Madrid o la nada: la trágica disyuntiva de Ciudadanos

  • "Mientras todos miramos a Cataluña, en la Comunidad de Madrid se está jugando buena parte del futuro de la derecha española"
  • "Isabel Díaz Ayuso, en vez de ejercer de presidenta de la Comunidad de Madrid, está liderando la línea de oposición más autoritaria al gobierno de España"
  • "O Cs pone Madrid como ejemplo de que cambia y apuesta por gobiernos europeos, modernos, decentes y progresistas o hará bien en entregarse formalmente al PP"

2

El Partido Popular ha puesto el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en el centro de estrategia de supervivencia. En primer lugar porque la Comunidad de Madrid está dando empleo a una parte importante de los cargos populares a los que el desplome electoral dejó sin cargo. Pero también porque Isabel Díaz Ayuso, en vez de ejercer de presidenta de la Comunidad de Madrid, está liderando la línea de oposición más autoritaria al gobierno de España. Es difícil saber si Ayuso es el brazo (derecho) de Casado en la oposición o, como pasó con Gallardón, Aguirre y Cifuentes, Ayuso está usando la Comunidad de Madrid para preparar su asalto al liderazgo del PP. Pero el efecto a corto plazo es el mismo: desgobierno en Madrid y oposición histriónica a Sánchez desde la Puerta del Sol.

La Comunidad de Madrid también está siendo el gobierno más conflictivo del tripartito de la derecha, alcanzando un colapso insólitamente rápido. Desde la investidura de Ayuso la Asamblea de Madrid no ha debatido ni un solo proyecto de ley: la única iniciativa legislativa de la derecha no la ha presentado el Gobierno sino el Grupo Parlamentario de Ciudadanos, algo insólito y que hace suponer que Ayuso se negó a tramitarla como proyecto del Gobierno. El ambiente interno debe de ser irrespirable como muestra también el permanente goteo de ceses y dimisiones en los segundos niveles del Gobierno.

El fichaje de Miguel Ángel Rodríguez como jefe de gabinete de la presidenta no deja lugar a dudas: el Partido Popular no va a dudar en destruir a Ciudadanos a poco que se mueva de la foto. Y la foto va a estar escoradísima a la extrema derecha. El punto de mira de Miguel Ángel Rodríguez también señala a Telemadrid: una de las pocas aportaciones de las que Ciudadanos podía presumir en la legislatura de Cifuentes fue una recuperación de la credibilidad (y las cuentas y la audiencia) de Telemadrid y una de las obsesiones de Ayuso y de Miguel Ángel Rodríguez es el sometimiento y regresión a la etapa oscura de Esperanza Aguirre de la televisión pública madrileña. En esa lucha Ciudadanos se juega una humillación demoledora y el gobierno de Ayuso (y Aguado) ya está estrangulando a Telemadrid para impedir su funcionamiento.

Un último elemento clave es el papel de Vox. A diferencia de otras comunidades parece que Rocío Monasterio podría intentar mantener cierta "dignidad" para la extrema derecha: el mejor síntoma fue una patética entrevista que le hizo Jiménez Losantos en su emisora rogando a la "aristogata" que entendiese que PP y Ciudadanos son tan ultras como ella.

La Comunidad de Madrid está colapsada, pero eso no es problema para el PP de Ayuso que está jugando otra partida y mucho menos para Vox. En cambio, para Ciudadanos es letal: no sólo no va a poder ofrecer ninguna conquista regeneradora o liberal, sino que está subsumido en un gobierno especialmente fanático y disfuncional. Y quedan tres años y medio así.

Mientras el futuro de Ciudadanos parece fijarse en su fusión con el PP en Cataluña, Euskadi y Galicia es en la Comunidad de Madrid donde podría existir su última posibilidad de supervivencia.

El drama para Ciudadanos en Madrid se agrava por el hecho de que hay una alternativa viable a gobernar con Ayuso y Monasterio. Y nadie en España puede pensar que entre gobernar con el PSOE de Ángel Gabilondo y el Más Madrid de Íñigo Errejón o hacerlo con Ayuso y Rocío Monasterio, un  partido que quisiera parecer moderado, liberal, europeo y regenerador se quedaría con la corrupción del PP-Madrid y el fanatismo de Vox. La reacción de Ángela Merkel al gobierno de Turingia retrata perfectamente lo hace una demócrata europea, por muy de derechas que sea, ante la extrema derecha. Ese “imperdonable” se clava como un puñal en la historia de Ciudadanos. Y Madrid es en España algo más que Turingia en Alemania.

Parece que Arrimadas está decidida a disolver Ciudadanos en el PP empezando por las elecciones catalanas, vascas y gallegas, las únicas que aparecen en un horizonte cercano. Generalizar esa fusión es una opción razonable si asume que no tienen ni proyecto propio ni credibilidad y quieren salvar los aspectos burocráticos (sueldos, inmuebles, deudas) en una rendición pactada.

Pero si Ciudadanos tuviera alguna intención de seguir existiendo, tal pasaría indudablemente por la Comunidad de Madrid: colapso, guerra interna y escoramiento hacia la extrema derecha no parecen valores que compensen gobernar con un partido estructuralmente corrupto de la mano de Vox.

Ciudadanos sabía en verano que si quería podía gobernar con el PSOE y Más Madrid. Optó por gobernar con el PP y Vox. Es cierto que los partidos políticos, cuando juntan la decadencia electoral y la falta de democracia interna suelen alejarse de la racionalidad. Pero el resultado electoral de Noviembre, la crisis agónica de Ciudadanos y el fracaso innegable del Gobierno de Ayuso parecen mostrar a Ciudadanos una receta demasiado evidente como para que no sean conscientes de ella: o pone Madrid como ejemplo de que cambia y apuesta por gobiernos europeos, modernos, decentes y progresistas o hará bien en entregarse formalmente al PP cuanto antes y aceptar las migajas que le ofrezca Pablo Casado.

2 Comments
  1. Huga says

    Vosotros sois más fanáticos y desprendeis más odio que cualquier otro partido político de Este País. Y para desgobierno el descontrol y broncas que teníais en Ahora Madrid. Va a gobernar con vosotros su p m .

    1. Mig says

      Masmadrid se ha quedado en la misma mierda que ciudadanos por justicia poética. Y ni tu ni este piezas trepa vais a gobernar jamás, tranquilo.

Leave A Reply