Ambiente irrespirable

Un amigo periodista, que lleva días en Cataluña cubriendo la campaña de las elecciones autonómicas del pasado domingo, me comenta que los colegas que llegaron el mismo día de las urnas le preguntaron por el "ambiente irrespirable” que se vivía en Barcelona y alrededores. "¿Ambiente irrespirable?", respondió. "En absoluto". Normalidad total en las calles, como quedó demostrado poco después en una jornada electoral masiva y modélica.

En Cataluña el ambiente no es irrespirable. De ninguna manera. El ambiente irrespirable es otra cosa muy diferente. La Tribuna, el periódico de Talavera de la Reina, abría en portada el pasado lunes con Cataluña a todo trapo, la resaca electoral, el análisis. En la esquina inferior izquierda, debajo de una fotografía de un ciervo en plena berrea, el dato: “Uno de cada tres talaveranos se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social”. En el interior, esta información ocupaba una página par, la misma superficie que dedicaban en página siguiente, impar, a las 32 toneladas de basura que dejaron las últimas fiestas de San Mateo: casi 30.000 talaveranos, el 33,1% de la población, se encuentra en situación de riesgo de pobreza.

El ambiente irrespirable lo provoca la desigualdad, la miseria, el paro, la exclusión social, la ausencia de futuro. No una elecciones libres y democráticas. El ambiente irrespirable se vive en la cola de los comedores sociales, no de los colegios electorales. La deriva independentista, que diría el presidente Mariano Rajoy, es un problema menor, una anécdota, para los millones de personas incluidos en el estudio realizado por AIS Group, en base a información del INE y Habits Big Data, sobre el riesgo de pobreza en España pueblo a pueblo. Demoledor para el hemisferio sur ibérico: Ceuta se sitúa a la cabeza de los municipios de medio tamaño (más de 50.000 habitantes) con la tasa más alta de población en riesgo de pobreza (44,3%), seguido de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) con el 38,5%; Lorca (Murcia) con el 38,3%; Torrevieja (Alicante), con el 35,8%; Cartagena (Murcia), con el 35,5%; Utrera (Sevilla), con el 34,8%; Chiclana de la Frontera (Cádiz), con el 34,7%; La Línea de la Concepción (Cádiz), con el 34,2%; Molina del Segura (Murcia), con el 33,9%; Alcalá de Guadaira (Sevilla), con el 33,5%; y Jerez de la Frontera (Cádiz), con el 33,3%.

Periodistas en busca de ambientes irrespirables: el sur de España es vuestro destino. El Estado no lo rompe Artur Mas, sino esos núcleos familiares en los que viven dos adultos y dos niños con unos ingresos que no superan los 1.393 euros al mes, o 16.179 al año. El peligro no está en la senyera, está en el paro de larga duración, en los empleos basura, en la pobreza oculta, en el aumento de la desigualdad, en la invisibilidad de los desheredados. En la demolición de los sistemas públicos de sanidad y educación. En el desprecio por los desfavorecidos y su futuro: España perdió el último curso 200.000 ayudas para libros de texto, precisamente las que debían recibir las familias con menos recursos. Una hoja de ruta, la de Rajoy, absolutamente insoportable.