Ramón Espadaler: “Catalunya necesita un cambio de rumbo que no se haga desde la revancha”

Ramón Espadaler (Vic, 1963) conoce muy bien la convulsa política catalana. Ha estado años en sus entrañas, ya sea en la extinta Unió Democràtica de Catalunya (UDC) o ahora liderando Units per Avançar. Gracias a un acuerdo de su formación con el PSC ocupa el número 3 en la lista que encabeza Salvador Illa.

En el último tramo de la carrera electoral, cuya meta se cruzará el 14 de febrero, atiende a cuartopoder. 

-Hay mucha incertidumbre en esta campaña, se presentan muchos partidos y quedan pocos días para las elecciones, ¿qué espera de esta última recta final?

-Esperamos consolidar la trayectoria ascendente de Illa, que ha movido el tablero electoral y que ha sido visualizado como la única alternativa posible para un cambio de rumbo en la política catalana que apueste por la reconciliación, el cambio y la estabilidad. Esperamos que se amplíe aún más el efecto Illa y sea una opción de cambio real. 

-La trayectoria de Illa ha sido particular. Es un ministro de Sanidad que ha gestionado una crisis histórica y se ha ido a hacer campaña electoral en un momento clave como es la vacunación. Aún así, no le ha pasado factura, ¿qué tiene Illa para no haber sufrido un desgaste?

-Tiene algunas virtudes importantes. La primera, su capacidad de diálogo con personas e instituciones distintas a lo que él representa. Esto se agradece en un contexto de polarización, de preocupación. Creo que la gente valora que haya un candidato capaz de dialogar con distintos, llegar a acuerdos y gestionar en escenarios de gran complejidad. Ha logrado visualizarse como una alternativa real, de ahí los ataques del resto del arco parlamentario. 

-¿Esa capacidad de pacto alcanza a ERC? Parece que la única certeza que hay es que Esquerra tendrá algo que decir el día 15-F.

"El escenario que nosotros, con Illa al frente, podemos cambiar es que el independentismo tenga mayoría"

-Creo que todos tendremos algo que decir el 15-F. El escenario que nosotros, con Illa al frente, podemos cambiar es que el independentismo tenga mayoría. Si eso pasa, el Gobierno independentista está servido. Tendrán las peleas oportunas, pero habrá Gobierno independentista. Pacto con ERC no lo veo por ninguna de las dos partes, tanto Illa como Aragonés han reusado esta opción. Ni la veo ni la deseo, sinceramente. 

-Las encuestas hablan de un triple empate, ¿la lista PSC-Units no tiene las de perder en la formación de gobierno si se cierran a un pacto de Gobierno con ERC?

-Nosotros aspiramos a tener los escaños suficientes para articular un gobierno con Illa. Eso se puede hacer con apoyos directos e indirectos. Nuestro desiderátum sería un Gobierno en solitario de Illa y no lo hemos descartado en ningún momento. Por ello, dedicamos todos los minutos de la campaña a explicar que Catalunya necesita un cambio de rumbo que no se haga desde la revancha o mirando hacia atrás y sí mirando para delante. Hay mucho que reconstruir en Catalunya. Nos gusta decir que si el Procés nos ha dividido internamente, la reconstrucción debería unirnos para recuperar la economía, fortalecer las políticas sociales y no dejar a nadie en la cuneta, que es lo que está haciendo esta pandemia. 

-¿Y qué ofrece el PSC en esta reconciliación a la Catalunya independentista?

-La reconstrucción, reconciliación y una apuesta por la economía productiva sin dejar de lado los servicios sociales y las piezas fundamentales del Estado de Derecho, como la educación, los servicios sociales y la sanidad, que ha sido fuertemente tensionada. Creo que es algo que preocupa al común de los mortales sean de sentimiento independentista o no. Ofrecemos aterrizar las políticas reales que requiere el país para esta reconstrucción anhelada. No será fácil y requerirá formaciones distintas. En ese sentido, PSC y Units somos distintas y así nos reconocemos, pero nos aúna la necesidad de pasar página de estos años perdidos con el Procés, reconciliarnos con la sociedad y tomar un nuevo rumbo como país y con el resto de España. 

-Usted tiene mucha trayectoria política en Catalunya. Ahora es el número 3 de la lista de Illa, ¿de qué es garantía para el proyecto que su nombre esté en tercer lugar?

-Es garantía de esfuerzo de sumar entre distintos, que son capaces de poner por delante lo que nos une, como la preservación del Estado de bienestar, la recuperación de la economía, la reconciliación y el cambio de rumbo. Hay aspectos que nos diferencian y podríamos señalarnos, pero creemos que es tiempo de sumar más que de dividir. Nuestra apuesta es preelectoral, sumamos con Illa porque compartimos parte de su discurso y cuando tenemos visiones distintas de algunos aspectos, que los hay, lo hemos plasmado en un acuerdo político donde hay margen de libertad de voto para Units en algunos temas como sanidad, educación o conciencia.

-¿Y por qué PSC y no PDeCAT que también se presenta?

"Hay que gobernar para todos, no como este Govern, que a veces tenemos la sensación de que gobierna para una parte del país"

. -El PDeCAT tienen un discurso moderado, pero abiertamente independentista. Nosotros nos definimos como catalanistas, no independentistas. Nos identificamos en la corriente europea de la democracia cristiana, lo que puede significar Merkel, con la economía social de mercado.  El PDeCAT pretende una unidad de criterio en el mundo independentista, pero nosotros no estamos en este espacio. Desde el respeto a los sentimientos y la forma de pensar, creemos que esta etapa no da más de sí y hay que gobernar. Hay que gobernar para todos, no como este Govern, que a veces tenemos la sensación de que gobierna solo para una mitad del país. 

-En las elecciones anteriores, los socialistas sufrieron casi un golpe moral: perdieron el cinturón rojo metropolitano de Barcelona, que se volvió naranja, ¿creen que lo van a recuperar?

-Creo que Illa ya está recuperando. Y como buena muestra, todas las encuestas publicadas hasta la fecha. En aquel momento, aquel votante podía tener un cierto componente de izquierdas vio en Ciudadanos la posibilidad de establecer un dique de contención al independentismo sobredimensionado, que venía con el mandato del 1 de octubre según decían. Vieron en Ciudadanos algo que al final no fue. Siendo la primera formación del Parlament, ni siquiera presentó propuesta alternativa para presidir la Generalitat, algo que Illa ha dicho que hará desde el primer minuto. Están volviendo las aguas a su sitio.

-¿No tienen miedo de que, entre dos partidos independentistas, les pase lo mismo que a Ciudadanos?

-No, si Illa llega al primero, que es algo probable, va a presentar candidatura. A partir de ahí veremos los apoyos que se puedan suscitar directos e indirectos. Veremos los resultados el domingo por la noche y lo que dan de sí. Es una diferencia fundamental. Quien votó en 2017 a Ciudadanos y luego vio que era la primera formación en el Parlament pero no servía para nada, se sintió frustrado. Aunque le falten escaños para llegar a la investidura en primera ronda, esa apuesta la va a hacer.

-¿Cómo valora la gestión de la covid-19 que se ha hecho desde la Generalitat?

-Es muy fácil criticar. No existen manuales y nos ha pillado por sorpresa al conjunto planetario. Puede que haya quien ha echado en falta una actitud más beligerante del grupo socialisa-units. Ha habido errores, es cierto y algunos se han corregido, pero quién no ha cometido errores en una crisis tan dramática y sorprendente. Tenemos una actitud propositiva y constructiva. No creemos que una crisis como ésta deba ser aprovechada para sacar el rédito electoral. 

-Hay dos grandes incógnitas en esta convocatoria electoral: la participación y los indecisos, ¿les da miedo estas dos variables?

-Son las dos grandes incógnitas. Cuando las tres formaciones que están en cabeza tienen menos intención de voto que el conjunto de los indecisos, que supera el 30%, van a decidir. Nosotros pedimos que voten. Votar es seguro. Estos mensajes los damos desde el convencimiento. El Govern está haciendo las cosas bien y poniendo mesas electorales en espacio seguros. Votar no tiene más riesgo que ir al supermercado, ni para el que vota ni para quien nos dispensa los productos o  recibe el voto. Hasta ahora habíamos dicho que votar tiene consecuencias. No votar también las tiene. No votar significa casi regalar tu voto a los que tienen una visión opuesta a la tuya. Quien desee un cambio tranquilo, sin reproches, para mirar hacia adelante, que vote y la opción más razonable es Salvador Illa. 

-Ahora le pido que saque su perfil de analista. Tenemos más partidos que nunca con opciones al Parlament y, sin embargo, hay muchos indecisos y riesgo de que suba la abstención, ¿qué mensaje creen que mandan con esto los electores a los políticos?

"A Vox se le combate con las ideas y los votos y no con las pedradas"

-Creo que podría ser un tirón de orejas. No hace muchos días estaba con un grupo de pequeños empresarios y nos comentaban que los políticos les piden que se reinventen. Decían, con mucha razón, que los políticos también tenían que reinventarse.

Esto significa estar más atentos a los problemas tangibles y reales de nuestros conciudadanos y no estar pendientes de algunas entelequias que nos distraen de la recuperación. 

-Estos días he leído en alguna entrevista que no quiere hablar de Vox, pero tiene muchas opciones reales de meterse en el Parlament, ¿hasta cuándo se puede ignorar a la ultraderecha? 

-No se trata de ignorar o no. A Vox se le combate con las ideas y los votos y no con las pedradas. No tengo más que decir.

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