DOMINGO

El regreso de los caballeros de la Orden de Santiago

  • "Llama la atención la constante vinculación de las actividades reales en las iglesias, ahora que el Ejecutivo de coalición intenta dotar al Estado de esa impronta laica que se le reconoce en la Constitución"
  • "Bien podríamos pensar que regresan los caballeros de la Orden de Santiago en 2020"

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Como no concede entrevistas, los escenarios elegidos por Felipe VI y asesores para derramar sus discursos son de especial simbolismo. Frente a la tormenta que cae sobre la monarquía, frente a cada filtración sobre las andanzas del emérito, supuestas corruptelas y evasiones fiscales, rey y reina han emprendido, en las últimas semanas, una gira por los pueblos y caminos de España para intentar conseguir cuantas más fotos cercanas al populacho, mejor. Ayer, los monarcas visitaban Santiago de Compostela, el día del patrón nacional, Santiago Apostol, 25 de julio, la real visita a la misa jacobea.

Especial simbolismo tienen las apariciones del monarca, decíamos, y, en tiempos duros para la institución, campaña de propaganda. En sus viajes, siempre acompañada la real familia por un compendio de periodistas que desgranan cada una de las vestimentas de los reyes, precio incluido de las prendas, para hacer ver su modesta voluntad en tiempos de crisis económica y social. Tanto aplauden los plumillas a Felipe y Letizia que cuesta imaginar cómo no les duelen las manos y pueden continuar escribiendo sus alabanzas con naturalidad. No suele ser difícil encontrar al hijo de Juan Carlos I rodeado de togas y uniformes en sus apariciones, con motivo de alguna celebración profesional, inicio del año judicial o desfiles militares.

Además, llama la atención la constante vinculación de las actividades reales en las iglesias, ahora que el Ejecutivo de coalición intenta dotar al Estado de esa impronta aconfesional que se le reconoce en la Constitución pero que más de cuarenta años después de la impresión de la Carta Magna no se ha puesto en práctica demasiado. Todavía escuece por Moncloa el recuerdo de la presencia de Felipe VI en la misa celebrada en honor a las víctimas de la pandemia en la madrileña catedral de La Almudena el pasado 6 de julio presidida por el cardenal Osoro, el arzobispo de Madrid. Una celebración católica, apostólica y romana, de esas que gustan tanto a los borbones patrios, que no contó con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien había optado por darle a la catarsis de la tragedia de la pandemia un rito laico y aconfesional, como el que se celebraría diez días después a pocos metros de La Almudena, en la Plaza de Armas, en el que participarían, además del Gobierno al completo, representantes de las principales instituciones europeas y también autonómicas.

Cuenta la leyenda que gracias a una aparición ecuestre de Santiago (matamoros), actual patrón de España, en la batalla de Clavijo (844), el rey Ramiro I consiguió una victoria sobre las tropas musulmanas trascendental para el devenir de aquel largo proceso que la Historia ha dado en llamar Reconquista. Las imágenes del patrón Santiago sobre jaco matando moros con la espada se harían populares siglos después, entre el XV y el XVI. La simbología le confiere al patrón, en otras coordenadas también a San Jorge o Sant Jordi, la cualidad de defensor del catolicismo frente a todos sus enemigos, vaya casualidad, el vecino que es diferente, el otro. En esta profusa asimilación de lo español con el catolicismo durante tantos siglos y hasta antes de ayer, no cuesta mucho realizar el paralelismo de que quien fuera enemigo del catolicismo lo era, por tanto, de España. Santiago, el defensor, a capa y espada, de España. España, según muchos historiadores, se considera como tal a partir de la conquista de Granada, bajo el unificador reinado de los Reyes Católicos. Catolicismo y España, dos ideas que quedaban así, unidas, por los siglos de los siglos, amén.

En el siglo XII surgía la Orden de Santiago, reconocerán el logo de la misma si piensan en la deliciosa tarta de Santiago y la cruz que con azúcar glasé tiene dibujada sobre ella, esa cruz es el logo. El objetivo de este selecto club, adivinen: expulsar a los musulmanes de la península. Los caballeros de la Orden de Santiago acudían presurosos a las batallas para seguir el ejemplo del patrón (matamoros). Más adelante, establecería su sede en el monasterio de Uclés, en la provincia de Cuenca. Y ya sería con los Reyes Católicos, en ese afán de unificar, cuando el maestrazgo de la Orden de Santiago recaería directamente, adivinen, en la monarquía. Intenten imaginar al actual monarca de jovencito con una túnica blanca y con la cruz de Santiago roja impresa en el pecho. Y sí, aciertan, ha ocurrido.

“¡Fuera de España!”, gritaban y amenazaban ayer, junto a más improperios, un grupo de ultraderechistas a Juan Carlos Monedero en un bar de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz. Le acompañaba la eurodiputada María Eugenia Rodríguez Palop. El viernes, en Toledo, un grupo de taurinos que reclamaban algo relacionado con la “cultura”, llamaban a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, “roja de mierda”, “golfa” e “hija de puta” mientras golpeaban el coche en el que era transportada tras la participación en un acto. El acoso a la vivienda particular del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, es constante. Otros dirigentes de Unidas Podemos, como Enrique Santiago, han sido objeto de los improperios del pijerío español en los últimos días. Al mismo tiempo, medios de comunicación azuzan mediante titulares a los temporeros, criminizándoles y señalándoles. Hasta tal punto, que en Lepe, en Huelva, ya han prendido fuego en varias ocasiones al poblado en el que vivían en unas condiciones pésimas. Sucesos similares en Lucena del Puerto. No ha llegado a tanto, pese a los intentos de algunos en redes sociales, en Albacete.

El señalamiento a los enemigos de España y sus atávicas tradiciones: rojos y migrantes. El rey, la Iglesia y Santiago el patrón. Arzobispos. El santo que mataba moros. Acosadores a cargos públicos. Nobles (pijos y toreros). Debe ser que con tantos calores, nos ha dado una insolación… O un corte de digestión. Porque bien podríamos pensar que regresan los caballeros de la Orden de Santiago en 2020. ¡A por ellos, oé! ¡A por los enemigos de España, oé oé!, gritan. ¿Les oyen? ¿Es el futuro o es el pasado? Cuidado.

2 Comments
  1. Miguel says

    Los que no hace falta que regresen son los fascistas ; pues nunca nos abandonaron » pues no se vieron nunca en la necesidad de ello….» . Este país cada día que transcurre es aún más vergonzoso que el día anterior.
    Mientras la sociedad española continúe en eso de : fiesta fiesta , mucha fiesta, fútbol fútbol ; mucho fútbol , zombies disfrazados de procesionarios meapilas y otras tantas cuestiones que siguen formando parte de la indiosincrasia de la penosa sociedad española ; que……….. : se encargaron de moldear con esta » aleación especial » de conformismo e indiferencia , añadiendo que much@s no han pretendido evolucionar intelectualmente minimamente como seres de libre pensamiento limitándose a balar y berrear las consignas del régimen . Y entre que no nos dejan y que no queremos ; la zorrera que es España cada vez se hace más profunda y con más galerías……
    Podemos tener motivos para la esperanza : pues » no hay mal que dure 100 años.» ; por lo que en España y según esa » cuenta….» ; estamos practicamente en » plena remontada» .

    1. Miguel says

      No hay que ser ingrato por lo que :
      Gracias P$(-)€ por vuestra » inestimable colaboración…………» .

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