Rajoy se apunta a todo

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Alicia Sánchez Camacho, en una imagen del pasado día 14. / ppcatalunya.com

Atrás ha quedado la legislatura pasada, en la que el PP (víctima del “cordón sanitario” que le aplicaron el resto fuerzas políticas, según la versión de los populares, o de una estrategia enloquecida de automarginación, según  el resto de partidos) se  oponía a prácticamente todo y se fue quedando solo en el Parlamento, votación tras votación, mientras los socialistas picoteaban apoyos de aquí y de allá, además de mantener vivas sus alianzas con los partidos de izquierdas. Ahora, según palabras de un  alto dirigente popularel PP se apunta a todo”. La estrategia marcada por su líder, Mariano  Rajoy, pasa por estar en todos los foros, comisiones o propuestas que se tercien, hacer un discurso muy duro contra la gestión del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, pero, llegado el caso y si la propuesta del Gobierno se considera necesaria o razonable, recurrir a la abstención: abstenerse en las votaciones, para mantener un discurso duro y crítico con la gestión del Gobierno, pese a permitir la aprobación de sus proyectos de ley y decretos.

La última vuelta de tuerca de Rajoy para presentar a su partido como un PP dialogante, capaz de pactar con todos, se ha producido en el Parlamento de Cataluña. Allí, el PP catalán se sentará en una comisión de Estudio parlamentaria, que analiza una nueva fórmula de financiación para Cataluña. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, lo llama “el pacto fiscal”, pero a cualquiera que se le detalle la idea que promueven CiU y ERC, se da cuenta al instante de que se trata de un modelo similar al “concierto económico “que tienen en el País Vasco. Un modelo que, de aprobarse, permitiría a la administración catalana recaudar, gestionar y liquidar impuestos, exactamente igual que hace el Gobierno vasco.

La  presidenta del PP de Cataluña (PPC), Alicia Sánchez Camacho, ha explicado por activa y por pasiva que, en principio, ni son partidarios ni ven con buenos ojos la medida, pero que irán a escuchar a la mencionada comisión parlamentaria. Eran otros tiempos cuando la línea de oposición del PP, con el entonces portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, o el ex ministro Ángel Acebes al frente, impedían al líder del PP en Cataluña, Josep Piqué, sentarse siquiera a comentar los pormenores del texto del Estatuto Catalán. Es más, la disposición del PP a escuchar sorprende enormemente, ya que fueron los populares quienes interpusieron un recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto de Cataluña por, entre otras cosas, consagrar un modelo de financiación autonómica que, si bien introducía el concepto “bilateralidad” en las negociaciones entre gobierno español y catalán, no osaba llegar tan lejos en materia de autonomía fiscal. Pelillos a la mar. Eso son tiempos pasados.

En el PP corren nuevos tiempos y sopla el viento a favor. No saben sus dirigentes si tan a favor como para poner a sus pies una mayoría absoluta en las próximas elecciones generales y, por eso, según han asegurado a cuartopoder.es, su estrategia pasa por allanar todos los caminos para posibles acuerdos de futuro. Su último episodio en Cataluña, apuntándose con una sonrisa a hablar sobre un tema considerado por ellos mismos “tabú” y de dudosa constitucionalidad, es una buena prueba de ello. La lectura en cualquier círculo político y periodístico de Cataluña es unánime: el PP está abonando –aseguran los consultados– sus futuros acuerdos con CiU. Y los dirigentes del PP no lo desmienten, pero añaden condiciones al entendimiento futuro.

Un alto dirigente popular asegura que, pese a sentarse y escuchar pacientemente las propuestas de ese pacto fiscal o “concierto económico”, que apadrinan soberanistas e independentistas su “respuesta final, si eso es así, será ´no’, porque si eso se aprueba, se acaba España”. Pero, según reconoce este mismo dirigente, no quieren indisponerse con nadie por ahora y mucho menos con quienes pueden ser sus aliados dentro de un año.

Este mismo dirigente popular, miembro del núcleo duro del poder genovés, asegura: “por supuesto, no descartamos tener que pactar con CiU, pero si lo hacemos será un pacto por escrito y con un programa de gobierno”. Vistos los riesgos de la geometría variable, que han mantenido en vilo y han ocasionado un gran desgaste al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el PP prefiere pactar un programa de gobierno, con unas líneas rojas, y blindar ese pacto, vinculado al cumplimiento del programa. “Será algo así como el acuerdo de gobierno entre PSE y PP del País Vasco”, asegura el dirigente popular.

Sea cual sea el margen de la victoria que los populares acarician ya, e independientemente de la situación económica, el PP tiene claro, según miembros de su dirección, que el único pacto que no suscribirá será una gran coalición con el PSOE. Por lo demás, “hemos decidido –asegura otro destacado dirigente – que estamos dispuestos a entendernos con cualquiera y que si, por ejemplo, ERC decide que quiere apoyarnos para bajar el impuesto de sociedades, nos apuntaremos a votar con ERC. Sin tabúes y sin complejos”. Esa es la declaración de intenciones del PP que, en el tercer intento de asalto a la Moncloa por parte de Mariano Rajoy, ha decidido apuntarse a todo.

1 Comment
  1. José says

    Es de marrulleros decir «Diego»,ahora que hay elecciones, donde antes había dicho «Digo».
    N.B. Se llama Marrullero a quien intenta en gañar a los demás en beneficio propio.
    ¿Qién se puede fiar de un marrullero?

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