La cultura, de saldo

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Goya de Bajo Ulloa en el Cash Converter de Vitoria.
Imagen del Goya al Mejor Guión Original, obtenido por los hermanos Bajo Ulloa en 1991, en el escaparate del cashconverters de Vitoria. / @Lazoworks

El post de hoy tiene un ligero tufo a azufre, cuerno quemado y broma pesada. Escrito el día de los Santos Inocentes, pretende analizar una contradicción espantosa que podría servir como siniestra radiografía de la situación actual de la cultura española. En caso de que tal cosa exista. Y es que el mismo día en que las redes sociales se colapsaban con emotivos recuerdos a la princesa Leia, fallecida mientras interpretaba su papel terrenal en este lado de la Galaxia, nos enterábamos de que en una tienda de saldos de segunda mano se había puesto a la venta la estatua de un premio Goya.

El galardón más importante del cine español compartía estantería con jaulas para hamster fallecidos, reproductores de cintas Betacam, bicicletas estáticas oxidadas y botas de esquiar roñosas. Pedían 4.999 euros por la leyenda, bronce e historia, el guión de la maravillosa Alas de mariposa. Un saldo. Mientras el cabezón esperaba ofertas, los aficionados al séptimo arte lloraban la suerte del premio concedido por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. Ese Goya tuvo un día dueños: los hermanos Eduardo y Juanma Bajo Ulloa. Las penurias económicas, nada raro si te dedicas a la cultura en España, habrían obligado a uno de ellos a intentar desprenderse de tan merecido premio.

En este país no es fácil vivir de la cultura. No todos aprecian la labor de los creadores, considerados por algunos simples traidores. Algunos llevan años poniendo palos en la rueda del arte. El gobierno del Partido Popular, sin ir más lejos, considera que la música, la danza, el teatro, la literatura o el cine son escuelas de rebeldes, nidos de insurgentes, órganos para la sublevación y la anarquía. Mariano Rajoy piensa que los artistas son el enemigo, que se levantan cada mañana pensando en derrocarle, que son antisistemas, terroristas... intelectuales. ¿Como desactivarles? Impuestos elevados y mala fama. Propaganda ultraconservadora transmitiendo las ideas de que no son negocio, de que son parásitos, de que solo quieren las subvenciones. 

El PP y Mariano Rajoy tienen razón cuando temen al mundo de la cultura, a la gente que escribe, hace cine, toca la guitarra, interpreta a Beckett o baila el Cascanueces. Todo aquel que piense es peligroso, puesto que está cultivando su espíritu critico, alimentando sus neuronas, y algún día podría darse cuenta de la estafa que vivimos. Todo aquel que tenga criterio quizá un buen día se levante y pida una política eficaz, exija justicia social, vote diferente. E incluso puede que su protesta tenga lugar en las calles.

Como para no tenerle miedo a la cultura.

1 Comment
  1. Mecacholo says

    Qué deprimente es esto.

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