Más de 15.000 delincuentes perseguidos por su ADN

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Un especialista de la policía científica trabaja en una prueba de ADN. / mir.es

El asesino no tenía un pelo de tonto, pero sufría alopecia: le descubrieron porque soltó unos cabellos en el lugar del crimen. El violador era un tipo vulgar y difícil de identificar en la noche; tal vez por eso la víctima se equivocó e identificó a un inocente. Di tu que el violador había dejado una mancha de semen en una prenda y que eso evitó que el inocente fuese condenado y permitió la identificación del verdadero culpable.

Estos hechos de la crónica negra se repiten a diario en nuestro país. Y cada vez son más los crímenes, violaciones, asaltos y asesinatos que aclara la policía gracias a las pruebas de ADN, ese Ácido Desoxirribonucleico que constituye el soporte físico de nuestra identidad. Según los datos que el vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, acaba de remitir a Ignacio Cosidó, portavoz del PP en la materia, gracias al ADN la Policía y la Guardia Civil han conseguido identificar indubitadamente a 2.338 autores de hechos delictivos el último año.

Además, los agentes han recogido pruebas –sangre, semen, saliva, cabellos, células, huellas dactilares, etcétera– de los presuntos autores de 3.347 delitos muy graves que han servido para incriminarles o que servirán para condenarles cuando sean capturados. En bastantes ocasiones esas pruebas corresponden a un mismo individuo, identificado como autor de varios delitos.

El laboratorio central de la Comisaría General de Policía Científica de la policía no da abasto a realizar análisis. “El año pasado recibió 48.811 asuntos de estudio del ADN, de los que más de 15.000 correspondieron a casos criminales, y el resto fueron muestras de detenidos procedentes de la reseña genética”, según los datos de Interior. Estas reseñas llegan desde los laboratorios periféricos de la propia policía y desde las policías de Francia, Alemania, Austria, Holanda y Luxemburgo, con las que se han suscrito convenios de intercambio de datos. Además, el laboratorio de la Guardia Civil recibió 8.250 peticiones de estudio de ADN.

Aunque la ficha genética del mismo individuo se puede encontrar en más de un archivo policial, el Cuerpo Nacional de Policía cuenta con 96.000, la Guardia Civil con 33.000, los Mossos d’Esquadra con unas 3.300 y la Ertzaintza con 700 fichas. Según fuentes de la Ertzaintza, de las 300 fichas con datos de ADN de presuntos autores de delitos pendientes de aclarar, entre veinte y treinta corresponden a presuntos terroristas. Hasta el momento se ha identificado por esta vía a 34 etarras.

El caso más notable este año fue la detención del asesino del jefe de la policía local de Andoain, Joseba Pagazaurtundua. El terrorista que le descerrajó cuatro tiros en el bar Daytona mientras desayunaba se dejó las babas la taza del café que se tomó tranquilamente en la barra antes de perpetrar el asesinato. Gracias a esa prueba y al contraste con la saliva obtenida del mismo individuo en varios controles de alcoholemia, la Ertzaintza pudo identificarle y detenerle. Era Gurutz Aguirresarobe Pagola, un etarra no fichado. Desde el asesinato hasta la detención habían pasado siete años. Para que no quedase ninguna duda sobre el rigor de la prueba, le dieron una botella de agua cuando, en agosto pasado, compareció ante el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande Marlasca. Hacía mucho calor y se la bebió con mucho gusto. La tercera prueba de ADN a partir de la saliva que dejó en la botella de plástico coincidió plenamente con las anteriores.

El extraordinario avance que ha supuesto el análisis de los nucleótidos del ser humano como herramienta para aclarar delitos e identificar a los desaparecidos ha significado también el crecimiento de la “base nacional de ADN”, que hasta el 1 de julio había alcanzado la cifra de 90.907 perfiles genéticos de carácter indubitado de otros tantos individuos y aumenta a un ritmo de 2.500 nuevas fichas al trimestre. Por lo demás, según los datos de Interior, no resulta muy costoso identificar a los malos por su ADN si tenemos en cuenta que la asignación económica a los laboratorios de la policía es de 1,6 millones de euros y a los de la Guardia Civil, con muchos menos casos, de 1,8 millones para “material fungible” y otro tanto para “trabajos técnicos”.

4 Comments
  1. lucas says

    Tiene vd. razón, los laboratorios de la policía no dan abasto y contestan algunas solicitudes de pruebas con medio año de retraso. Por lo visto, para ese servicio esencial no hay dinero. Y se dan casos de tener que pagar laboratorios privados para poder defenderse de imputaciones falsas, admitidas por sus cómodas señorías y ejercidas por los fiscales a partir de un atestado policial insidioso y malintencionado.

  2. Shawn says

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