«Comparar nuestras series generalistas con la televisión americana es bastante injusto»

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Teresa de Rosendo y Josep Gatell con Elwood Reid, 'showrunner' de 'The Bridge', en el Cheesecake Factory de Beverly Hills. / objetivowritersroom.wordpress.com

Teresa de Rosendo (El pasado es mañana, MIR, Velvet...) y Josep Gatell (En el aire con Andreu Buenafuente, Papanatos, Uau!...) ya estaban muy curtidos como guionistas en nuestra televisión y uno de sus sueños era conocer de primera mano una writers’ room, que es el lugar donde se cuecen las series, esas series de prestigio mundial que hoy han desplazado al cine en talento, originalidad, imaginación y profundidad.

Pidieron un crédito al banco y se lanzaron. Todo empezó con un blog y ahora la experiencia de Teresa y Josep toma forma de libro, titulado Objetivo Writers Room, Las aventuras de dos guionistas españoles en Hollywood (Alba Editorial) y de su gestación y su aventura americana nos hablan en esta entrevista:

¿Conocíais a alguien en España que hubiese intentado vuestra aventura?

— Sí, conocíamos a una guionista que incluso había vendido un largometraje en EE.UU. y tenía agente allí pero hasta donde sabemos, no lo consiguió.

En julio de 2013 viajáis a Los Ángeles. ¿Es una ciudad tan dura como parece? ¿Qué idea preconcebida teníais de ella?

"En Los Ángeles
la dinámica de
la industria audiovisual es complicada y, a veces, agresiva"

— Todo lo que nos habían contado por encima no era muy alentador: hay poco que ver, no es una ciudad bonita ni tiene monumentos importantes… De hecho, hay barrios en los que ni siquiera hay aceras por las que pasear. Pero una vez allí resultó ser un lugar genial y que nos gustó muchísimo. Los Ángeles tiene mucha vida y hay muchos rincones y planes por hacer y descubrir, aunque es verdad que es de esos sitios en los que ayuda mucho conocer a algún nativo que te los enseñe.

Y sobre la dureza, nosotros tuvimos más acceso al lado amable de la ciudad, creemos. Pero suponemos que sí, tanto por cómo es allí el mercado laboral en general como por cómo es de dinámica, complicada y a veces agresiva, la industria audiovisual. Y por las distancias y los desplazamientos. Pero también tienen un clima envidiable y un espíritu muy luchador.

¿Coincidisteis con otros españoles o latinos en la ciudad?

— Allí tenemos algunos amigos como José Mateo, Elia Urquiza, Rosana Tomás, Antonio Giménez o Jordi Ortega, que además trabajan en la industria y nos ayudaron mucho en nuestra aventura. De hecho, este último resultó ser del mismo pueblo que Josep (Canet de Mar, Barcelona) y lo descubrimos allí mismo. A 8.000 km y por casualidad.

Vuestro objetivo es colaros en una sala de guionistas, la writers’ room, para vivir en persona la creación de series. Decís que la writers’ room “es un templo, un lugar íntimo que requiere de un clima especial, una química que permita que las ideas fluyan y que los allí presentes se sientan cómodos lanzándolas al resto de sus compañeros. Y además está el asunto de la confidencialidad”.

— Sí, muchos guionistas nos hablaban de que al final muchas veces, para encontrar historias, se ponen a hablar de sus propias vidas. Y eso no lo haces delante de cualquiera. Y tampoco, claro está, te arriesgas a que alguien se entere de lo que va a pasar en las siguientes temporadas de tu serie. Además, por el papel que ocupa el guionista en el organigrama −es el jefe− todo el resto de los equipos de la producción hablaban de la writers’ room como “ese lugar donde se toman las decisiones importantes”.

Al principio os dijeron desde “es imposible” hasta el “ni lo intentéis”, ¿llegasteis a dudar del viaje? Es pasta... Vuestra pasta.

— ES PASTA. Así, en mayúsculas. Pedimos un crédito, inundamos L.A. de e-mails antes el viaje y logramos cerrar algunas reuniones aunque no todas las que nos hubiera gustado. Así que nos plantamos allí con algunas dudas, sí (¿merecerá la pena? ¿volveremos con las manos vacías? ¿lograremos entrar en una writers’ room?), pero conforme fuimos investigando y entrevistando a gente, las fuimos despejando todas. Y bueno, lo peor que nos podía pasar era haber gastado mucha pasta… En unas vacaciones en LA. Tampoco es tan terrible.

Habláis de una persona en España que conocía a un pez gordo que os dejaría entrar en la sala de guionistas de la serie, ¿quién es el pez gordo y cuál la serie?

— Pues nos encantaría decirlo pero esa es una de las claves del libro y no queremos hacer spoilers. Sobre la serie, una pista: se emite actualmente en NEOX y uno de sus creadores fue guionista en Frasier

Los seriéfilos lo sabrán. 'Asaltasteis' a Carlton Cuse (Perdidos) cuando impartía una clase magistral en Madrid. Y os dio dos claves: “No me parece imposible. Yo contactaría con el showrunner (encargado del trabajo diario, su fin es dar coherencia a los aspectos generales de una serie y suele acreditarse como productor ejecutivo) y le pediría que me dejara estar sólo un día. Luego, intentaría que me dejara volver otro más. Y luego otro”.

— Eso es. Dos claves, y una mínima esperanza, o eso decidimos creer.

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Cubierta del libro 'Objetivo writers´room'. / albaeditorial.es

Definís Objetivo Writers’ Room como un libro de viajes y aventuras. Es más entretenido que un ensayo académico porque por algo sois guionistas, ¿no?

— Esa es la idea, sí. Desde un principio tuvimos muy claro que una investigación académica requiere mucho más tiempo y recursos. Tampoco queríamos que el tono del libro fuera el de un manual al uso o que pareciera que estábamos sentando cátedra, así que tiramos por convertirnos a nosotros mismos en protagonistas de una historia, y contamos el viaje y lo que vivimos allí en un tono más informal y campechano.

¿Os ha costado encontrar editorial?

— Sí y no. Alba era la primera editorial que queríamos, pero en principio es una editorial con sus propios colaboradores que no lee proyectos externos. No nos costó encontrarla, lo que nos costó es convencerles de que estábamos hechos los unos para la otra (risas).

¿Cuáles son vuestras series norteamericanas de referencia, esas por las que daríais un dedo para trabajar en ellas?

— Muchas, aunque quizás más que series yo daría un pie (porque necesito los dedos para escribir) por estar en cualquier serie de Greg Daniels. ¿Teresa? 

Me sumo a Josep y doblo la apuesta: The good wife o Fargo.

Hace solo 15 años las series no tenían el prestigio del cine ni de lejos y hoy tienen mucha más consideración. ¿No se nos ha ido un poco la mano con la admiración de la series? Os da la sensación de cierta sobrevaloración excesiva, todas parecen obras maestras, jamás se ha escrito sobre series como se escribe...

— Es verdad que hoy en día las series son el producto estrella en lo que a consumo de ocio se refiere y es normal que se escriba tanto sobre este boom. Son fáciles de ver, están cada vez mejor hechas, hay muchos géneros, tonos, y duraciones para elegir, y crean comunidades muy fuertes de seguidores. Por supuesto que las habrá sobrevaloradas, pero Los Soprano, The Wire, El ala oeste de la Casa Blanca… eso es oro puro.

Lo mismo pensaba Cervantes sobre las novelas de caballerías y no le faltaría razón. Es verdad que hay gente que las consume compulsivamente y casi sin pensar, sin digerirlas, pero ese 'consumo exagerado' no quita para que la alta competencia haga que los creadores estén agudizando cada vez más su ingenio y se superen constantemente, que es lo que está pasando ahora. Yo he sido fan de las series desde que tenía cuatro años y hoy doy clases sobre series subrayando siempre una gran virtud frente a otros formatos: la capacidad de desarrollo de los personajes a lo largo del tiempo, algo que los hace muy humanos. Por eso me encanta escribirlas y me alegra que el público esté receptivo, porque eso significa más trabajo para los guionistas.

Hablemos de España. Acaban de llegar al mercado Movistar Plus y Netflix y prometen una nueva televisión, ficción más arriesgada... ¿Que le hace falta a este país para tener una tele más digna, más moderna?

"Vendemos más series que nunca antes al extranjero, e incluso dos se han comprado y adaptado en EEUU"

— Ojo porque en este país hacemos muy buena televisión y tenemos muy buenos profesionales. Estamos en un momento espléndido y nuestra ficción y nuestros programas se ven más que nunca y ganan a lo que traemos de fuera. Es más, también estamos vendiendo más series al extranjero que nunca antes, e incluso dos (Los misterios de Laura y Motivos Personales) se han comprado y adaptado en EE.UU.

Lo que necesitamos, como en casi todo, es dinero para tener mejores medios y sobre todo más tiempo. Eso y un mercado algo más organizado y con más competidores para poder ofrecer más y más diversos productos. Y a eso, Netflix, Movistar Plus y los que vengan luego van a contribuir muchísimo.

¿Todos los guionistas españoles curran en series pensando en lo que se podía hacer y no les dejan, en lo que serían capaces de hacer? Muchos de mis amigos guionistas creo que sí. Hacen unas series y ven y admiran otras, extranjeras. ¿Hay una frustración general?

— Bueno, los guionistas tendemos a quejarnos siempre un poco por todo y esto ocurre en España, en Los Ángeles y en la China popular. Pero 'frustración' es una palabra demasiado dura. Todos queremos hacer siempre lo mejor posible, cobrar lo más posible y que nuestra serie o programa lo vea cuanta más gente mejor, pero de nuevo, para eso hace falta tiempo, dinero y organización. Estamos ahí, poco a poco. Al fin y al cabo nuestro mercado es pequeño y muy joven comparado con otros.

Y precisamente porque es pequeño quizá no podemos permitirnos series más minoritarias, que son esas que admiran los guionistas pero que no podemos olvidar que se hacen en televisión de pago y para una audiencia muy reducida, algo que en nuestro mercado es muy difícil. Comparar nuestras series generalistas con esa televisión es bastante injusto. Además, aquí nos llegan solo las mejores. Y esa criba también da ventaja.

¿Cuál es el problema de la tele española? ¿El miedo de sus ejecutivos a hacer algo valiente y nuevo, el envejecido target, los anunciantes...?

"En España hacemos muy buena televisión
y la hacemos cada vez mejor"

— Tenemos un mercado bastante joven, pocos grupos mediáticos −aunque esto empieza a cambiar−, y llevamos años arrastrando una crisis económica importante. Es un escenario difícil para el riesgo, y el público no está tan segmentado como en otros países porque tampoco somos tantos ni tan variados en cuanto a cultura, raza o religión. Y con todo, tenemos series y programas distintos y arriesgados: viajes en el tiempo, aventuras en el siglo de oro, costumbrismo en los 80, dramas policíacos y de venganzas personales, late nights y talk shows, cárceles femeninas… De nuevo, en España hacemos muy buena televisión y la hacemos cada vez mejor. A la gente le gusta y a los de fuera también porque nos la compran, incluso en esa Meca llamada EE.UU.

¿Para cuándo un “Dos guionistas en la tele española”? Con todas sus miserias, claro, si no, no vale.

— Es que ahí se nos han adelantado y por suerte existe mucha documentación al respecto: el documental Writing Heads: hablan los guionistas, el programa de Movistar+ Escríbeme una serie, las mesas redondas Así se escribió que organiza el sindicato ALMA, los encuentros como el que hubo en Barcelona los pasados 13 y 14 de noviembre, los posts de Bloguionistas, los artículos de Alberto López en GQ… Aunque sí tenemos pensado contar desde el blog –de momento− cómo funcionan específicamente las salas de guión españolas. Las miserias cuesta más publicarlas. Salen mejor en persona y con unas cuantas cervezas (Risas).

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