Ciudadanos propone un acuerdo a tres a PP y PSOE para no caer en el olvido

Inés Arrimadas, la portavoz de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados y previsiblemente la futura líder del partido, envió ayer una carta al candidato a la Presidencia del Gobierno y presidente en funciones, Pedro Sánchez, ofreciéndole un acuerdo entre los que la jerezana denomina “partidos constitucionalistas”. Es decir, conformar una mayoría de cara a la investidura que sume 221 diputados: los 120 del PSOE, los 89 del PP, los 10 de Ciudadanos y los otros dos de Navarra Suma.

De esta forma, Ciudadanos se adelanta al Partido Popular remitiendo a los socialistas una propuesta formal en la que invita a Sánchez a sentarse con ella y con el líder de los populares, Pablo Casado, para abordar una serie de pactos de Estado entre los tres partidos.

El objetivo de la formación naranja con esta “alternativa”, señala la misiva a la que ha tenido acceso cuartopoder, es una “solución excepcional” para que, cuando se constituyan las Cortes, los tres líderes de estos grupos parlamentarios se reúnan con la intención de que “el futuro de España no dependa de los populistas, nacionalistas y separatistas”.

Por su parte, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se ha mostrado dispuesto a reunirse con la portavoz de Ciudadanos en los próximos días, pero solo con ella, no con Casado.

Tras poner esta oferta sobre la mesa, Arrimadas aclaró que la misma no pasa por la formación de un Gobierno a tres con el PSOE y el PP, ya que la pretensión de Ciudadanos es quedarse en la oposición, pero no despliega la fórmula de gobierno: Un Ejecutivo del PSOE en solitario con el apoyo del PP, Cs y Navarra Suma después de acordar determinadas medidas, o uno entre el PSOE y el PP con el apoyo de su partido y los dos diputados de la coalición electoral de ámbito navarro.

Con este movimiento, la formación naranja, que cuenta únicamente con 10 diputados después de perder 47 en el batacazo electoral del 10 de noviembre, da un paso adelante y lanza una oferta que le permite seguir mostrándose como una solución de Estado, a la vez que tranquiliza a los críticos del partido abriéndose a la posibilidad de apoyar la investidura de Sánchez.

Una propuesta para no caer en el olvido a lo largo de la legislatura

Los votos de los diputados de Ciudadanos no serían realmente necesarios si el PP y el PSOE llegasen a un acuerdo de gobernabilidad, ya que entre los dos sumarían 209 de los 176 necesarios para sacar adelante una investidura. Pero es una fórmula para que la formación naranja tenga un papel destacado dentro de las negociaciones: el de partido mediador.

El PP sigue negándose a investir a Pedro Sánchez. Casado ya no solo carga contra los socialistas por su preacuerdo con Unidas Podemos, sino en otras cuestiones alejadas de estos socios. Casado ha censurado que el PSOE haya protagonizado “el mayor escándalo de corrupción de la historia de España”, en alusión al caso de los ERE en Andalucía. Y ha sostenido que los populares no pueden formar parte del programa de Pedro Sánchez porque “unir la solución con el problema sería ahora mismo una irresponsabilidad”, según detalló el líder popular en declaraciones en un Congreso del PPE en Zagreb (Croacia).

En este sentido, Arrimadas pretende hacer de puente entre ambos partidos para llegar a un acuerdo que, si contemplase, por un lado, la fórmula de gobierno entre el PSOE y PP, Ciudadanos, además de participar en determinados pactos de Estado, se quedaría con el puesto de partido de centro-derecha en la oposición. Un espacio que Vox, pese a tener más escaños (44 más), no ocuparía. Además, un Ejecutivo conjunto entre PSOE y PP, partidos de ideologías muy diferentes, podría desgastarse en los cuatro años que duraría, en un principio, la legislatura.

Por otro lado, si la opción fuese pactar una serie de medidas o, como contempla la misiva, “grandes acuerdos de Estado”, Ciudadanos estaría dentro de la negociación de las mismas, lo que situaría al partido en una posición bastante más relevante de la que realmente tiene con 10 escaños en el Congreso.

Cualquiera de las fórmulas establecería a la formación naranja como un actor importante tanto ahora, en las negociaciones de investidura, como en un futuro en el caso de que se materialice la propuesta de Arrimadas.

Un gesto para tranquilizar a los críticos

Este pasado sábado, la elección de una gestora continuista para dirigir Ciudadanos hasta que se elija al sucesor o sucesora de Albert Rivera en la Asamblea extraordinaria de marzo, generó un clima muy tenso y bronco en el partido.

Así lo constataron unos audios en los que el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea (voz discrepante con la postura de no facilitar la investidura de Sánchez) cuestionaba la libertad interna de su partido a la hora de eligir gestora, y calificaba de “bochorno” que en la elección de la misma se votase primero a mano alzada y posteriormente se diese el debate.

Igea es solo uno de los críticos de Ciudadanos que, aunque no son muchos, cuentan con voces sonoras y con potencia mediática, ya sea por las dimisiones que han protagonizado, como la de Toni Roldán, o por estas fuertes críticas lanzadas por el líder del partido en Castilla y León.

Con la oferta de Arrimadas, esta facción del partido se puede sentir más representada, ya que la oferta lleva implícita la apertura de Ciudadanos a facilitar la investidura de Sánchez, algo que no se contempló hasta este momento desde las elecciones de noviembre.