Rajoy en TVE: poco nuevo y nada bueno

Nueve meses después de acceder a la jefatura del Gobierno, Mariano Rajoy protagonizó la primera entrevista en TVE sin aportar nada nuevo en ninguna materia por la que fue preguntado ni ofrecer un rayo de esperanza a los 5,6 millones de parados, según su propia cifra. En 45 minutos de entrevista con cinco periodistas quedaron muchas materias de interés social y ciudadano en el tintero. No obstante, el presidente reconoció que en las subidas del IRPF y el IVA ha hecho lo contrario de lo que prometió, “pero eso son cosas que se pueden recuperar” y descartó plantear una cuestión de confianza en el Parlamento, porque “no tendría ningún sentido”. Su aparición televisiva se produce sin que haya explicado en el Congreso de los Diputados las condiciones del rescate de 103.000 millones de euros para las entidades financieras ni el plan de ajuste para 2013 y 2014 que remitió a Bruselas el 3 de agosto pasado.

Sobre si subirá más los impuestos en el Presupuesto del año que viene para reducir el déficit público -su principal obsesión y fundamento de su política- en 39.000 millones de euros para cumplir así el objetivo de bajarlo al 4,5% del PIB, dijo que sólo tiene previsto elevar los gravámenes de  “plusvalías y los impuestos verdes”, sin más concreción. “El resto vendrá de la reducción del gasto corriente”, aseguró.

Sobre si congelará o recortará más los sueldos a los empleados públicos, se negó a contestar aunque fue repreguntado. Sobre las pagas de los jubilados aseguró: “No tocaré las pensiones”, pero luego condicionó su afirmación a la evolución del déficit. Y aprovechó otra pregunta sobre el Presupuesto de 2013 para explicar que ha dado orden al ministro de Economía de “tratar a los pensionistas de la mejor manera posible”, lo que suscita dos dudas: si el Presupuesto lo cuadra el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, o el de Economía, Luis de Guindos, y si para evitar el déficit del sistema suprimirá la paga de compensación por el incremento de la inflación.

El presidente utilizó dos tonos, uno cálido para justificar su política de ajuste antisocial: “Hay muchas decisiones que a mí no me gustan, pero este es un periodo transitorio en el que tengo que tomar medidas que no gustan a mucha gente, y que son necesarias, no ocurrencias”. Y otro enérgico para reiterar hasta la saciedad que “España ha gastado más de lo que ingresaba” y que su objetivo para salir de la recesión, crecer y crear empleo es combatir el déficit. En ese sentido aseguró que España cumplirá este año el 6,3% previsto, aunque volvió a apelar a “las facturas guardadas en los cajones de las administraciones públicas” para justificar la posible desviación. Uno de sus escasos anuncios fue que convocará a los presidentes autonómicos a primeros de octubre.

Sobre el rescate dijo: “No tengo decidido si voy a pedir la ayuda o no”. Invocó su obligación de ser “muy prudente” y no desvelar las nuevas cargas o “líneas rojas”, y tras señalar que “estamos estudiando la situación, si nos conviene o si es necesario”, afirmó que también deberá contar con la posición del eurogrupo. “Hay que estudiar y luego tomaremos una decisión, y, por supuesto, cuando la tome se la comunicaré y daré mis razones al conjunto de los españoles y serán públicas las condiciones en cualquier caso”.

El presidente, que afeó la pregunta de la corresponsal política de El País, Anabel Díez, sobre los malos resultados de la reforma laboral, a la vista de las cifras del paro, no dudó en afirmar que “la reforma ha funcionado muy bien, estoy muy contento, es una buena reforma; se han establecido alternativas a los despidos y cuando haya actividad económica será muy útil”. En este punto cabe recordar que los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) aumentaron un 33% en junio respecto al mismo mes del año anterior y que en el primer semestre del año han crecido un 48,6%, afectando a 221.1888 trabajadores, aunque las reducciones de jornada y suspensiones temporales han permitido rebajar las rescisiones definitivas de contratos del 19,7 al 16,2%, lo que explica el “contento” presidencial.

Rajoy, que también afirmó que “hemos intentado ser equitativos en la subida de impuestos y en la reducción del gasto”, lo que, sin mencionar la amnistía fiscal, no se comparece con la realidad en el caso del IVA, no dudó en citar al presidente francés François Hollande con el propósito de equiparar sus medidas de reducción del déficit, si bien, se ahorró el detalle de explicar sobre quién recaerá el mayor peso de la carga fiscal de los 30.000 millones de euros de ajuste de las finanzas públicas en el país vecino, en contraste con lo que ocurre en España.

Al ser preguntado por el tono independentista de la Diada catalana de hoy y por la reivindicación de CiU de la soberanía fiscal, manifestó: “A ver si somos capaces de fijar las prioridades; España tiene 5,6 millones en paro y 600.000 son catalanes. Cataluña tiene graves problemas de déficit y desempleo y en este momento no toca el lío, la disputa y la polémica, sino la unión y la colaboración. No estamos en España para grandes algarabías”, concluyó no sin recordar que si la Generalitat colabora “tendrá más dinero”. Sobre las elecciones en Galicia expresó su confianza en la reelección de Alberto Núñez Feijóo, porque “lo demás sería un quintapartito”. También consideró “acertado” el apoyo de su partido al PSE-PSOE en Euskadi “a cambio de nada” y en aras de la alternancia política.

Sobre el caso del etarra Josu Uribetxeabarría Bolinaga, cuya excarcelación ha soliviantado a las bases y los electores del PP, dijo que “las leyes no quieren que nadie muera en la cárcel” y recalcó que es un enfermo de 47 kilos de peso que lleva cincuenta días en el hospital “y no va a salir aunque quede en libertad”. Reiteró que el Gobierno cumple la ley, “el fiscal ha recurrido y la Audiencia Nacional decidirá”. Y aseguró: “No hemos negociado con ETA ni vamos a hacerlo nunca. No vamos a aceptar el chantaje y hemos aplicado la ley y el Estado de derecho”.

La última pregunta, a cargo de la periodista de TVE Maria Casado, fue si le preocupa que la gente no entienda las medidas que está adoptando y si él se manifestaría contra un Gobierno que le quita la paga de Navidad, a lo que contestó que “me preocupa mucho; sería un irresponsable si no fuera así”. Y sobre la manifestación –sin citar la protesta del próximo sábado-- respondió: “Si fuera por perjuicios ideológicos no lo haría”.