
El otro día, 'reordenando' la biblioteca, aparecieron unas viejas nóminas entre las páginas de un libro de Piotr Kropotkin. No le aburriré con detalles… Hace diez años cobraba cuatro veces más que ahora. Y no solo eso: hace diez años tenía pagas extras, vacaciones, tickets de comida, gafas pagadas por la empresa e incluso, como le acabo de decir, una nómina. Ese objeto de deseo.
Le cuento todo esto porque he oído en una taberna que nuestros políticos ganan poco dinero. No lo dijeron los clientes que, acodados en la barra, apuraban dóciles sus cañas y chatos. Lo dijeron otros tertulianos, los que gruñían desde la televisión que colgaba de la pared: los políticos de un país como España, donde el Salario Mínimo Interprofesional es de 645 euros, no están bien pagados. Ahí tiene usted, por poner un ejemplo, a Jorge Moragas, director de Gabinete del presidente del Gobierno de Mariano Rajoy, que cobra una retribución bruta anual de 113.186 euros. ¿Poco dinero? Pues depende de con qué lo comparemos. ¿Con el Salario Mínimo Interprofesional, con los ahorros de Rodrigo Rato en Suiza o con los 12 millones de euros declarados por los Pujol en 2013? Yo lo compararía con los sueldos de políticos de otros países europeos, como Francia, Alemania o Inglaterra, pero no puedo: los ciudadanos franceses, alemanes o ingleses no consideran a sus políticos el cuarto problema más importante del país, y nosotros sí.
Si tenemos en cuenta el prestigio de los políticos españoles, y la calidad del trabajo que realizan, es posible que estén cobrando una barbaridad. Con 4.512.116 parados, uno de cada cinco españoles viviendo por debajo del umbral de la pobreza, la corrupción desbocada y el país hipotecado (la deuda española asciende a un billón de euros, el PIB de un año), parece evidente que les estamos pagando por encima de nuestras posibilidades. Y de toda lógica: no se están ganando el suelo. Cuando un político incumple el programa con el que gana las elecciones, miente ("cuando gobierne bajará el paro", dijo Rajoy el 10 de enero de 2010), se financia ilegalmente, destruye pruebas y obstruye la acción de la justicia, es evidente que no está cumpliendo con los ciudadanos. Que alimenta la podredumbre del sistema. Que no está a la altura de las circunstancias. Que merece ser despedido.
“La corrupción no es patrimonio de nadie, porque lamentablemente es de todos”, ha dicho la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, en una nueva frase para la historia que termina en todo lo alto: “La misma corrupción que puede haber en un partido político, la hay en la sociedad en general”. A ver si lo entiendo... ¿La corrupción es de todos? ¿De la sociedad en general? ¿Patrimonio de la humanidad, como Machu Pichu o el glaciar Perito Moreno? Acabáramos. El problema somos los españoles, corruptos por naturaleza.
Corruptos y envidiosos. “Los sueldos de los políticos son bajos para no despertar la envidia nacional”, sentenció sin atisbo de sonrojo Francisco Marhuenda, director del diario La Razón.
Hay que joderse.
A Cospedal le traicionó el subconsciente: la corrupción es un patrimonio. Pero como sabemos que expresándose no es muy hábil que digamos, creo que se equivocó formulando la frase. Seguro que lo que quería decir es «la corrupción engorda mi patrimonio». Es que debe pensar que cobra poco, la pobre.
la politica tiene que volver a ser un servicio publico gestionado por tod@s l@s ciudadan@s…
debe cambiarse el poder economico neoliberal neofascista pepero del opus dei
POR EL PODER CIUDADANO POR QUE EL PODER CIUDADAN@ ES DE EL PUEBLO SOBERANO Y DEL MARRANO DE MARIANO EL MENTIROSO PEPERO PATOLOGICO DEL OPUS DEI + BARCENASGATE + GURTEL
JORGE MORAGAS DEBERIA IR A SALVAME DE LUXE CON SU NOVIO RAJOY IR DECIR A TODA ESPAÑA QUE SON HOMSOEXUALES CON ORGULLO Y NO UNOS PEPEROS DEPRIMIDOS SEXUALES DE LOS PEDERASTAS DE CRISTO PPOPUSDEI
El PP compensa a Ana Mato con una vicepresidencia de comisión en el Congreso que supone un plus de 1.000 euros al mes
http://www.elmundo.es/espana/2014/12/18/5492b3d8ca47413f038b4575.html
Es indudable que en Génova 13 reina la corrupción y que afecta tanto al Rajoy como al PP entero. Pero, con todo y eso, la corrupción es mucho mayor en las Comunidades Autónomas.
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Las Comunidades Autónomas (y así nos va a nosotros) son un cáncer generalizado. En ellas, la mayoría sus políticos perciben grandes sueldos (en no pocas ocasiones mayores que los de los políticos del Estado). Pero lo peor de todo es que en casi todas reina una enorme corrupción, que con frecuencia se traslada a los ayuntamientos. Y, además, además, en todas ellas EL DERROCHE SIN MEDIDA, LAS PUERTAS GIRATORIAS Y EL ENCHUFISMO MÁS DESCARADO son hechos cotidianos.