Empatar a estupidez

4
Carlos Lesmes, en su primera rueda de prensa en el Consejo General del Poder Judicial. /CGPJ
Carlos Lesmes, en su primera rueda de prensa en el Consejo General del Poder Judicial. / CGPJ

Ha ocurrido en todas las épocas, pero parece que últimamente todo el mundo compite por el dudoso honor de ser el que dice la tontería más grande y llama más la atención. Tan disputado privilegio ha correspondido esta semana al presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, quien en el breve plazo de tres meses ha empatado en estupidez —dicho sea sin ánimo de ofender y en la primera acepción de la Academia: "torpeza notable en comprender las cosas"— con su predecesor Carlos Dívar (lo de Gonzalo Moliner no fue una presidencia sino un accidente de la historia).

Porque, seguro que recuerdan que Divar, salvo al final de su mandato que se negó a dar explicaciones, era un campeón de primer orden en destrozarnos con sus manifestaciones. Primero, con aquella célebre apertura del año judicial en la que anunció que la Sala de lo Contencioso del Supremo tenía bloqueados más de 6.000 millones de euros en litigios pendientes, que había varios miles de millones más en las otras salas, y que esos fondos, al encontrarse congelados, no revertían al circuito económico, lo que cercenaba múltiples expectativas.

Un par de meses más tarde, revelaba al mundo que, en lugar de la fórmula tradicional de trabajar más, la solución a ese problema pasaba por “confiar más en los jueces y eliminar tantos garantismos”. Es decir, impedir que los ciudadanos pudieran recurrir, cuando precisamente esas garantías jurídicas y procesales tienen como finalidad que la ciudadanía pueda acceder a la justicia y paliar la arbitrariedad de los poderes públicos, entre ellos los jueces.

Más tarde, escocido porque algunos medios habían aireado que en el Consejo y el Supremo se estilaba la semana caribeña, es decir, trabajar únicamente de martes a jueves, se destapó con aquello de “hay libertades que exceden para convertirse en un libertinaje y cosas que no son tolerables como, por ejemplo, afirmar que determinados magistrados del Tribunal Supremo son prevaricadores. (…) Esto no es en modo alguno tolerable, como [tampoco lo es] dudar de la honestidad y el trabajo del órgano de Gobierno del Poder Judicial, que soy testigo en ambas instituciones de las horas y del sacrificio que consigo llevan”.

Alguien tan prestigioso como el ex fiscal jefe anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo le respondió que la admisión de la querella contra Garzón por el caso Gürtel —en la que el principal implicado en la trama corrupta Francisco Correa ejerció la acusación contra el juez que le investigó— “constituye la forma más grave producida hasta ahora en España de alianza objetiva de los tribunales y los corruptos, porque transmite un mensaje evidente de amparo de sus conductas y de posible impunidad”.

Respecto a que se dudara “de la honestidad y el trabajo del órgano de gobierno del Poder Judicial”, en marzo de 2010 yo mismo le contestaba: "No hay duda ninguna". En el Consejo se trabaja tanto que la mayoría practica la semana caribeña. El pasado viernes acudieron a su despacho tres de los 20 vocales. El presidente fue testigo de “las horas y del sacrificio” de sus colegas un ratito por la mañana. Afirmación que nunca fue desmentida.

Ahora, Lesmes —que se ha convertido en el brazo ejecutor del ministro Alberto Ruiz-Gallardón para convertir el Consejo General del Poder Judicial en una dirección general de su Ministerio—, la primera vez que abre la boca, actúa como un necio, siempre en la acepción académica de "ignorante y que no sabe lo que podía o debía saber". En una actuación magistral, que para sí hubiera querido Dívar, ha sublevado a toda la carrera judicial al afirmar que "al juez se le controla con el palo y la zanahoria". O sea, por si alguno no lo ha entendido, como a los burros.

También ha tenido el desparpajo de asegurar que no hubo acuerdo entre Rajoy y Rubalcaba para designarle para el cargo que ostenta varios días antes de que los vocales le votaran, aunque el hecho fue publicado por unos cuantos medios, incluido este blog. Añadía que tampoco tiene que ver con la política el hecho de que él fuera director general de Justicia en el Gobierno de José María Aznar. Decía Nietzsche: "No se mata con la cólera, sino con la risa". Y como Lesmes continúe con este nivel de desenvoltura surrealista, moriremos desternillados.

El asno y la zanahoria aireados por los jueces.
Imagen del asno y la zanahoria aireada por los jueces en las redes sociales.

De entrada, todas las asociaciones de jueces se han puesto en su contra y alguna, como Francisco de Vitoria, ha pedido su dimisión. Muchos jueces han pasado por whatsapp y correo electrónico una foto de un asno con su correspondiente zanahoria.

Por seguir con las enseñanzas de Nietzsche: "Es muy difícil vivir entre los hombres, porque es muy difícil guardar silencio". Y por lo que se ve, algunos no se saben callar. Claro que también el filósofo y pensador alemán decía que "No sólo se ataca por hacer daño a alguno, por vencerle, sino a veces por el mero deseo de adquirir conciencia de la propia fuerza". Y quizá estas manifestaciones de Lesmes obedecen a ese ejercicio tan de macho español que vulgarmente se llama "marcar paquete", para hacer saber a propios y extraños que el corralito es suyo.

Así que definitivamente y a la vista de la torpeza del nuevo sheriff del Consejo, que en la primera ocasión ha emulado a Dívar, me apunto a la última recomendación de Friedrich : "Hay que tomar las cosas con más alegría de la que merecen, sobre todo porque las hemos tomado en serio más largo tiempo del que merecían". Disfruten de la vida.

4 Comments
  1. Panóptico says

    Totalmente de acuerdo, con su «motivada» apreciación Sr. Yoldi. Llamar indirectamente «burros» a los mas de 4500 Jueces que representa y a los que -segun dijo- se les domina/domestica/guia/encamina mediante la vieja técnica del «palo y la zanahoria» es un importante ataque a la linea de flotacion de la tan cacareada independencia judicial.
    Segun se conoce un importante numeros de Jueces Decanos convocan para fechas cercanas, asambleas donde decidir que hacer ante estas graves acusaciones de su Presidente. Tambien consta presentada una revision de un querella previa que le interpusieron por prevaricacion al Sr. Lesmes, cuando era Magistrado AN al resolver un caso superclaro de una «sanción caducada» a una Mercantil derivada de la LOPD (10 millones de pesetas de nada, mal notificada).
    Pues no que me huelo, que cuando Vd. termine su novela, tendra que empezar a ir mas de una vez a Roma para comprobar las dietas de Lesmes y las de sus acompañantes, por lo que dicen, fue para el muy gratificante representar al Estado, en ese conclave o Sinodo de Obispos, viajando a costa del erario publico en comision de servicios, como hacia su amigo Divar.
    Saludos cordiales.
    PD.- Parece que el TS ha confirmado la Sentencia TSJ Madrid sobre el ERE de TeleMadrid y le daran 45 dias a todos sus compañeros, haber si en su caso, le cae tambien esa breva y tiene la suerte, que quede dinero en PRISA.

  2. José Yoldi says

    Estimado señor Panóptico. El viaje a Roma en representación del Estado del señor Lesmes fue muy comentado en la judicatura. Una magistrada del Supremo aseguró que Dívar, a pesar de su declarada religiosidad, no se habría atrevido a tanto. No obstante, el señor Lesmes aseguró, y yo no dispongo de datos en contrario, que tanto su desplazamiento como el de su esposa había sido sufragado con cargo a su propio peculio. Es cierto que el nuevo consejo había prometido transparencia en el asunto de los viajes, pero ya me temo yo que la luminosidad prometida no dará para tanto. Pero prometo preguntar.
    Respecto al otro tema, me alegro por los colegas de Telemadrid, pero me temo que los jóvenes necesitaban más el empleo que el dinero por un despido improcedente. La solución puede ser buena para los más mayores, que podrán retirarse con cierta holgura, pero no para los jóvenes y los de mediana edad, a los que les quedan años por delante antes de poder llegar a una jubilación que promete ser precaria.
    En todo caso, opino como Maru Menéndez: el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, vuelve a jugar con el dinero de todos. Contrata a las productoras de sus amigos por un dineral y ahora indemnizará a los trabajadores despedidos por molestos con el dinero de todos, mientras ratifica en sus puestos a directivos amigos con sueldazos. Todo un cortijillo que pagamos los madrileños con nuestros impuestos.
    Saludos cordiales.

Leave A Reply