‘Marte’: historia de superación sin mucha profundidad

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Cartel de la película.
Cartel de la película.

Me da la impresión de que el veterano Ridley Scott (77 años) es un hombre con una clara necesidad: gobernar equipos de más de 300 personas, meterse en producciones gigantescas, viajar por el mundo, moverse, no parar. Scott, a sus años, es pura energía, algo envidiable. Otra cosa, claro, es el talento o los resultados creativos de esas gigantescas producciones porque, como ya escribí una vez, Alien y Blade Runner parece que se las rodó su primo a tenor de lo que siguió después en sus desastrosa filmografía. Menudo carrerón el de este señor.

Marte entra en la la división de grandes producciones de Scott, la misma que ese tostonazo llamado Éxodo, de esa inmensa tomadura de pelo que fue Prometheus o de otras mediocres grandes producciones como El reino de los cielos, Gladiator o 1492. Vuelve aquí a un altísimo presupuesto respaldado por un gran estudio y a una historia de aventuras espaciales correcta pero algo simplona.

Marte nos habla de una misión tripulada a ese planeta en la que el astronauta Mark Watney es abandonado por sus compañeros de tripulación, que lo dan por muerto. Watney, un tipo muy avispado, sobrevive, pero tiene los días contados para salir adelante, con los mínimos elementos y suministros. También para comunicarse con la tierra. Una buena premisa, sin duda.

La primera hora de Marte es muy entretenida y espectacular, y la puesta en escena brillante, con una producción de quitarse el sombrero. Y el personaje que interpreta Matt Damon cae bien porque es un chico simpaticote, muy despejado y sumamente inteligente, tanto que hasta se monta una huerta de patatas en pleno planeta rojo.

Pero es precisamente ahí donde falla Marte. Watney es demasiado cerebral, listo y resolutivo. Supongo que para sobrevivir a semejante marrón no viene mal serlo, pero no todo el rato, no siempre. El personaje carece de alma y de un conflicto interior, duda poco, nunca se quiebra, siempre se supera a sí mismo, es un prototipo de héroe yanqui. A veces Watney parece más un simpático androide que un ser humano. Vamos, que comparada con esta película, Naúfrago es un film de Ingmar Bergman.   

En Marte hay demasiado mensaje de superación y muy poca construcción de personajes. Todos ellos, tanto el protagonista como sus compañeros de tripulación o los mandamases y técnicos de la NASA, son solo resolutivos, cerebrales, de una sola pieza, poco emocionales. Y es una pena porque el argumento (dentro de su evidente previsibilidad) es decente y el casting estupendo, destacando en el conjunto Jeff Daniels, que siempre cumple.

Así, Marte se queda en mero film de entretenimiento y de metraje algo excesivo. Técnicamente intachable, la fotografía de Dariusz Wolski es brillante, el diseño de producción de Arthur Max fabuloso y la banda sonora de Harry Gregson-Williams muy efectiva. Eso sí, en este apartado musical no incluyo la machacante utilización de temas de música disco. Menuda paliza...

Una pena, porque pudiendo haber sido un revulsivo para el género de ciencia ficción, Marte entra a formar parte de la liga de simplezas como Gravity o Misión a Marte. Vamos, que pudiendo haber sido algo tan bueno y profundo como Naves Misteriosas, por ejemplo, se queda en una película solo entretenida y algo inverosímil. Y es que quizás no sea bueno estar enfrascado en tantas películas y ser tan productivo. Quizás hay que pensarse mejor y durante más tiempo las películas, señor Scott.  

Si la ven, háganlo en pantalla grande, la más grade que tengan a mano. Si aceptan alguna que otra fantasmada y las cancioncitas disco, pasarán el rato.  

20th Century FOX España (YouTube)
1 Comment
  1. natxoman says

    100 % de acuerdo

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