Talegón: “Si vamos a hacer una candidatura, tienen que estar Alberto Garzón e IU”

Se dio a conocer por un vídeo criticando los lujos de los socialistas europeos cuando era secretaria general de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas. Siempre se ha mostrado como una voz crítica dentro del PSOE y es una habitual de tertulias televisivas, lo que le hace una persona mediática y conocida. A principios de este verano se dio de baja definitivamente de su partido. La gota que colmó su paciencia fue la posición mantenida respecto a Grecia. Le dijo 'no' a Pablo Iglesias cuando la llamó para que se integrara en las listas de Podemos y lleva casi un año participando en la plataforma Somos Izquierda. Durante las últimas semanas la hemos visto activamente implicada en llamamientos a la confluencia. No cierra las puertas a ir ella misma en una lista electoral. Es crítica con Ahora en Común pero ve necesario a Alberto Garzón. Beatriz Talegón (Madrid, 1983) concede esta entrevista telefónica a cuartopoder.es y habla sobre todas estas cuestiones.

— ¿Cómo surgió y en qué consiste la plataforma Somos Izquierda?

— Somos Izquierda nació a finales del año 2014. Recibí una llamada de un grupo de militantes de Podemos que querían organizar una charla sobre la cabida de sectores críticos dentro de los partidos políticos. Nos juntamos, tuvimos un día precioso. Llegaba con ciertas reticencias pero al contrario, me encontré con gente de toda España que nos pusimos a hablar y fue como un enamoramiento mutuo. Estaban todos bastante cabreados con el hecho de que el discurso de Podemos estuviera girando ya en aquellos momentos y no quisieran reconocer que eran de izquierdas. Yo estaba cabreada con el PSOE también. Éramos gente de base que nos entendíamos bien. Surgió la idea de crear una plataforma de gente que se sintiera de izquierdas y con el orgullo de serlo. Era como darle en los morros a los dirigentes que se encargan de camuflar lo que sienten los militantes. Nació la plataforma con militantes de Podemos, PSOE, IU, IzAb, Equo, mareas ciudadanas, etc. Desde el principio se registró como partido y como asociación, pero se dejó claro que no teníamos ningún tipo de intención electoral. Sí es verdad que se plantea el debate de la necesidad de promover una candidatura no como Somos Izquierda, pero sí con gente que está dentro participando. Es un debate abierto.

— Ese debate, ¿en qué punto está ahora?

— Como Somos Izquierda sí estamos participando en la llamada a la confluencia de la izquierda. Somos una de las organizaciones que estamos participando en una elaboración del programa de mínimos, en los actos que han tenido lugar como en el que participaron Baltasar Garzón, Cristina Almeida o Gaspar Llamazares. Tenemos, por cierto, un código ético de no agresión o crítica a ninguna persona de un partido de izquierdas. Entendemos que el debate siempre es político pero no personal. Después de un año, la convivencia que tenemos es muy buena. Modestia aparte, es el único proyecto auténtico de la confluencia de la izquierda. Vive, entre otras cosas, porque no tiene ambición de poder ni nos vamos a presentar a nada. No tenemos cargos y es todo horizontal.

— Pero entonces, si no se van a presentar a nada, ¿en qué consiste exactamente el llamamiento?

— Si se hiciera una candidatura, por ejemplo, contando con la gente de IzAb, no significa que gente de Somos Izquierda no vaya a participar. Yo ahora no pertenezco a ningún partido, si yo me presentara en una candidatura tengo total libertad para hacerlo. Pero Somos Izquierda no es una organización que como tal se vaya a presentar, aunque sí apoyamos la confluencia de izquierdas. Hoy (por el viernes) me han llamado de Ahora en Común porque quieren invitarnos a una reunión para explicarnos el proceso. Vamos a acudir en nombre de Somos Izquierda.

— ¿Y acudir a Ahora en Común qué quiere decir? Ellos tienen unas primarias que comienzan prácticamente ya ¿Se presentarán?

— Yo es que soy súper crítica con AeC desde el primer minuto. Desde que se hizo esa falsa presentación en el Círculo de Bellas Artes en la que estuve. Estuve allí porque se me invitó a un acto por la confluencia, nadie me dijo nada en ningún momento de AeC. En cuanto vi que había un poco de manipulación me aparté. Luego he estado siguiendo todo el proceso e incluso me apunté a las listas de correo para ver cómo funcionaba. Y dentro vi los mamoneos y manipulaciones como cuando unos registraron el partido en secreto. De repente acabaron a tortas. Luego Gonzalo Boye registró lo de Unidad Popular en Común. En los hilos de mails, yo le he pedido muchas explicaciones a Boye preguntándole quién le encargaba registrar el partido. Dicen que es meramente burocrático pero se han currado los estatutos hasta el mínimo detalle. Desde ese día del Círculo, ya dije que no me esperasen en una jugada de primarias por Internet. Creo que la democracia no es hacer click y en Podemos se ha demostrado el engaño.

La democracia tiene que abarcar al mayor número de ciudadanos posible y la brecha digital que tenemos en este país es alta. Creerte que te legitiman votos por Internet cuando el día de las elecciones te tienen que votar en papel no me convence. Cuando me han llamado de AeC les he dicho que yo era muy sincera. Pero mi sinceridad no pretende boicotear nada. No me queda claro el tema de la inscripción online y no creo en las primarias por Internet. Me han dicho que van a ser mixtas pero este será mi mensaje. Para que nos metiéramos en AeC, al menos en mi opinión, debería haber un censo totalmente fijo y unas urnas. Como no veo que estén por la labor, no le veo mucho futuro.

— En ese caso, parece que hay una posibilidad alta de que haya tres candidaturas a la izquierda del PSOE. Es decir, Podemos, IU junto a AeC y una tercera en la que estaría su proyecto ¿Es así?

— La de Podemos desde luego está ahí. Y yo con gente que no es ni de izquierdas ni de derechas, pues no. IU parece que ya ha roto con Podemos, aunque habrá que ver, porque yo esas cosas no me las creo. Llevan todo el verano diciendo que no estaban hablando y sí lo estaban haciendo. No me ha gustado la falta de honestidad ni de Pablo ni de Alberto en ese sentido. Yo todavía creo que puede haber sorpresas. IU y IzAb están en un punto de casi ruptura. En nuestro proyecto está IzAb y a día de hoy están todos muy animados a hacer una candidatura. Yo lo que he dicho en todo momento es que si vamos a hacer esa candidatura, y así lo he hablado con Alberto, tiene que estar él y la gente de IU. La puerta ahí está abierta. Pero claro, a nosotros no nos parece AeC un sito válido. Es verdad que hoy se han acercado a mi y parece que están intentando cambiar las cosas. Nosotros apostamos porque las organizaciones hablen y establezcan un sistema para hacer una lista plural e integrada por gente de todas las formaciones.

— ¿Estaría dispuesta a formar parte de una lista electoral?

— Para mi, tendría que ser un proyecto claramente de izquierdas, tiene que haber un equipo en el que confíe. Y que se hagan las cosas bien. Parece que tengo que ser la mosca cojonera en todos sitios, pero estoy harta de que se hagan las cosas mal. Al final, este país está hecho una mierda porque lo tenemos lleno de tramposos. Si se hacen las cosas bien, con dialogo, transparencia y honestidad, me tendrán en este proyecto. Lo primero son las ideas y la manera de desarrollar el proceso. Y luego ya los nombres. Siempre hablamos de nombres.

— Hablamos de nombres porque al final son las caras visibles que llegan a la gente que vota.

— Está claro que hay que ser conocido. Pero hay que ver por qué eres conocido. Para mi una persona como Alberto Garzón, aunque haya hecho un ridículo espantoso con Podemos, es muy válido. Su cabeza y su discurso me gustan. Es muy válido para la izquierda. Llamazares para mi es un referente a nivel de oratoria y coherencia. En mi caso, fui conocida por lo que he sido conocida. Por ser crítica. Procuro ser coherente. Pero con Pablo Iglesias no me vale simplemente que salgas en la televisión. Lo único que le he visto ha sido maquillar el mensaje, diluirlo. Se pone una banderita republicana en el polo pero no tiene huevos de defender la República ni la memoria histórica. Va diluyendo su mensaje y al final no sabemos a quién quiere representar. Se intuye que es de izquierdas pero al final no queda claro.

— Es muy crítica con Iglesias. ¿Por eso le dijo que no cuando la llamó para que formara parte de su lista dentro de Podemos?

— Realmente le dije que no por cómo me lo planteó. Se lo dije así, le agradecí que contara conmigo pero esto de la llamadita de teléfono a la cuchipandi de coleguitas pues no. Primero porque yo no voy a militar en Podemos. La figura del independiente que llegue con un paracaídas y se presente en un sitio me ha jodido mucho en el PSOE. Me ha parecido siempre una falta de respeto a la militancia y jamás se lo haría a nadie en otro partido. Él me decía que no habría problema, que en Podemos la gente era muy abierta y me querían mucho. Pero yo es que al partido no lo quiero. Le pregunté qué proyecto defendíamos y me dijo que eso ya se haría. Para quedarme en un sitio donde no sé de que se está hablando, para eso me quedaba en el PSOE. Le dije que se lo agradecía pero que ni me parecían las formas o el fondo porque él lo único que quería era joder al PSOE conmigo ahí. Y yo necesitaba equipo y proyecto, algo que él no me ofrecía.

— ¿Cómo ve al PSOE ahora ya desde fuera? ¿Cuáles son sus perspectivas electorales?

— Desde que me he ido, he entendido más que nunca cuando la gente me decía que no le cuadraba que yo estuviese dentro. Desde fuera lo veo y pienso que vaya tropa hay. Es de vergüenza ajena. Van en picado. Lo de Pedro Sánchez es una deshonra para la izquierda. Un día es de izquierdas, otros de centro. No tiene un discurso formado y dice una cosa y la contraria. No vibra con lo que dice y parece sobreactuado. Es todo márketing, sonrisa falsa y pose. El problema que yo veo es que estamos haciendo el gilipollas en la izquierda, y a Podemos hay que agradecerle el destrozo. No estamos a tiempo de articular algo sólido en la izquierda. Se corre el riesgo de que mucha gente no vaya a votar si no hay alternativa y eso beneficiará a los partidos tradicionales que no tienen votantes, tienen feligreses. Eso pasa en el PSOE y el PP. De toda la vida van a votar aunque le pongan a la gallina Caponata de candidato, porque para ellos es una religión votar. Hay muchos militantes que van a votar al PSOE con la nariz tapada. A la gente dirigente no le importa ganar, sino colocarse en los sillones. El PSOE va a tener más de lo que se merece y veo fastidiada la situación del país.