JUSTICIA / Su traslado a la nueva Sala de Apelaciones, que se considera un ascenso, le obligará a dejar también el 'caso Lezo'

Velasco deja a Granados en libertad bajo fianza antes de abandonar el ‘caso Púnica’

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El juez Eloy Velasco
El juez Eloy Velasco en una imagen de archivo. / Efe

El juez Eloy Velasco, instructor hasta ahora de los casos Lezo y Púnica, por los que están en la cárcel, entre otros, el expresidente de Madrid, Ignacio González, y el exconsejero de Presidencia en los gobiernos de Esperanza Aguirre, Francisco Granados, ha obtenido el traslado a la nueva Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional por decisión del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que ha asignado la otra al magistrado de este tribunal Enrique López. El nuevo cargo, considerado como un ascenso, hará que el Velasco deje en manos de otro magistrado los citados casos de corrupción, que afectan a significados dirigentes del PP.

La noticia de que dejará ambos casos ha coincidido con la que será una de sus últimas decisiones como juez instructor del caso Púnica: poner en libertad bajo fianza de 400.000 euros a Francisco Granados, principal cabecilla de la trama. Velasco entiende que después de los últimos registrados efectuados disminuye el riesgo de destrucción y desaparición de pruebas.

La asignación de Velasco y López a la nueva Sala de Apelaciones de la Audiencia la ha decidido la Comisión Permanente del CGPJ por seis votos a favor y dos en contra, estos últimos correspondientes a dos vocales considerados progresistas: Álvaro Cuesta y Pilar Sepúlveda.

Europa Press (YouTube)
1 Comment
  1. Un veí de Carcaixent says

    Granados ha pasado de quedarse el último a encabezar el pelotón de escaqueados de la Justicia.
    Parece que ha resultado magnífica su estrategia. Era inaudito ver a Granados escribiendo cartas a mano en búsqueda de amparo: ¡papelote como señuelo! Sin embargo, cabe suponer que guardaba sus ases en la manga, y con solo gastar uno de ellos casi hace inoperativo el aparato secreto del PP, cuyo eje, recordemos, se encuentra en el fiscal Anticorrupción. Este recoge las denuncias de aquellos demandantes poco significativos, después de que sus gestiones no fructifiquen frente a los cuadros intermedios del aparato. Pero, ¡ay malditos! no puede impedir que los más audaces lleguen a amenazar con ir a los medios de comunicación, como paso protocolario previo a la negociación. Y esto obliga a los gerifaltes del aparato (es decir, a los ministerios y a sus ministros también) a intervenir.
    La consecuencia del cruce de acusadores de relevancia con la actuación secreta del aparato clandestino del PP es simple: poca cárcel y toda la vida por delante para disfrutar de nuestro dinero.

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