La importancia de saber cuándo y dónde se pescaron los productos que comemos

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Dolores García-Hierro *

Durante las últimas semanas venimos debatiendo en la Unión Europea sobre cuestiones que van a afectar al etiquetado de los productos del sector pesquero a nivel legislativo. Bajo mi punto de vista, este asunto es muy importante ya que está estrechamente relacionado con la protección de los consumidores. En los distintos encuentros que vengo manteniendo en el seno de las negociaciones del Trílogo (Consejo Europeo, Parlamento Europeo y Comisión Europea)  sobre la propuesta para la Organización Común de Mercados (OCM) en el sector de los productos de la pesca y de la acuicultura, he defendido, como eurodiputada socialista y miembro titular de la comisión de Pesca del Parlamento Europeo, que la información del etiquetado de los productos pesqueros, indique, entre otros, la fecha y el lugar y zona geográfica de captura. Es necesario y legítimo que  el consumidor sepa si lo que está comprando es mejillón de Galicia, merluza del norte, anchoa del cantábrico o pulpos pescados por los buques chinos en Mauritania, por poner un ejemplo.

En estos momentos, en pleno siglo XXI, desgraciadamente los consumidores no sabemos todavía dónde se pesca, cómo se pesca, quién lo pesca y cuándo se pesca. No es obligatorio. Lo mismo ocurre en productos transformados: no olvidemos el conflicto con la carne de caballo, así como con el brote de soja de Hamburgo, o más recientemente, con el mejillón gallego en Francia.

Como decía, ello supondría un importante avance en la protección y en el derecho de información de los consumidores, así como en su libertad de elección. Para ello la transparencia en la trazabilidad es vital. Y por estas razones llevo unas semanas apelando a los 27 Estados Miembros para que respalden mi posición.

Otra de las propuestas que he realizado ha sido la inclusión de la dimensión de la formación profesional, especialmente de las mujeres y los jóvenes pescadores, así como el apoyo a los nuevos emprendedores. Y asimismo he defendido que la OCM debe cumplir los objetivos globales establecidos en la PPC: mejorar la posición del mercado productivo español y europeo, consolidar nuestro potencial y favorecer la adaptación de los productores a los cambios que se están produciendo de manera tan rápida.

Además, debo recordar que la pesca sostenible, la conservación de los recursos, la protección del medio marino, la calidad nutritiva y la garantía sanitaria de los productos de la pesca y la acuicultura, junto con la dimensión humana y social, son las prioridades que estamos defendiendo los socialistas para el futuro de la reforma pesquera.

Tal y como señalaba, la inclusión de la fecha de captura es un asunto fundamental al considerar que este tipo de información debe incluirse obligatoriamente para que el consumidor tenga una información transparente. Si no se adopta este aspecto, el consumidor no tendría la posibilidad de elegir entre el pescado que ha sido capturado varios días antes (incluso semanas) y el que ha sido pescado el mismo día, al tener ambos la misma fecha de desembarque. Esta obligatoriedad reforzaría la confianza del consumidor al facilitarle la elección y, beneficiaría a la flota de pequeña escala, tan importante en España, que opera en mareas de 24 horas.

Por ello quiero subrayar, y sobre todo denunciar, que el Consejo Europeo ( los Gobiernos de los 27 Estados Miembros), y la gran industria transformadora y comercializadora no están de acuerdo con que la fecha de captura sea obligatoria ( ¿qué temen?), por lo que lucharemos hasta el final de la tramitación parlamentaria para conseguirlo. También quiero destacar que el apoyo de la Comisión Europea, que ya tenemos, así como el de las organizaciones de consumidores, es vital para lanzar una campaña a nivel europeo que nos ayude a cumplir este objetivo.

La fecha de captura proporciona información objetiva de la frescura de los productos, es decir, del período que transcurre desde la red hasta el plato. Esta fecha beneficia a los pequeños pescadores y acuicultores de la Unión que comercializan sus productos en cadenas de distribución cortas, así como al consumo local. También contribuye a crear condiciones de competencia equitativas para estos productos  sin perjudicar a otros segmentos de la flota tales como la de larga distancia. La fecha de captura reviste particular interés  para los consumidores, que podrán elegir sus compras de pescado fresco con conocimiento de causa.

Además -y esto hay que dejarlo muy claro- , la fecha de captura no añade cargas al sector, puesto que ya figura en los requisitos de trazabilidad establecidos en el Reglamento de control. La trazabilidad conlleva la disponibilidad de la información en todos los eslabones de la cadena de comercialización: producción, transformación, mayoristas,  distribución y venta al detalle. Sin embargo, la fecha de captura no se expone al consumidor. Su etiquetado implicaría únicamente extraer la información de la cadena de trazabilidad y colocarla en la etiqueta. En suma, es muy fácil su implementación si verdaderamente hay voluntad política por todas las partes.

Y transparencia.

(*) Dolores García-Hierro es eurodiputada del PSOE.

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