CCOO y UGT avisan a Rajoy: “El 29-M no es el fin, la movilización va a continuar”

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Imagen de la manifestación celebrada ayer, en Madrid, vista desde la Puerta de Alcalá. / Sergio Barrenechea (Efe)

Si el presidente Mariano Rajoy aprecia en algo la paz social que no diga “mentiras” y abra la negociación sobre una reforma laboral que lamina los derechos salariales y sociales e implanta el despido barato y a conveniencia de los empresarios; si acepta la negociación, todavía está a tiempo de evitar la huelga general del 29 de marzo. Pero si la desprecia, ha de saber que el 29-M “no es el fin de nada” y que "la movilización va a continuar”.

Ese fue el mensaje que dirigieron al jefe del Ejecutivo los secetarios generales de los grandes sindicatos, CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, al término de la gran manifestación de Madrid y de las celebradas la mañana del domingo en toda España. En el mismo escenario de la Puerta de Alcalá en el que hace una década obligaron a José María Aznar a reconsiderar una reforma que entonces afectaba a los desempleados y eliminaba el subsidio a los parados del campo andaluz y extremeño, los líderes sindicales acusaron a su sucesor Rajoy de “intentar implantar un estado de excepción en materia laboral” y proclamaron: “¡No lo conseguirá!”

La del domingo, 11 de marzo, fue la segunda gran movilización general promovida por los sindicatos en los últimos veinte días contra la reforma laboral decretada unilateralmente por el Gobierno y convalidada el jueves por el Congreso de los Diputados con los votos del PP, CiU y de los dos diputados del Foro Asturias y la Unión del Pueblo Navarro. El Parlamento la tramitará como proyecto de ley por el procedimiento de urgencia. El Gobierno tiene la posibilidad de negociar y enmendarla para corregir las profundas diferencias de trato al capital y al trabajo y evitar la huelga.

Igual que en las manifestaciones del 19 de febrero, los dirigentes sindicales reclamaron negociación. Si entonces se reservaron la gran baza, en esta ocasión la llevaban en la pancarta de cabeza y en la que adornaba el arco central de la Puerta de Alcalá, donde instalaron el escenario: “Quieren acabar con todo”. Y debajo: “29-M, huelga general”. El sentido de las manifestaciones era hacer saber que el siguiente paso está en marcha. Pero, puesto que el presidente del Gobierno ya contaba con el paro general, quisieron dejar claro que la presión social va a continuar después del día 29 y alertaron contra el miedo, las amenazas y los intentos de enfrentar a los parados contra los que tienen empleo y a los jóvenes contra los mayores.

Vista general de la marcha contra la reforma laboral celebrada ayer en Valencia. / Kai Försterling (Efe)

Sobre el seguimiento de esta segunda protesta masiva contra la reforma, el dirigente de CCOO admitió que estaba siendo menor, pues cifró en 1,5 millones el número de trabajadores que se echaron a la calle en las 60 manifestaciones convocadas, frente a los dos millones que participaron en las del 19 de febrero. La de Madrid fue la más numerosa, con medio millón de personas que abarrotaron el tramo del Paseo del Prado, Cibeles y la calle de Alcalá hasta la plaza de la Independencia. La Delegación del Gobierno redujo la cifra a 30.000 asistentes.

La marcha discurrió con los lemas consabidos contra la reforma, los recortes sociales y a favor de la huelga general. En algunas pancartas se podían ver dibujos de tijeras y la petición de “recortes a la banca y el clero”, otras rezaban: “Contra la bestial reforma laboral, huelga general”. En una se leía: “Si luchamos, podemos perder; si no luchamos, estamos perdidos”. Otra decía: “Rajoy, la reforma laboral para la Casa Real”. La manifestación discurrió sin incidentes y en un ambiente festivo. Sobre las mesas de una de las terrazas de moda de la ciudad, en un lateral de la Puerta de Alcalá, lucían las botellas de champagne Moet&Chadon. La terraza estaba vacía, las botellas eran accesibles, pero allí seguían, incólumes, tras la concentración multitudiaria. Luego dirán que a los obreros les falta civismo.

Cuando los dirigentes sindicales subieron al escenario y la presentadora evocó “con respeto y cariño a los que nos dejaron”, en referencia a las 192 víctimas de los atentados del 11-M de 2004, se registró un gran silencio y sonó el llanto del violonchelo con los acordes de El cant dels ocells (El canto de los pájaros), de Pau Casals. Tras el minuto de silencio, el gentío estalló en aplausos y se oyeron gritos de “no a la guerra”. Entre los manifestantes se hallaban Pilar Manjón y otros familiares de víctimas de los atentados contra los trenes, en los que también resultaron heridas 2.000 personas. Muchas de ellas habían participado tres horas antes en la estación de Atocha en el homenaje que celebran cada año con la Unión de Actores.

En su alocución, Méndez inscribió en la “nueva historia general de la infamia” la ausencia de autoridades institucionales en el homenaje a las víctimas, trabajadores e hijos de trabajadores, y resaltó que a los gobernantes se les ha escapado que no iban a la conmemoración porque era domingo y habría poca gente. “¡Pues aquí hay muchísima!”, exclamó. “Jamás el ejercicio democrático de manifestación puede ser una afrenta a las víctimas”, recalcó en respuesta a las críticas por la convocatoria sindical en este día. Toxo preguntó: “¿Nos puede decir Fernández Díaz, el ministro del Interior, o Rajoy, qué acto institucional ha organizado el Gobierno de recuerdo a las víctimas del 11-M?” Ninguno. El líder de CCOO añadió: “Nadie puede arrogarse el patrimonio del dolor; las víctimas están aquí contra este nuevo atropello”.

Ya sobre la reforma laboral, el dirigente de UGT pidió al Gobierno que retire el decreto y afirmó que “está haciendo un aprovechamiento inmoral” de la crisis económica para “recortar derechos sociales”. Asumió que “la crisis exige sacrificios”, pero han de ser “equilibrados”, y exigió a Rajoy que “no engañe a la buena gente diciendo que la reforma es contra la crisis. No, no lo es. El Gobierno se está aprovechando y esta reforma es para toda la vida”. En tono didáctico afirmó que la nueva norma “ni va a proteger a los parados ni a dar oportunidades a los jóvenes” y criticó el “doble lenguaje” del Ejecutivo: “Rajoy dice que es equilibrada y De Guindos explica en Bruselas al comisario de Economía que es extremadamente agresiva, te va a gustar”. Méndez añadió que el principal objetivo de la reforma es facilitar y abaratar los despidos y que “va a costar un millón más de parados”. También contestó a los que dicen que “los sindicatos se la juegan” con la huelga general que las centrales sindicales son el dedo que indica el problema y que "en este envite se la juega la sociedad española en su conjunto”.

Toxo, que cerró el acto con una enérgica alocución, preguntó a Rajoy: “¿Quién miente: nosotros cuando criticamos la reforma o usted cuando dijo que no iba a subir los impuestos ni a facilitar los despidos?” Tras clamar contra la injusticia fiscal y explicar cómo la banca obtiene “pingues beneficios” agarrando dinero del BCE al 1% y colocándolo en deuda pública al 4 y 5% mientras siguen los despidos, pidió al jefe del Gobierno que abandone la prepotencia y, sin negar la legitimidad electoral, le recordó que llevamos treinta años de democracia y que la democracia establece contrapoderes. Los sindicatos están en la Constitución y no pueden ser ignorados. Le acusó de intentar declarar el “estado de excepción” y de “arruinar el marco social de convivencia”.

El dirigente de CCOO, que negó que la reforma vaya a crear empleo cuando el propio Gobierno admite en su cuadro macroeconómico que hasta diciembre habrá 600.000 parados más, advirtió: “Quieren tomar a los 5,3 millones de desempleados como rehenes”, y alertó: “Buscan reducir el factor trabajo amenazando y agitando el miedo. Pero tenga cuidado, señor Rajoy, su crédito no es para siempre. Mire a Grecia y a Italia, donde el BCE ha tenido que cambiar los gobiernos. Su dinámica es suicida”. Después de afirmar que la crisis es ciertamente “una oportunidad para los oportunistas que quieren implantar el modelo chino”, volvió a dirigirse al jefe del Gobierno: “Tiene que saber que no vamos a permitir que acabe con todo, que el 29-M no es el fin de nada y que la movilización va a continuar. Señor Rajoy, tiene todo el mes de marzo para abrir la mesa de negociación”, concluyó.

2 Comments
  1. Leoncio Antunez says

    ¡Ni un paso atrás contra el expolio de la clase trabajadora!

  2. Ramón says

    Los gobernantes están vulnerando la Constitución, que dispone que la riqueza del país no está al servicio de los intereses generales, no de unos pocos. Hacen leyes a la medida de esos pocos y someten a la precariedad, el miedo y la pobreza a la mayoría. Hay que echarlos a gorrazos.

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