Relevo sin Congreso para que nada cambie en el PP vasco

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La nueva presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, escucha la conversación entre su antecesor en el cargo, Antonio Basagoiti (dcha.) y Borja Semper, el pasado jueves, día 9, durante el pleno del Parlamento vasco. / A. Ruiz de Hierro (Efe)

El PP vasco se dispone a oficializar esta semana el relevo de su todavía presidente, Antonio Basagoiti. La elegida por la cúpula del PP nacional, que ha escuchado atentamente a Basagoiti antes de dar el visto bueno, es Arantza Quiroga, la que fuera presidenta del Parlamento Vasco la pasada legislatura. Y la elección revela en sí misma la voluntad de Mariano Rajoy y de su número dos en el partido, María Dolores de Cospedal, de que nada cambie en el PP vasco.

Como ya adelantó cuartopoder.es el pasado 28 de enero, Antonio Basagoiti tenía decidido poner tierra de por medio e iniciar una nueva etapa profesional, lejos de la política y del País Vasco. Su idea de dejar la política estaba cantada; él mismo lo dijo tras las últimas elecciones autonómicas vascas. Pero en la cúpula del PP pensaron, cuando avisó de sus intenciones, que no era el momento de abrir ese frente. Le dieron largas y le pidieron tiempo. No obstante, su oferta laboral, en la filial del Banco de Santander, en México, tenía fecha de caducidad. Y la paciencia de Basagoiti también. Por eso ha precipitado su marcha e incorporación a su nuevo destino y su relevo se llevará a cabo sin la celebración de un Congreso.

Las prisas por sustituir a Basagoiti y la decisión de no someter esa elección al Congreso, máximo órgano de gobierno del partido, han levantado ya algunas críticas entre miembros del PP del País Vasco que consideran que la elección de su presidente debería realizarse en un Congreso, con la participación de los compromisarios designados por los afiliados y no por un “grupito” , como ha señalado el ex parlamentario del PP vasco Santiago Abascal.

Abascal forma parte del considerado “sector crítico” del PP-PV, junto a personalidades políticas como el exministro Jaime Mayor Oreja o  María Sangil. Los tres son críticos desde que –opinan– el PP varió su forma de entender la lucha contra ETA y la colaboración con el PSOE. Así, la mejoría en la lucha antiterrorista ha sido inversamente proporcional al malestar de estos miembros del PP vasco. Pero esos desencantados y/o disgustados con la actual dirección del PP vasco y también con la cúpula del PP nacional siguen siendo una minoría, “con bastante predicamento, pero minoría a fin de cuentas”, subraya un dirigente nacional.

Otro miembro de la estructura de poder nacional de Madrid vaticinaba, antes de que se diese a conocer el nombre de Arantza Quiroga para sustituir a Basagoiti, que, entre los dos nombres que figuraban como candidatos destacados a relevar al todavía presidente, la propia Quiroga y el actual portavoz del Grupo Popular en el Parlamento y presidente del PP de Álava, Alfonso Alonso, “decidirá Rajoy”.

Obviamente, el dirigente mencionado estaba en lo cierto: “en el PP – admite otro de los dirigentes nacionales consultados por este diario-  no podemos meternos de cabeza en un proceso congresual. Tenemos muchos frentes abiertos y nuestro principal objetivo es luchar contra la crisis. Lo demás, puede esperar”. Para la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, era, efectivamente, un quebradero más de cabeza y, de acuerdo con la versión de ciertos dirigentes, fue la encargada de conseguir continuas prórrogas de Basagoiti, hasta que en los últimos días decidió hacer pública su decisión inamovible: se marcha ya del PP. Y Rajoy ha tenido que decidir. Su decisión pasa por no desmantelar la portavocía del PP en el Congreso de los Diputados, mantener allí a Alfonso Alonso y colocar al frente de su partido en el País Vasco a Arantza Quiroga, la segunda mujer que llega a este cargo, después de María Sangil.

Quienes conocen a Quiroga, dicen que es una líder más conservadora que Basagoiti, pero, “a efectos prácticos –subraya un dirigente nacional-  no va a haber ninguna diferencia entre el mandato de uno y otro. Todo está atado y bien atado. Y  la continuidad, garantizada”.

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