Másters para putas en La 1

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Lidia Falcón, en un momento de su intervención en el programa 'Las mañanas' de La 1. / Captura de vídeo de rtve.es

Es verdad que esto del feminismo a veces parece que vale para lo que vale, como los manteles de la abuela, que en fin…hasta que de repente te entra un correo electrónico de Lidia Falcón, la veterana abogada y luchadora por los derechos de las mujeres, y resulta que este correo dice:

Queridas mías, acabo de salir del programa de Las Mañanas de Televisión Española 1, en donde se me invitó a contestar a una individua que está haciendo unos cursos para enseñar a prostitutas a "trabajar" mejor. Esos cursos los hacen en Barcelona, con financiación de La Generalitat, y están organizados por la psicóloga que ha estado siempre con Empar Pineda. Le han dado unos minutos a la organizadora para que explicara las bondades del curso, lo necesario que es, y cómo la prostitución es un trabajo tan penoso como fregar suelos pero mucho más rentable. No hay chulos, ni proxenetas, ni madames, ni explotadores. Ellas se dedican a eso como a cualquier otra cosa pero necesitan ser entrenadas y aconsejadas.

¿Qué?

Entro en Internet y busco el vídeo [ver abajo]. Veo a Mariló Montero reinando en su mesa de debate. Veo a Fernando Onega con cara de circunstancias y pasándolo evidentemente fatal. Veo a Lidia Falcón de negro riguroso (Carlos París, el que fue su pareja, falleció hace no mucho, ¿será por eso?). Veo a una señora rubia con camisa blanca que realmente parece encantada de haberse conocido. Si le quitaras la voz parecería que habla de cursillos de tai-chi o de aprender a hacer tortitas. Y prosigue el email de Lidia Falcón:

Cuando me han dado la palabra a mí inmediatamente la prostituta ha empezado a interrumpirme y cuando he dicho que semejante curso demuestra la degeneración ética de nuestra sociedad, la interfecta se ha ofendido -era una operación planificada entre ella y la de Barcelona- y ha dicho que si la trataba así se iba. Y se ha levantado y se ha ido, con lo cual la presentadora, que iba de ecuánime y más allá del bien y del mal, ha interrumpido el programa y ha dicho que si no estaban las dos partes, ella y yo, en plan de igualdad, no se podía debatir, y me ha cortado la palabra.

Bueno, pues, visto el vídeo, no me queda otra que dar fe. Atónita he asistido a la kafkiana escalada de sinsentido. Lidia Falcón citando informes de la ONU que insisten en que la prostitución es la moderna esclavitud y que sólo la “degeneración ética de nuestra sociedad” –en ningún momento personalizó- permite que un cursillo para prostituirse se vea como cosa normal y hasta buena de reseñar nada menos que en una televisión pública en horario de mañanas. La valedora del cursillo que efectivamente se pone hecha una hidra, decide que la han llamado degenerada a ella, se levanta y se va. Y la inefable Mariló que corta en seco a Falcón alegando que el debate no puede continuar al haber quedado cojo de una pata. Se pasma la abogada: “¿Cómo que no, si ella ya ha dicho todo lo que le ha dado la gana sin que yo la haya interrumpido ni una sola vez? ¿Por qué no puedo yo hablar ahora aunque ella se haya ido?”. Este razonamiento no se lo saltaría Aristóteles, pero por lo visto no convence a Mariló Montero, quien insiste en zanjar la cuestión. Y hasta se permite el lujo de sugerirle a Lidia Falcón que no hay para tanto, que existe una prostitución “de élite” que es más o menos voluntaria, que no todo es trata de blancas, etc. Nada más le falta añadir: ¿Qué pasa, tú no has visto Historia de O?

Jesús, María y José... por decir algo.

¿Pero es posible acumular más despropósitos, más desatinos, en tan poco tiempo?

Que conste que una (¡yo!) siempre ha sido la mar de liberal y de respetuosa con la vida de la gente. Yo podría ser amiga de una prostituta. Sospecho que una vez ya lo fui. Me recuerdo una noche de fin de año entrando en un bar en Barcelona y reencontrándome con una amiga de la Facultad, muy alta, flaca y espigada ella, muy sexy y muy amartelada con un chico. El chico se fue y charlamos un rato. Yo recordaba a mi amiga de la Facultad muy underground, muy reivindicativa y peleona. Una vez trató de subirse a un autobús sin pagar y cuando el conductor la echó le tiró piedras. A mí me lo contó como un verdadero atropello: ¿qué le costaba a aquel mamón dejarla subirse, si ella no tenía dinero? A mí se me ocurrió objetar (tímidamente) que si todo el mundo se subiera a los autobuses sin pagar, el transporte público no duraría mucho… Ella, que entonces vestía siempre de negro, muy ahumada de ojos y muy gótica, labios finos y feroces, melena de leona al viento, me miró con lástima y me espetó: “¿No te das cuenta de que esa es una visión muy limitada de la situación, Anna?”.

Al reencontrármela años después en aquel bar de Barcelona le pregunté qué tal le habían ido la vida y la carrera y me contestó con vaguedades. Que si vivía por ahí, que si trabajaba en no sé qué revista. Luego se fue un tanto apresuradamente. Y a las dueñas del bar, que se habían quedado muy pasmadas al ver que yo conocía a esa chica, les faltó tiempo para informarme de que lo de trabajar en una revista era mentira. Que ella lo que era, era puta.

¿Porque le daba la gana? ¿Con el mismo ánimo con que de jovencita apedreaba al conductor de autobús que no la quiso llevar gratis? ¿O porque todo le salió mal? Si tan convencida estaba, ¿por qué me mintió con lo de la revista? ¿Porque no era asunto mío, o porque de aquella maravillosa insolencia que le conocí quedaba ya sólo la piel muerta?

¿Prostituirse voluntariamente? Y una puta mierda, nunca mejor dicho. Por una Belle de Jour hay quinientas arrastradas que no pueden elegir. Y quien dice quinientas dice mil. O mil millones.

El límite de mi liberalidad en estos temas es no perseguir a las prostitutas, respetarlas legalmente, tratar incluso de mejorar su situación y su seguridad con controles, con asistencias sanitarias. Pero hombre, de eso a fomentar el tema, a recomendar a la gente que se apunte a másters de putas para mamarla con más aprovechamiento y más garbo…pues qué quieres que te diga. Llamadme clásica o casposa, pero yo en esto estoy a muerte con la ONU y con Lidia Falcón. Como ella pienso que hace falta que estemos socialmente y éticamente muy degenerados para que esto pueda colar con aquella alegría en una tele pública.

Y concluye el email de Lidia:

Ahora la lucha está siendo más difícil que antes. Un fuerte abrazo feminista. Lidia.

Mira que si a mis años me tengo que poner a aprender a hacer cócteles molotov…

4 Comments
  1. guardia says

    Esto es tan tonto como lo que dice la iglesia sobre la educación sexual en los colegios es promover la promiscuidad y el aborto. Algunas terminan pareciendo del OPUS en lugar de feministas. Yo estoy por la legalización con todas las consecuencias, de hombres y mujeres, chaperos y putas, baratos o de lujo. Algunos prefieren chupar pollas a limpiar culos de mierda. Esa es la verdad, con o sin proxenetismo por medio con o sin ETTs por medio.

  2. juanjo says

    Perdona Guardia, pero no. Libertad sexual toda, y cada cual dueño o dueña de su cuerpo. Pero eso, hombres y mujeres, chaperos y putas, chupa pollas, limpiar culos, dueños y dueñas de sus cuerpos. Por eso hay que oponerse tanto a la comercialización del cuerpo como la de sus flujos.

    Pese a lo cual, si hay que tolerar la prostitución, pues se tolera y hasta si quieres, la legalizamos (que con los tiempo que corren tampoco están los hierros para hacer hostias) . Pero el colmo es organizar un curso REMUNERADO para impartir clases de prostitución.
    …..
    Pero insisto, me parece que Lidia lleva razón y, si en algún caso se coincide con el Opus o demás corrientes supersticiiosas , pues se coincide.
    (No sería la 1ª vez)

    Pero con una diferencia substancial. Éstos se apoyan en ensueños y quimeras la mar de alucinantes, mientras que los otros se apoyan en la dignidad propia de todo ser humano .

  3. celine says

    Bravo por Lidia Falcón, una persona incorruptible y valiente, capaz de afrontar todas las barbaridades que lanzan contra ella, por saber poner el espejo delante de la jeta de la gente. ¿Por qué no funancia la Ge unos cursillos de perfeccionamiento de cabrón? Serían un éxito.

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