Valls pretende ser alternativa a Colau y ERC manifestándose junto a Vox

  • Afirma que no ocupará el cargo con los votos de Vox
  • Matiza que “los de Vox no son fascistas sino nacional-populistas”

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Manuel Valls se retrata este fin de semana acudiendo a la manifestación convocada por PP, Ciudadanos y Vox en Colón contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Dice que lo hace “sin ningún complejo” porque la concentración no es de derechas ni de ultraderecha, sino transversal, y añade que recupera el espíritu de la manifestación constitucionalista del 8 de octubre en Barcelona. Y lo hace después de que su oficina de prensa señalase el pasado día 7 que el ex primer ministro francés no iría para no compartir pancarta con Vox.

En privado, Valls incluso afirma que no será alcalde con sus concejales barceloneses (“Yo no puedo ser alcalde con los votos de Vox”, ha afirmado). Pero matiza que el partido de Santiago Abascal “no es fascista”. Lo ve más como algo nuevo que él califica como “nacional-populista”, un magma que a su juicio ya ha cuajado como tal en Andalucía. Quizás por eso no rechaza que le apoye como alcalde siempre que lo haga desde fuera, sin formar parte de su Gobierno municipal.

Su ambigüedad se asemeja notablemente a la históricamente manifestada por el grupo fundamental que le sustenta, la de Ciudadanos. Y pone en cuestión la transversalidad a la que hace permanente referencia (en privado, incluso expresa la pena que le daría que el PP no consiga tener concejales en la Ciudad Condal).

Quiere ir de verso suelto, pero, a la hora de la verdad, pese a sus raíces socialistas, se pliega siempre a la política del centro derecha. En su campaña de Barcelona, quien fuera primer ministro socialista francés incluso llegó a postular la necesidad de hacer un "cordón sanitario" contra la extrema derecha, situando a Vox en ese espacio ideológico. Y, después, sobre el pacto de Gobierno en Andalucía (PP, Ciudadanos y Vox), Valls expresó su "pesar" por el acuerdo con el partido de Abascal, aunque al tiempo suscribió el documento firmado por Ciudadanos con el PP para hacer presidente a Moreno Bonilla por considerarlo "claramente reformista".

Es más, durante la negociación de Andalucía, el exprimer ministro francés llamó a no hacer "ningún pacto" con Vox, al que definió como "ultraderecha". Y desde entonces su confrontación con ese partido ha sido tal que el propio Abascal llegó a calificarlo despectivamente como "el ventrílocuo francés".

En el caso barcelonés, sin embargo, ha buscado una excusa que vale para todo. Afirma que Ada Colau ha salido de su ambigüedad y va a pactar con ERC y los independentistas. Y considera que esa alianza no solo es “probable”, sino además “terrible”.

Valls añade que el entendimiento entre Colau y los independentistas tendrá en el futuro consecuencias muy graves para Barcelona, España y Europa”. “Porque si cae en manos de esa alianza –matiza-, Barcelona les dará una fuerza a los independentistas que no puede darles Cataluña entera”. Sobre todo, en lo internacional.

De ahí que asegure que él puede ganar. Pese a las encuestas. “Porque nada está escrito”, concluye. Y de ahí, también, porque conoce el rechazo popular que provoca Vox en Catalunya –incluso más acá o allá de sus fronteras--, intente ofrecerse como alternativa desmarcándose del partido de Abascal. Pero ya lo dice el refrán popular: "quien quiera peces tiene que mojarse el culo". Y, aunque esté de moda sumar votos sin mojarse en nada, sigue siendo imposible mezclar el agua con el aceite. Por más moderna que se pretenda la alquimia, no existe ninguna piedra filosofal que haga posible la síntesis entre fascismo y democracia. En eso ya fracasó incluso Franco cuando, en el momento más sanguinario de su dictadura, se inventó la “democracia orgánica” de 1942.

 

1 Comment
  1. ninja45 says

    A este no lo va a votar ni el Tato. El año pasado, el chaquetero Manuel Valls y el caduco Vargas Llosa estuvieron en los mítines del Partido Podrido y C’s. Fachas hablando de las maldades del nacionalismo. Se referían naturalmente al nacionalismo catalán, ya que, según ellos, el nacionalismo español es una maravilla. En su discurso la cortita Sor Aya se vanaglorió de haber «descabezado» y «liquidado» el independentismo
    y haber «encarcelado» a nuestros representantes legítimos libremente elegidos. La morritos Inés y su pandilla de degenerados, aplaudieron como siempre la aplicación del 155 y hablaron de la consabida «fractura social» que sólo ven ellos y abogaron por respetar la «Injusticia Española». Por otra parte en el mítin de los Socioslistos, el necio e impresentable Borrell, declarado persona «non grata» en su pueblo natal, habló de «desinfectar» las heridas producidas por los independentistas. Que asco me dan esta gentuza….. Con gente indefensa aporreada vilmente, políticos en prisión incondicional y otros en el exilio, querellas y juicios pendientes, otros arruinados por multas y fianzas totalmente desorbitadas, mientras todos los corruptos del Partido Podrido están de rositas, estos impresentables todavía tienen la desfachatez de hablar de reconciliación?. Pues no, no hay reconciliación posible. No pararemos hasta librarnos de esta mafia apestosa que nos reprime, expolia, maltrata y humilla constantemente y más después de los resultados obtenidos el 1-O y el 21-D. A al m. con la Injusticia española prevaricadora, títere de fascistas y corruptos, vergüenza de Europa. Si me pegan, me divorcio.
    Som República !!*!!

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