‘Belleza oculta’: porno navideño, cine de autoayuda

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Cartel de la película 'Belleza oculta'. / Warner Bros Pictures España

Con porno, claro, me refiero al sentimental, a esa forma de hacer cine intentando tocar la fibra sensible de forma ordinaria y tramposa, para causar un efecto en el espectador de forma poco sincera, ladina, amañada. Lo ha definido bien Alan Scherstuhl, del Village Voice: “Belleza oculta no es Frank Capra, esto es, literalmente, pornografía emocional”.

De 1990 a 1996 Will Smith se convirtió en una estrella de la televisión con su personaje en El príncipe de Bel-Air, un chaval de clase obrera que era adoptado por una familia de ricachones. En aquellos años, Smith sedujo a medio planeta con sus bailes absurdos y sus caretos de golfo.

Hollywood no tardó en llamar a su camerino y protagonizó bodrios como Dos policías rebeldes, Independende Day, Wild, Wild, West, Yo, Robot o Soy leyenda.

Lo mejor de su carrera son la primera y cachonda entrega de Hombres de negro y la estupenda El enemigo púbico. Ha sido dos veces nominado al Oscar: por Ali y por En busca de la felicidad, película que se encuentra (como Siete almas, también con Smith) en el vergonzante territorio de Belleza oculta, el del cine de autoayuda.

Este tipo de cine es igual que la “literatura” de autoayuda que se vende por toneladas: filosofía de centro comercial, huecos consejos vitales, metáforas vacías, mensajes tan positivos como falsos, personajes esquemáticos y clichés a granel.

Will Smith es una estrella (de capa caída) que elige sus papeles con el piloto automático puesto. A saber: comedia de acción, ciencia ficción o películas de autoayuda llenas de doctrina new age y con el clamoroso objetivo de ser nominado al Oscar. El hombre no da para más.

Hay quien sospecha que su carrera está, de alguna manera, dirigida por los pirados de la Cienciología. Los rumores empezaron a extenderse seriamente ante su amistad con Tom Cruise, embajador mundial de los cienciólogos, y los 122.500 dólares que Smith donó a asociaciones ligadas a la Cienciología. También se dijo que su película After Earth es una clara apología u homenaje a esta supuesta “religión”.

Sea como fuere, Smith regresa con otra patraña de autoayuda en la que hace de publicista paralizado por la muerte de su hija. Sus socios deciden contratar a unos tipos para que se le aparezcan en público. Representan a la Muerte, el Tiempo y el Amor (como lo leen, oigan). Lo que buscan es que sea declarado mentalmente incapaz y así vender la empresa.

De guión espantoso, la película me interesa poco desde su inicio. Si encima añadimos un trabajo anodino de su director (David Frankel, responsable de El diablo viste de Prada) y un buen reparto (Helen Mirren, Kate Winslet, Edward Norton y Keira Knightley) absolutamente perdido tenemos, sin duda, una de las peores películas del año, un intento patético de hacer llorar de moción y que acaba casi haciéndote llorar de risa.

Hay que decirlo claro: son bonitas las películas de redención y sobre la esperanza de renacer, pero ya basta de Cuento de Navidad, y ya basta de ¡Qué bello es vivir!. Hay que superar esos modelos narrativos y buscar la emoción de forma más honesta y nueva. Que ya está bien...

Warner Bros. Pictures España (YouTube)
1 Comment
  1. Enrique Cervera says

    Es curioso que para dejar un comentario aquí, informan que no se admitiran los que sean insultantes, y sin embargo en este articulo si se le permite a su autor, publicar un insulto hacia los cienciologos, por el mero echo de pensar distinto o tener una religion o creencia distinta a la que el pueda tener. Cienciologia es una religion reconocida que esta ayudando a mucha gente, y esto es así le pese a quien le pese.
    http://www.scientologyreligion.org

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