La Gestora del PSOE desconfía de la oferta de "neutralidad" de Iceta

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ofreció neutralidad a la lideresa del PSOE andaluz, Susana Díaz, ante la próxima elección del secretario general del PSOE, a la que aspira Pedro Sánchez, según él mismo confirmó en su día y, sin confirmación oficial, pero todo apunta a que también aspira la propia Díaz. Sin embargo, la Comisión Gestora del PSOE no se fía de la palabra dada de Iceta, ni lo considera en absoluto un motivo para dejar de considerar al PSC "territorio de Sánchez". De hecho, la gestora no se fía de Iceta, a quien, pese a ser militante del PSC, "siempre consideramos -asegura un miembro de la gestora- uno de los nuestros". Se refiere este dirigente consultado por cuartopoder.es a que Iceta siempre tuvo una conexión especial con el PSOE, trabajó en el Gobierno de Felipe González, en él área de la vicepresidencia del gobierno, con Narcís Serra, y siempre tuvo la confianza plena de todo el PSOE, cuando, por ejemplo, el partido que entonces lideraba José Luis Rodríguez Zapatero se planteó desvincularse del PSC para crear un PSOE en Cataluña.

Nadie de entre la dirección del PSOE podía imaginar que, junto con Sánchez en sus intentos por formar un gobierno con partidos nacionalistas e independentistas, estaría Iceta, actuando "a espaldas" de buena parte del partido hermano y contra el mandato del Comité Federal del PSOE.

Por eso, Iceta, líder del PSC, no goza ya de la confianza de la actual dirección, ni sus miembros creen que esa neutralidad que ofrece del PSC en la elección del Secretario sea una oferta real, ni tenga una gran efectividad. Por todo ello, desde la dirección del PSOE siguen apostando por restringir los derechos del PSC, que no tienen reciprocidad en el PSOE, tanto en lo que se refiere a la elección del secretario general como al derecho a voto en el Comité Federal. El PSOE no participa en la elección del primer secretario del PSC, no tiene voz ni voto en el Comité Nacional del PSC, ni tiene puestos reservados en su Ejecutiva. La restricción podría incluso ser de carácter temporal, en tanto en cuanto no haya una nueva dirección federal del partido, elegida en un Congreso. De optarse por una suspensión cautelar, correspondería a la futura Ejecutiva tomar una decisión definitiva sobre qué hacer con el protocolo que rige las relaciones entre ambos partidos con carácter definitivo.