Videojuegos y precariedad: cuando jugar se convierte en tu salario

  • El sindicato CNT ha lanzado una campaña para denunciar este tipo de situaciones en la industria
  • "Falsos autónomos, trabajadores sin contrato… que afectan a las decenas de colaboradores con los que cuenta alguno de los medios del sector"

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#GamePressPaidMe y #GameDevPaidMe. Bajo esas dos etiquetas, hace unas semanas, muchas personas vinculadas al sector de los videojuegos mostraron en las redes sociales la precariedad que viven. Los primeros, en el sector de los medios de comunicación. Los segundos, en el mundo de los desarrolladores. La industria de los videojuegos facturó más de 1.500 millones de euros en 2018 solo en España y es un sector claramente en auge. Pero esas cifras solo son la cara visible. Sindicatos como CNT han lanzado ya una campaña para denunciar este tipo de situaciones que se visibilizan en redes sociales.

“El aumento exponencial de la oferta informativa no se ha traducido en mejores condiciones para los profesionales, que ya no solo no tienen contratos en su gran mayoría, sino que muchos trabajan a cambio de futuras remuneraciones”, destaca el sindicato en su comunicado. Para CNT, la gran cantidad de ingresos de la industria “no se traducen en mejoras en las condiciones de trabajo”: “Falsos autónomos, trabajadores sin contrato… que afectan a las decenas de colaboradores con los que cuenta alguno de los medios del sector, en muchas ocasiones alegando que poder jugar al videojuego ya es motivo de sentirse pagado”, apuntan.

“Un día vimos que hubo un chico que sacó esta campaña en Twitter quejándose y contando cuál es la situación de los redactores en páginas especializadas de videojuegos. Este sector es como un subgrupo muy pequeño al que no le prestamos a veces mucha atención”, destaca a cuartopoder Manu Tomillo, delegado de acción sindical de la sección de prensa y medios de CNT.

Los tuits generaron mucho revuelo y desde CNT se le mandó un mensaje al impulsor ofreciéndose para cualquier tipo de ayuda, asesoría o consejo. Él decidió afiliarse y paralelamente más gente se animó a contar sus historias tanto en la red social como enviándolas al sindicato.

“Es un sector donde hay gente muy joven, donde muchos de ellos ni siquiera han acabado la universidad. Es una situación parecida a la que sucede con algunas páginas culturales dedicadas a la música, cine o teatro. Con lo típico de siempre, te dicen que te permiten jugar al videojuego gratis, les haces un artículo y te dicen que tampoco te quejes que estás jugando al videojuego. Pasaba algo parecido cuando te decían que podías ir a un concierto gratis”, narra Tomillo.

Estos profesionales, sigue Tomillo, “están muy precarizados y la característica es que para mucha gente son los primeros trabajos, por lo que se coge a veces lo que sea”. Considera que “hay una bola gigantesca que se nos olvida, porque pensamos más en otro tipo de entornos y grandes redacciones”. Además, CNT está elaborando una guía de tarifas en medios, donde se cuenta qué condiciones y cuánto paga cada medio. Una iniciativa que ya realizaron con medios generalistas.

Fueron los desarrolladores quienes iniciaron en primer lugar la campaña. La vio Marco, un trabajador en medios de comunicación del sector. Es la persona a la que hacía referencia el integrante de CNT. “Se me ocurrió que podíamos hablar de lo que pasa también en el mundo de la prensa, que es algo que se viene hablando mucho tiempo de forma privada pero que no suele tratar de forma pública. Mucha gente se lanzó a contar o bien que no cobra por su trabajo, o que cobran algo lejísimos de la legalidad. Se fue formando una bola de nieve”; explica a este medio.

Este profesional acabó perdiendo su trabajo “de una forma un poco rara” y por aclarar si tiene que ver con la campaña lanzada en redes. Marco destaca que la manera más habitual de empezar a escribir sobre videojuegos, salvo que vengas con algo de experiencia previa, es hacerlo a cambio de llevarte el juego o de “visibilidad”, que es “algo que también sucede en otras ramas del periodismo y las artes gráficas”.

Los salarios, explican los integrantes de la campaña, tampoco son altos cuando se dan. “Cuando pasas a cobrar no suele ser un salario acorde en cuanto al salario mínimo. Y en condiciones de falso autónomo u otro tipo de cosas”, incide Marco. “Hay empresas que pagan por debajo del SMI. Tenemos un caso de un medio que pagan 550 euros al mes por 25 horas semanales, cuando con la nueva ley serían 593 en 14 pagas o 692 en 12”, apunta Tomillo.

“Lo que sucede tanto en el desarrollo de videojuegos como en la prensa son relativamente jóvenes en la industria, el desarrollo da mucho dinero, pero sobre todo a las grandes empresas. No suele traducirse en condiciones laborales estables”, explica Marco. Además, cuenta que la inmensa mayoría de gente no está organizada sindicalmente. “No se tira de sindicatos, ni siquiera en grandes países. Llevamos oyendo hablar de que los desarrolladores se organizan para reivindicar sus derechos solo en los últimos cinco años. En la prensa de videojuegos directamente no pasa, en España el porcentaje de profesionales que están sindicalizados debe ser bajísimo”, afirma.

Desde la CNT apuntan a que lo interesante de este tipo de campañas “es un poco levantar la alfombra, en cuanto mueves un poco el árbol empiezan a salir cosas”. A raíz de este comunicado, el sindicato también ha recibido muchos mails de desarrolladores.

Por otro lado, desde CNT apuntan también en otro sentido hacia una problemática, a veces oculta, en el sector. “Sus trabajadores, especialmente las mujeres y la gente LGTB+, están además expuestos al acoso y la agresión en redes sociales a manos de una ultraderecha que ha encontrado en ciertos segmentos del mundo gamer una cámara de eco para sus ideas”, señalan.

 

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