Mi voto por Spielberg

Los padres de la patria se han aficionado al vídeo y, a la que te descuidas, en vez de un discurso te hacen unos planos en surround y cinemascope y lo distribuyen en las panaderías. La cosa se ha puesto tan audiovisual que llegará el momento en que se acabe eso de salir a la tribuna y en su lugar nos pondrán un DVD que incluya tomas falsas con los lapsus linguae del interfecto.
El último en añadir su granito de arena al 'cortometraje denuncia' ha sido el PSOE, que estrena vídeo sobre la actitud que el PP mantuvo durante la tregua de ETA de 1998. Desfilan Aznar, Rajoy y hasta el presidente navarro Miguel Sanz opinando acerca del Movimiento de Liberación Nacional Vasco y sobre lo generoso que sería el Estado a cambio de una paz “sin vencedores ni vencidos”, en palabras de Miguel Ángel Rodríguez, bastante más rico hoy por cierto que cuando dirigía la comunicación del Gobierno.
Esto no tiene freno. Empezaron sacando a Álvarez Cascos trasvestido de doberman, siguió el ya citado Rodríguez en nombre de FAES con su revisión del 11-M, continuó CiU con un documental del Tripartito y concluyó el PP culpando al PSOE de la delincuencia con imágenes de Medellín. Después de este trabajito arqueológico de Ferraz es posible que el futuro nos depare alguna cinta sobre los crímenes del GAL o la corrupción, con declaraciones desde el más allá de Mariano Rubio el de los billetes de 2.000 pesetas.
Técnicamente, la verdad, se ha avanzado mucho, aunque yo mejoraría las bandas sonoras de todos estos vídeos, porque ya cansan esas mezclas entre Hitchcock y la Guerra de los Mundos a la que nos tienen acostumbrado para hacernos ver que alguien miente o que decía lo contrario de lo que dice ahora. Y ya puestos, no estaría de más que alguien explique a los perpetradores lo que es un fundido a negro o una buena cortinilla.
Si, finalmente, decidimos que éste es el camino, que no vale con la dialéctica y con la exposición de argumentos, sino que es preciso ser más directo, más primitivo, más digerible para las masas, que se haga bien. Jubilemos a los ideólogos de medio pelo de los partidos y pongamos en su lugar a cineastas de reconocido prestigio. La inseguridad ciudadana que se encargue a Alex de la Iglesia y los déficits sanitarios a Antonio Mercero, que de farmacias de guardia sabe un rato. Y si se trata de bucear en el pasado, fichemos a ese experto en dinosarios que es Steven Spielberg. ¡Qué nivel, Maribel!