Sánchez evita nombrar 'sabios' para reformar la Constitución y la Ley Electoral

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De izq. a dra.: Maurici Lucena, Patxi López, Maritxell Batet, Jordi Sevilla, Magdalena Valerio, Ángel Gabilondo, Pedro Sánchez, Rafael Bengoa, Mari Luz Rodríguez, Carmen Montón y Silvina Bacigalupo. / Ballesteros (Efe)

Así como hay sabios en cada materia también hay materias sin sabios en el comité que ha constituido el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, apenas cinco días después de ser proclamado sin competencia candidato a la presidencia del Gobierno. El tiempo apremia. Llama la atención la falta de sabios constitucionalistas y de expertos electorales si tenemos en cuenta que las dos grandes reformas políticas anunciadas afectan a la Constitución de 1978 y al sistema electoral en aras de la mejora de la democracia representativa. Sánchez tampoco ha colocado expertos netos en Fiscalidad, Seguridad Social, Exteriores y Defensa, a diferencia de otras áreas como Educación y Sanidad.

Dice el dirigente socialista que “necesitamos políticos innovadores, que hablen claro y se anticipen al futuro sin conformarse con administrar una realidad que les viene dada”. Y para eso ellos necesitan expertos. Entre los doce elegidos por Sánchez, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no ha dudado en chotearse del economista, exministro e instructor de José Luis Rodríguez Zapatero en su día, Jordi Sevilla. “Ahora ponen al señor Sevilla a ver si arregla esto. ¡Venga bueno!”, profirió en el Senado antes de atribuir a los dirigentes del Instituto de la Empresa Familiar el comentario de que “el PSOE no es de fiar”.

Ya con la carrerilla de Rajoy, remachó el clavo el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el último pleno del Congreso. “Dígale al señor Sevilla que le explique bien lo que es la progresividad fiscal”, recomendó a Sánchez a través del portavoz socialista en la materia, Pedro Saura. Está claro que Sevilla va a ser el saco de los golpes contra Sánchez. Profesor del Instituto de Empresa y consultor de Pricewaterhouse Coopers, SL, este exministro de Administraciones Públicas entre 2004 y 2007 que ha declarado haber perdido mucho dinero por la política, emerge en el panorama como un valor en el que banqueros e inversores pueden confiar.

Sorprende, sin embargo, la falta de sabio en materia impositiva. En noviembre de 2013, la conferencia programática del PSOE reunió a muchos especialistas en fiscalidad y dedicó un amplio debate y un capítulo entero a esta materia. Es como si los buenos propósitos –incluida la ley contra el fraude-- no merecieran el primer plano, la injusticia fiscal –el 80% de la recaudación procede de las rentas medias y bajas-- no exigiera correcciones de fondo, o como si el 10% de los individuos más ricos hubiera dejado de acumular un patrimonio 135 veces superior al 30% más pobre.

Tampoco en materia laboral y social ha nombrado Sánchez personalidades de la talla de Ángel Gabilondo en Educación, sin que ello desmerezca el dominio de la materia por parte de Luz Rodriguez, exsecretaria de Estado de Empleo los dos últimos años de gobierno de Zapatero, cuando para crear empleo se abarató el despido con la primera reforma laboral. La diputada por Guadalajara Magdalena Valerio también ha sido designada responsable de asuntos sociales, con especial atención al desarrollo de la ley de dependencia.

El comité de sabios –algunos lo consideran “el gobierno de Sánchez en la sombra”-- incluye a Patxi López en seguridad y libertad, y a personalidades independientes de gran talla como el profesor de Harvard y asesor de de Barack Obama, Rafael Bengoa, quien fue consejero de Sanidad con López de lehendakari; Ángel Ubide, experto en política monetaria europea y diplomacia económica –materia de la tesis doctoral de Sánchez--; Teresa Ribera, especialista en el estudio del cambio climático y consejera de varios organismos internacionales; la catedrática de ética de la Universidad Autónoma de Barcelona, Victoria Camps; la especialista en ética empresarial y responsabilidad corporativa, Silvina Bacigalupo, y el también independiente, amigo de Felipe González y especialista en los países del sur del Mediterráneo, Sami Naïr.

No hay ningún constitucionalista, ningún diplomático ni militar alguno entre estos expertos que se encargan de coordinar el programa de gobierno de Sánchez, y a los que hay que añadir al portavoz del PSC en el Parlamento de Cataluña, Maurici Lucena, como especialista en política industrial. ¿A qué se debe esta laguna? Sin duda el PSOE cuenta con expertos en materia militar y de defensa como el portavoz parlamentario Diego López Garrido y con personalidades de la talla de Trinidad Jiménez en política exterior. Y posee constitucionalistas y especialistas en materia electoral para plantear los nuevos derechos y deberes y la reforma federal de la Carta Magna, así como un sistema de listas abiertas más justo y proporcional. Esas son sus promesas.

Los responsables de la dirección socialista consultados al respecto señalan que determinadas áreas se abordan directamente desde la Ejecutiva, ya que requieren diálogo y contraste político con los demás partidos. En este sentido, el mensaje de Sánchez a los expertos, según el cual “muchos de nuestros problemas tienen que ver con nuestras limitaciones a la hora de comprender los mecanismos que operan en sociedades tan complejas como las nuestras”, circunscribe su tarea al terreno intelectual. Sobre la validez de su producción, los más escépticos no olvidan la tormenta de cerebros que provocó Alfonso Guerra en 1987 para elaborar el famoso Programa 2000. Unos meses después de que se presentaran las conclusiones cayó el Muro de Berlín sin que ningún sabio ni “intelectual orgánico” lo hubiera previsto.

Al presentar el viernes a los expertos, Sánchez dijo que no solo quería ser honesto con los valores socialistas de la igualdad, la libertad y la justicia social, sino con los electores, de modo que “sólo propondremos aquello que podamos cumplir, y además diremos qué haremos, cuánto costará y cuándo lo haremos”. Si se trataba de enfriar la euforia de los planteamientos demasiado ambiciosos en tiempo y gasto ya se verá. Contaba Fernando Lázaro Carreter que en una ocasión el rector de la Universidad de Oviedo se disponía a presentar a un ilustre conferenciante, joven catedrático, historiador según creía y especialista... “¿En que es usted especialista señor... (mirada al papel) Montero?” A lo que éste respondió con el máximo respecto: “En la totalidad”. Pues aquí, equilicual: el especialista en la totalidad decidirá.

1 Comment
  1. Piedra says

    ¿Y eso cuánto cuesta al psoe, con un ere encima y una deuda de 63 millones de euros: 10.500 millones de las antiguas pesetas? Marketing descarado e inútil me parece a mí.

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