Sábado negro en Afganistán: una soldado y un teniente pierden sendas piernas en un atentado

Los talibanes han vuelto a atacar a las tropas españolas en Afganistán. En el marco de una ofensiva con al menos 18 muertos y decenas de heridos, las tropas españolas que operan en la tristemente famosa ruta Lithium sufrieron un atentado con una potente bomba casera cuando patrullaban a unos cinco kilómetros al noreste del puesto avanzado de Ludina, en la provincia de Bagdhis. Cuatro soldados y un intérprete resultaron heridos, tres de ellos muy graves. Dos han perdido una pierna cada uno.

La deflagración destrozó una pierna del jefe del pelotón, el teniente AGB, nacido en Melilla en 1982, y otra a la soldado que conducía el vehículo Lince, JGC, natural de Toledo, de 24 años de edad. Otro soldado, de Canarias, sufrió lesiones y facturas una pierna, aunque ha podido salvarla. Los tres heridos más graves fueron evacuados en helicóptero al hospital de la OTAN en Bala Murghab, al norte de Badghis, mientras otro soldado, natural de Melilla, y un intérprete de origen iraní fueron llevados al hospital de campaña español en Herat.

Según informó el Ministerio de Defensa, la soldado herida requiere cirugía especializada, por lo que iba a ser trasladada en un avión Hércules al hospital de la OTAN en Kandahar. Los otros dos soldados heridos graves serán llevados a Herat y evacuados hacia España en cuanto su situación lo permita.

El de este sábado es el atentado más grave que han sufrido las tropas españolas desde que el 25 de agosto del año pasado un talibán infiltrado como conductor del jefe de la policía de Qala-i-Naw asesinara a quemarropa con una ametralladora a dos guardias civiles y al intérprete que participaban en una sesión de instrucción de las fuerzas de seguridad afganas.

El blindado que fue alcanzado por el explosivo camuflado era el tercero de una patrulla formada por 40 militares que recorrían la ruta Lithium. Se trata de una “carretera” que une Qala-i-Naw, en el sur de la provincia, con Bala Murghab, en el norte. La apertura de esta ruta, alternativa a la Ring Road que circunvala Afganistán, es uno de los principales cometidos del contingente español para articular el territorio. Es también el más peligroso, pues algunas poblaciones hacia Bala Murghab se hallan bajo el dominio y la autoridad talibán.

Nada más conocer el ataque, todas las formaciones democráticas expresaron su apoyo a las tropas españolas (España mantiene 1.500 militares en Afganistán) y manifestaron su solidaridad con las familias de los heridos. El diputado de IU Gaspar Llamazares volvió a reclamar “la retirada inmediata”. Según el calendario de transferencia de la seguridad, el Ejército afgano se hará cargo a partir de julio próximo de la seguridad de la provincia de Herat, donde España cuenta con 500 soldados. Y está previsto que el relevo en Badghis comience en 2012.

Sobre las garantías de seguridad, desde el Ministerio de Defensa aseguraron que el vehículo Lince posee un blindaje muy resistente, que ha evitado la pérdida de vidas en atentados anteriores, pero reconocieron que los talibanes se han percatado y están aumentando las cargas explosivas. “Si en vez del Lince hubiera sido un BMR de los que han sido sustituidos, estaríamos hablando de una desgracia mucho mayor”, explicaron.

El ataque contra las tropas españolas se produjo pocas horas después de que el presidente Hamid Karzai desvelase la existencia de un diálogo afgano e internacional, encabezado por Estados Unidos, con los jefes talibanes, y en una jornada marcada por el asalto de cuatro insurgentes a la comisaría más cercana al palacio presidencial en Kabul. En el ataque y posterior tiroteo murieron tres asaltantes –dos de ellos hicieron explotar la carga que llevaban--, cuatro agentes y cinco civiles.

Por otra parte, en la provincia oriental de Ghazni, los talibanes atacaron a una caravana de la OTAN, matando a cuatro agentes afganos de seguridad privada que escoltaban el convoy. En otros enfrentamientos con los insurgentes murieron dos soldados de ISAF, uno de nacionalidad francesa, que se convierte en el número 60 de los fallecidos del vecino país en la misión afgana.