Francisco Serra
— ¡Papá, papá! ¿Qué es la cadena perpetua?
— ¡Ya has estado otra vez viendo el telediario! Te tengo dicho que solo veas los dibujos animados.
— Eso es de pequeños. Ahora lo que mola es “Master chef junior”, pero se ha terminado la temporada.
— ¿Y no prefieres jugar con la tableta?
— Se ha quedado sin batería. Lo mejor sería que compraras otra… o (con mirada pícara) una wii.
— Ya sabes que no me gustan esos artilugios tecnológicos. Con la tableta ya tienes bastante.
— ¿Y tú cuántos ordenadores tienes? ¿Tres, cuatro?
—Ejem…,¡es por mi trabajo!
— Ya hablaremos… Pero, cuéntame… ¿qué es eso de la cadena perpetua?
— Es una pena que hay en algunos países para cuando cometes un delito muy grave. Te condenan a estar toda la vida en la cárcel.
— ¡Ah! ¿Y en España existe?
— Hasta ahora no, porque la Constitución establece que las penas tienen que ir orientadas a la reinserción del delincuente en la sociedad
— ¿Y ahora han cambiado la Constitución? ¡No me habías dicho nada! ¿No eres profesor de Derecho Constitucional o algo así?
– No, no la han reformado. Van a modificar el Código Penal para que allí se incluya la prisión permanente revisable.
— ¿Y eso no es una cadena perpetua?
— ¡Dicen que es algo muy distinto! Permite que se revise si el que está cumpliendo condena está preparado para reintegrarse en la sociedad al cabo de cierto tiempo.
— ¿Y por qué la meten ahora en el código ese?
— Para combatir el terrorismo y que no se produzcan atentados.
— ¿Hay muchos ahora en España (con cara de susto)?
— Bueno, de momento no (algo azorado).
— ¡Pero tú me contaste que antes de que yo naciera había muchos y más de una vez te habías librado por los pelos…!
— Sí, también cerca de donde vivimos ahora hubo uno terrible, donde está el monumento que te he enseñado alguna vez.
— ¿Y entonces no se les ocurrió (con gesto de perplejidad) introducir ese castigo?
— (Ya muy confuso, el profesor) Pues…, la mayoría de los juristas pensaban que era contraria a la Constitución.
— ¿Y ahora están de acuerdo?
— (Indignado) ¡Ahora los políticos no hacen mucho caso del Derecho!
— ¿Y por qué no te haces político?
— No creo que sirva para eso. Además (acariciando el pelo de la niña), ¿quién te cuidaría?
— ¡Yo ya soy mayor! Por cierto, (sonriendo) ¿no sabes que en realidad soy yo quien te cuida a ti?
(Unos momentos después, melosa) ¿Qué hay de la wii?