¿El Urdangarin de la justicia?

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El juez Baltasar Garzón, junto a su abogado, accediendo al Tribunal Supremo. / Sergio Barrenechea (Efe)
Garzón, la semana pasada, accediendo junto a su abogado al Tribunal Supremo. / Sergio Barrenechea (Efe)

Estoy HARTA de Garzón. ¿Es grave, doctor? ¿Debería consultar con mi abogado antes de escribir este artículo? Justo cuando los corazones verdaderamente libres se congratulaban porque en España se puede juzgar hasta al yerno del Rey, va y se monta la marimorena porque el ciudadano y magistrado Baltasar Garzón tiene que someterse al escrutinio de los tribunales. ¿Qué pasa, son injuzgables los jueces? ¿En casa del herrero, cuchillo de palo? ¿Está Baltasar Garzón por encima de Iñaki Urdangarin y de la ley?

Vaya por delante que yo no tengo ni idea de si el señor Garzón (o el señor Urdangarin) es culpable de aquello que se le acusa. Si se prueba que es inocente, me parecerá fenomenal (del otro también). Si se prueba que es culpable, al trullo, a la inhabilitación o a lo que sea con él. Sin distingos. ¿Que como juez ha hecho cosas buenas? Sin duda, pero eso no le exime de seguir las reglas, de pagar impuestos y hasta las multas de tráfico como todo hijo de vecino. En los países normales, créanme, es así.

Para muestra, un botón: en EEUU no tuvieron empacho en condenar a dieciocho meses por corrupción a Bobby DeLaughter, una leyenda viva del derecho que había revolucionado la lucha por los derechos civiles, que había conseguido la condena del asesino blanco de un negro que llevaba décadas burlando a la justicia. La historia inspiró la película “Ghosts of Mississipi”, con Alec Baldwin, y un artículo mío de hace más o menos un año. Para los americanos meter en la cárcel a DeLaughter era como ponerle los grilletes al Gregory Peck de “Matar a un ruiseñor”, ¿se acuerdan? Pues lo hicieron porque era corrupto confeso.

Claro que eso no impide al mismo país, EEUU, tener intelectuales y periódicos distinguidísimos como The New York Times que desde que arrancaron los problemillas judiciales de Garzón tomaron partido descarado por él y contra sus acusadores, y de paso contra la justicia española, para ellos cavernícola. El hecho de que uno de los acusadores de Garzón sea la Falange desde luego no ayuda a nuestro prestigio internacional en estos momentos. Pero atención a lo que subyace en este estado de opinión y de cosas: no da tanto la impresión de que en Nueva York anden preocupados y obsesionados por nuestras libertades, como que siguen viéndonos a todos como castizos personajes de una novela de Hemingway. Como si acabáramos de asesinar entre todos -en plan Fuenteovejuna- a Federico García Lorca.

Ya es triste que los demás nos vean en este plan tercermundista, pero, ¿tenemos que vernos también nosotros así? ¿Tenemos que caer sistemáticamente en la ratonera y en la trampa de las dos Españas, a cual más fea y más petarda? ¿No podríamos por favor dejarnos por una vez los cojones (y los ovarios) en casa, y darle cuerda al buen sentido?

Decía antes que ignoro si las acusaciones contra Garzón tienen fundamento, y lo mantengo. Tengo algunas teorías, pero me las callo. Para empezar hay tres juicios distintos sobre la mesa. Podría ser inocente de una cosa y culpable de otra. Que le juzgue quien le tenga que juzgar, que no soy yo. No tengo partido previo tomado. Sinceramente me da igual lo que le pase. Cuando digo que estoy HARTA, lo que quiero decir es que ya vale de esta megalomanía, de esta pretensión de impunidad. Sinceramente creo que los que ponen el grito en el cielo porque Garzón sea acusado por algo son, o unos papanatas, o profesionales de la mala fe. Hay que no querer ver que este personaje lleva tiempo permitiéndose cosas que ningún otro hijo de vecino se puede permitir y salir con su cuerpo en triunfo.

Algunos ejemplos: pasar de ser el azote de los GAL a guardar el expediente en el cajón para ir en las listas electorales del PSOE, y volverlo a sacar inmediatamente después de dejar el PSOE con cajas destempladas, al parecer porque no le habían hecho ministro. Detener antes de los juegos olímpicos de Barcelona a un montón de independentistas catalanes, dándoles trato de etarras, y pasarse por el arco de triunfo las posteriores denuncias de torturas, que ni siquiera investigó, por lo cual fue condenado en 2004 por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (es curioso que los progresistas que le defienden hayan pasado por alto el incidente). Dictar dramáticas prisiones preventivas contra gente políticamente estratégica cuyo proceso después quedaba sistemáticamente en nada. Es que en nada quedó hasta lo de Pinochet. Las acciones de Garzón contra el genocida chileno se revelaron tan políticamente impactantes como carentes de fuerza jurídica en la práctica.

Hay que decir una cosa interesante de Garzón: ha descubierto un quinto poder que sumar al ejecutivo, el legislativo, el judicial y el mediático. Ha descubierto el poder del casi, casi. Para muchas víctimas de la atroz dictadura chilena fue consolador ver a Pinochet humillado y en arresto domiciliario. Que la cosa no pasara de ahí no les (nos) quita lo bailado. Personajes como Henry Kissinger desde entonces se lo piensan mucho antes de viajar al extranjero y pasar por algo semejante. Bien por nuestro supermagistrado castizo. Lo malo es que parece que se ha aficionado tanto a la casi justicia, al proceso exprés donde lo que cuenta es imputar y no condenar, agitar las aguas y no ver claro, que lo de llegar al final de una instrucción seria hace tiempo que le da pereza. Que trabajen otros.

Otra cosa interesante que habría que reconocerle a Garzón es su talento para poner de los nervios a las dos Españas sin casarse de verdad con ninguna. Usando y abusando de sus prerrogativas ha sabido ser primero de una, después de otra y vuelta a empezar según soplaban los vientos de la coyuntura y de la vanidad misma. Quizás lo que más me gusta a mí de este personaje es cómo ha sabido (y aún sabe) tomar el pelo a los más cerriles de ambas tribus, dispuestos a romperse la cara en la calle por turnos. Como si Garzón fuese de los suyos o de los otros, en lugar de ser irrenunciablemente de sí mismo. Y de nadie más que de su ambición gigantesca.

En fin, lo dicho: que la opción de que el cielo le juzgue está bien, pero por sentido común y hasta del ridículo estaría bien que primero le juzgara la justicia ordinaria con absoluta normalidad. Si es inocente, felicidades. Si es culpable, felicidades también. ¿Que no le hubieran juzgado si otros jueces no estuviesen hartos de él y le tuviesen la suficiente manía como para pasarse por el forro el principio de que el lobo no muerde al lobo? Si es así, por favor, no nos lo recuerden. Bastante vergüenza nos da.

18 Comments
  1. yo says

    Me parece que no te funciona muy bien el cerebro, anna grau

  2. capulliski says

    Vale, tía, tómate algo, si es que no te lo has tomado ya, y después vomita tanta cultura imperial que parece que has interiorizado durante tu encame con los WASP. Como provocación, no queda mal el artículo. Como aportación al caso, te lo podías haber guardado.

  3. negras tormentas says

    ¡Me produce v más asco que la casi desnuda!
    ¡Váyase v a la mierda!
    Comente el inmundo y no aquí, que ensucia este lugar.

  4. celine says

    Fantástico, Anna. El juez me cae bien pero me sorprende lo relajado de algunas de sus instrucciones. En cuanto a la justicia española, soy de las que creen en ella porque es un ejercicio de la democracia creer en la justicia. ¿Qué otra cosa nos queda si no? Supongo que se echa de menos el empleo del lenguaje inteligente exento de insultos feroces y salivazos como los que leo en estos comentarios.

  5. Patronio says

    Ufff, Anna, se te nota tanto ese poso tan característico que el ABC va dejando a todos quienes trabajan o colaboran en ese medio prototípico de la derecha española más cavernícola, que realmente no se te puede hacer a ti responsable única de las barbaridades que has escrito. ¡Y pensar que un día llegué a pensar que éste era un medio que reunía a opinadores progresistas!

  6. Luismi says

    Tranquilízate, Anna, y lee esto: http://www.publico.es/espana/418108/visto-para-condena

    Pasan cosas raras con estos 3 juicios que de repente le han salido a Garzón.

    Y respecto a las otras cosas que comentas, ahora no se le juzga por eso. Cada uno se merece tener un juicio por las cosas que hace, no por las que hizo.

  7. KK says

    Su opinión tan arrogante como intencionadamente ignorante no aporta un gramo de sensatez ni cultura y se inscribe en el casticismo berrueco que parece aborrecer. Gran esfuerzo informativo el de usted para hacer perder el tiempo a los demás citando a personas de mérito. KK.

  8. Runaway says

    «Todo hombre (o mujer) es tonto/a de remate al menos cinco minutos al día. La sabiduría consiste en no sobrepasar el límite» Anónimo

    Creo que este arrebato ha sido fruto de cinco minutos de tontura y estupidez, y fruto de ello ha sido este artículo.

    Lo más chocante es que la misma articulista reconoce que no tiene «ni idea de si el señor Garzón es culpable de aquello que se le acusa» y vuelve a insistir más adelante en que ignora «si las acusaciones contra Garzón tienen fundamento» y «lo mantiene». ¿Entonces? ¡¡Cuanta ignorancia y cuanto disparate¡¡ Con razón dice el dicho que «la ignorancia es atrevida»

    «Dos cosas son infinitas: El Universo y la estupidez humana…» Albert Einstein

  9. Luca Caballero says

    Ni papanatismo ni mala fe. De los errores de Garzón en la instrucción de algunos sumarios no puedes pasar a echar mano de la frivolidad. El asunto es de evidente trascendencia política, por que política es la decisión de meter mano a Garzón. ¿A qué poder mediático proGarzón te refieres, a El Mundo, Abc, La Razón, La Gaceta, Antena 3, Telecinco, Intereconomía…No quiero abrumarte.

  10. Jonatan says

    Leo el articulo y luego leo los comentarios. Vuelvo a leer el articulo y sólo me explico el tono de los comentarios porque sus autores no han podido leer bien el articulo. Se lo impiden las vísceras, que son muy malas para pensar. Excepto una: el cerebro, al que conviene dejar tranquilo y trabajando.

  11. inteligibilidad says

    Cierto es que no es un santo… hay muchas sombras con el tema de las torturas a detenidos (en Europa, señores, no en Guantánamo). Que cada juicio juzgue la causa que le corresponde y que se haga justicia.

  12. Jose says

    No se arma la marimorena porque un juez tenga que sentarse en un banquillo. No te pases de listo. Hay ya jueces en prisión, por corruptos. Se arma la marimorena porque la PPería juedicial quiera convertir el Gúrtel en otro caso Naseiro y se vayan de rosistas todos los PPeros implicados en el mismo. ¡Urge regenerar el Poder Judicial!

  13. emperador says

    Las acusaciones de que hoy se tortura en prisiones o comiserias en
    España,son muy graves.!Hay que
    demostrarlas!.En este articulo,se dan
    por hecho sin mas.
    No es santo de mi devocion.Pienso,
    que tanto la Justicia como la propia Constitucion,necesitan severas refor-
    mas.El Rey,en mi opinion no deberia
    ser «inviolable».A la misma Corona le
    interesa la transparencia.
    En el caso concreto de los restos de
    los fallecidos en la Guerra Civil,donde sus familiares ignoran la situacion de las tumbas…No es que Garzon,sea mas alto o mas guapo..es
    sencillamente que clama justicia.No
    miremos al dedo.Hagamoslo donde este señala

  14. el andaluz says

    magnifico articulo, tienes mas razón q una santo.En españa hay muchos jueces pero solo se habla de este, tal vez por su ambición infinita y su justicia parcial.Q hartura de dos españas, franco, rojos y amarillos.cuanto retro hay suelto.con la q está cayendo en españa seguimos hablando del sexo de los angeles…

  15. celine says

    En apoyo a la inteligencia y a la independencia http://ccarnicero.com/2012/01/17/garzon-la-impunidad-el-populismo/

  16. Empecinatux says

    Estoy contigo Anna, tienes razón. Pero -siempre hay un pero- no la tienes ‘toda’ la razón. Me explico.En un país normal, tomando por normal un país donde todo el mundo está sujeto a la Ley, no habría argumento contra tu tesis, sin embargo, España no es un país normal. Muchos hemos reaccionado ‘papanatísticamente’ por una percepción, que por intuitiva que sea, parece que, paradójicamente, es bastante objetiva: España está aún controlada en gran medida por los mismos de 1975. Garzón será -o no- lo que usted quiera pero ‘pecó’ al equivocarse -o no-contra los intocables. El contraste con otras situaciones análogas que vivimos los que nos ganamos la vida con esto del Derecho,hace que resulte más obvia la diferencia de trato. Así El Poder establecido presiona y manda «avisos a navegantes» de que el espejo de la Justicia no refleja la imagen vampírica de la cara derechona -que no de derechas, que es distinto- de este país. Así pues, cuando España sea un país normal le daré toda la razón, mientras tanto tendré que entender que usted es -según tus propias expresiones una papanatas u obra de mala fe. (como no obro de mala fe, debo ser un papanatas por pensar así o por leer tus artículos o por comprar tus libros. Lástima que pienses así de quién puede ser seguidor tuyo)

  17. Anna Grau says

    Empecinatux, dado tu tono ponderado te quiero contestar personalmente. No considero papanatas ni persona de mala fe a quien argumenta como tú haces, sino a quienes -solo hay que echar un vistazo a otros comentarios a este artículo- se enquistan en la negativa a discutir y en la impermeabilidad a la evidencia. Creo que el caso (los casos) Garzón llevan al clímax esa tendencia. Sinceramente creo que si me equivocara habría menos reacciones como estas que te describo. Te recuerdo que yo en ningún momento prefiguro en mi artículo la inocencia o la culpabilidad del juez, solo el derecho a ponerle en tela de juicio, y que la justicia le juzgue. Me parece peligrosísimo invocar la impunidad ante la ley por razones políticas. ¿Que Garzón tiene enemigos? Y tú. Y yo. Pero quiero creer que en un sistema judicial democrático la enemistad puede fabricar sospechas, no culpabilidades. Si es inocente que se defienda demostrándolo, no esgrimiendo que los fachas le tienen manía. Yo también creo que me la tienen (me remito nuevamente a ciertos comentarios a este artículo) y no por eso dejo de funcionar normalmente y con arreglo a la ley.

  18. Empecinatux says

    Ante todo gracias por contestar a mi post. Siento la tardanza en responder pero ando muy liado. Al igual que tú, no pretendo entrar en el fondo del asunto: si Garzón prevaricó o no. Lo que quería resaltar es que en este país se remueve Roma con Santiago para proteger a cierta casta. Que el Sr. Garzón obró mal, no lo sé, quizá. Pero lo que tengo claro es que -por lo que fuera: ego, ambición u otros intereses espúreos- este tipo conseguía poner nerviosos a mucha gente que el sistema mantiene en una connivente tranquilidad. Y eso, ciertamente, me gustaba. En todo caso, el pillaje generalizado que reina en este mundo (y en concreto, en este país) hace que los nervios estén a flor de piel y nos sitúa a muchos en la disyuntiva de mantener un discurso racional -como el que tú verdaderamente mantienes- o dejarnos llevar por la pataleta. Pataleta, que visto lo visto (estafa económica denominada crisis, nepotismo y mucha mucha chulería de los privilegiados por el sistema) parece devenir paradójicamente la respuesta más racional.
    Un saludo y has fidelizado un lector, crítico, pero seguidor, al fin y al cabo.

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