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  1. Juanmanuelito says

    Y llegó la verbena postelectoral. Entrada gratis, excepto para los que diga el Psoe, que buscará como pareja de baile a la más guapa y que atienda a sus pretensiones. Estos socialistas tienen que protegernos e impedir bailar a los partidos que ellos deciden que no respetan la Constitución, aunque sean igual de legales que el suyo. Tenía razón P. Chamizo al afirmar en su obra «Ganarás el pan con el sudor del de enfrente»: «Pero con tu paternalismo protector mantienes la comunidad en un infantilismo perpetuo, nadie sabrá hacer nada por sí solo y siempre se apoyará en el otro». Y añade: «Los gobernantes no quieren que se piense, porque después pasa lo que pasa».
    Voy a intentar pensar un poco, señor Sánchez, ya que usted personaliza al Psoe. Una cosa es que no le gusten unos determinados partidos y otra cosa es que no respete lo que la ley respeta (Ley de Partidos), y con sus estatutos registrados. Demuestre, pues, que EH Bildu y Vox no respetan la Constitución o cállese. Personalmente, y actualmente, no me gusta su partido y creo que se ríe usted, por lo bajinis, de la Constitución; pero como no puedo acreditarlo, me callo. El verbo respetar no es sinónimo de cumplir, ni sus contrarios. Para usted el respeto a los partidos depende del número de votos que aporten a sus deseos y siempre que les sean imprescindibles, por ejemplo EH Bildu, por muy irrespetuoso que parezca con la Constitución. Y no digamos su baile con Podemos…Unas piezas las bailan apretaditos y otras a distancia.
    A Vox le doy un consejo, más porque soy viejo que por ser espabilado. Lo que está pasando en Madrid, Comunidad y Ayuntamiento, es de jota aragonesa, lo digo por sus agitados y rápidos movimientos. Vox no tiene el suficiente número de votos para imponer respeto; pero sí los necesarios para amargar a los irrespetuosos. Me explico: La fuerza, el arma de Vox, son sus votos en los plenos, que lo convierte en un “guardia de la circulación”. Por ahora debería, en mi modesta opinión, utilizarlos para apoyar o no las propuestas que a sus espaldas presenten PP y C’s. No hay diálogo previo, no hay votos. No tardarían mucho ambos partidos en darse cuenta de que con el ánimo del árbitro no se juega si quieren terminar bien un encuentro. Entrar, hoy por hoy, en un gobierno, supondría que Vox quedaría desarmado. (Todo esto si Ciudadanos no se baila un tangazo con el Psoe)
    En caso de ignorar mi consejo, le transmito otro de San Francisco de Asís: «Empieza haciendo lo necesario, después lo posible, y de repente te encontrarás haciendo lo que creías imposible».

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