enterarse de la realidad del país. No sé qué es peor: si ignorar algo o mentir descaradamente. ¿Quién nos gobierna, que no sabía cuál era la realidad del país?”, se preguntó antes de terminar su monólogo con un llamamiento a “combatir la deriva antisocial y totalitaria con la movilización y el referéndum”, y también con la explicación “hasta el último confín del país de  que hay alternativa”.

El líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, confió en que Rajoy aproveche las fotos y vídeos de la manifestación para ver “las imágenes de esa realidad que dice que no conocía”, y también subrayó que hay alternativas a la “anestesia” que el Gobierno está tratando de imponer a la sociedad, Recordó que Grecia, Portugal o Irlanda “no están mejor que antes de mayo de 2010, cuando se inició este camino del suicidio. Toda Europa sufre las consecuencias de una opción desde la ideología. La rebelión de las elites es lo que está presidiendo los dictados”. Acusó a los gobiernos europeos y al BCE de actuar al dictado de los mercados y haciendo pagar a los ciudadanos. “No es el tiempo de carta blanca para los mercados; es el tiempo de más política, de devolver la palabra a la ciudadanía, que tiene derecho a que se les explique primero por qué se abandona el programa electoral y luego se les permita expresar su opinión en un referéndum”.

Fernández Toxo aseguró que la movilización continuará hasta donde sea necesario, incluyendo una huelga general. Tras recomendar a Rajoy que “escuche a la ciudadanía, que se está expresando alto y claro”, concluyó entre fuertes aplausos con los gritos de  “¡Adelante! ¡Hay esperanza! ¡Hay alternativa! ¡Viva la lucha de la ciudadanía! Después, los representantes de la Cumbre Social, que agrupa a más de 150 asociaciones, leyeron un manifiesto y, mientras sonaban canciones de protesta No nos moverán y La muralla, algunas asociaciones subieron a la tribuna para exhibir sus pancartas. Cuarenta y cinco minutos más tarde llegaban a Colón los últimos manifestantes. Una muchedumbre se acumuló en la calle de Génova y dio vivas a los catalanes e incluso a Zapatero. Antes de la marcha, la policía detuvo a cuatro jóvenes del movimiento 25S por negarse a identificarse.

La dirección del PSOE estuvo representada por el secretario de organización, Oscar López. Por IU acudió una amplia delegación encabezada por su coordinador general, Cayo Lara, quien exigió la convocatoria de un referéndum sobre el rescate. Desde Vitoria, el dirigente socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, afirmó que Rajoy ha perdido la mayoría social después de cometer de forma reiterada “el grave error de mentir a los españoles” y esconder sus propuestas. “Muchos españoles pensaron que era mejor Rajoy para salir de la crisis; ahora saben que ha gobernado con mentiras y que son unos malísimos gestores”, dijo.

Pero la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, cree que aunque “algunos” estén “enfadados” e incluso “pongan piedras en el camino”, al final “van a agradecer” la acción del Gobierno de Rajoy. Sin acordarse de que los sindicatos lanzaron movilizaciones y una huelga general contra las políticas de Zapatero, Cospedal preguntó a los convocantes: “¿Dónde estaban entonces?”. Desde Chipre, el ministro Guindos hizo saber que “los sacrificios son absolutamente ineludibles para corregir el entorno difícil y poner las bases de la recuperación”. No aclaró quien deberá hacer más sacrificios porque ni lo considera necesario.