Algo huele raro en Abbottabad…

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Un convoy militar paquistaní, ayer, en Abbottabad, precedido por un tractor que transporta en su remolque, cubiertos por una gran lona, los restos de un helicóptero de EEUU. El aparato se estrelló, supuestamente, durante la operación que acabó con la vida del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden. / M. D. Nadeem (Efe)

¿Qué va a pasar ahora que Osama Bin Laden ha muerto? Para algunos, nada: hacía tiempo que el llamado príncipe del terror era más bien su reina madre, ya que para mantenerse a buen recaudo de los cazadores de cabelleras que le buscaban por todo el mundo, Bin Laden tenía que vivir en una especie de aislamiento medieval, sin teléfono y sin Internet. De vez en cuando grababa un vídeo para dar ideas. Pero de mando operativo, nada de nada. No habría durado diez años.

Lo de dar ideas parece una tontería pero no lo es tratándose de Al Qaeda. Hace tiempo que más que como una jerarquía terrorista funciona como una franquicia, como la casa Nike del terrorismo mundial. Hay unos que mandan mucho pero no hacen nada porque están muy perseguidos y vigilados y porque la ignorancia de los servicios secretos occidentales, siendo supina, ya no ha vuelto a ser tampoco lo supina que era antes del 11-S y el 11-M.

Por eso hace tiempo que los atentados de Al Qaeda pertenecen a la categoría de grupos incontrolados en la Península Arábiga o en el Magreb, y de “lobos solitarios” en Occidente. Los “lobos solitarios” son iluminados espontáneos, gente poco o nada encuadrada que un día ve la “luz” y entonces se ofrece al primero que le parece que es de Al Qaeda para hacer lo que sea. Así se trate de intentar aterrizar en Detroit con los cojones cargados de explosivos o tratar de volar un coche lleno de petardos caseros en Times Square. Pero estas cosas si funcionan ya está y si no funcionan da igual, porque el pánico queda sembrado con cero coste para Al Qaeda, que con suerte no ha tenido que poner ni el material. Mientras escribo estas líneas acaban de encontrar otro paquete sospechoso en Times Square... Nada, tranquilos, otra broma macabra. Pero en fin, que aquí estamos, fundiendo adrenalina.

Un grupo de bomberos, a bordo de un vehículo, se unió durante la madrugada de ayer a la multitud congregada en Times Square (Nueva York) para celebrar la muerte de Bin Laden. / Peter Foley (Efe)

Se podría pensar si la muerte de Bin Laden no va a desmoralizar o desanimar a los consumidores de su franquicia en todo el mundo. Si no va a pinchar el globo del terrorismo islamista. Los que entienden de la cosa creen que no porque morir así, como un “mártir”, no deja de dar ideas. Bin Laden sigue siendo como la FAES de Al Qaeda después de muerto.

Quizás el efecto más tangible de lo que ha ocurrido en Abbottabad es el escalofrío de emoción y de confianza que ha recorrido muchos espinazos de América. Las Bolsas y la moral han subido. Barack Obama en su comparecencia parecía de nuevo tocado por la gracia de los momentos más mágicos del Yes, We Can. No se corta de decirlo ni él mismo: todo vuelve a ser posible. Hasta que él tenga asegurada la reelección.

Y yo que no sé por qué pero hay algo que no me creo. No del todo, quiero decir. A mí personalmente hay algo que me huele, no a podrido, pero sí a raro en esto de Abbottabad.

Si hay que creerse lo que nos cuentan el terrorista más buscado del mundo cayó en una operación casi de diseño de la CIA, un golpe tan fino, tan limpio y tan absoluto que nos ha dejado con la boca abierta a todos... Especialmente a los que llevamos tiempo siguiendo de cerca las andancias de la central de inteligencia americana y asombrándonos de que se use semejante palabra, inteligencia, para describirla.

¿Es posible que la CIA –y la NSA, y la inteligencia militar del Pentágono, y el FBI; el entramado es más tupido y complejo de lo que parece- haya sido capaz de corregir un tiempo récord las clamorosas deficiencias que les hicieron “comerse” el 11-S como sesenta años se habían comido Pearl Harbor, y que les impidió dar pie con bola durante toda la atrevida campaña contra el terror de George W. Bush? Hubo fallos garrafales de inteligencia, en todos los sentidos, no sólo en la génesis de la guerra de Irak sino en toda la lucha antiterrorista en general. La ceguera parecía ser absoluta.

Y de repente llega Obama y en sólo tres años les sale este primor. Despachan dos helicópteros a una fortaleza que vale 1 millón de dólares, donde se oculta el negro cerebro de la yihad mundial, y los americanos salen de ahí con su cuerpo en triunfo. Y, atención, sin ni una sola baja.

Obama comenta con su consejero de Seguridad, Tom Donilon, uno de los detalles de la operación contra Bin Laden, ayer, en la Sala de Situación de la Casa Blanca. / Pete Souza (whitehouse.gov)

Ya me perdonarán, porque no tengo otra prueba que mi sentido común; aquí en USA me he jartao de hablar con expertos y todos insisten erre que erre en el "magnífico trabajo" que la CIA ya venía realizando desde hace diez años (¿es decir, en plena era Bush?), y que curiosamente no se les fue al carajo cuando un agente doble jordano se cargó a toda su plana mayor en Afganistán, ni cuando hace sólo unos meses los paquistaníes metieron en la cárcel a un antiguo agente de la CIA, actualmente trabajando para este pero a sueldo de la empresa de mercenarios privados Blackwater...

¿Es creíble esta metamorfosis fulminante de un hatajo de incompetentes en el dream team de la inteligencia mundial? ¿Y no serán las cosas mucho más sencillas, y a Bin Laden lo han encontrado gracias a un puro y duro chivatazo? ¿A alguien de dentro que le vendió?

Recordemos que se estaban pagando 25 millones de dólares de recompensa por la cabeza de Bin Laden (al pobre Gaspar Llamazares seguro que no se le olvida). Recordemos también que las turbulencias en el mundo árabe están alterando sutilmente, o menos sutilmente, muchas alianzas.

¿Y si Pakistán se cansó de jugar según qué doble juego o de correr los riesgos asociados a tener al jefe de Al Qaeda en su territorio, y ahora todos juegan al despiste para ahorrarse represalias?

¿Y si otras fuerzas árabes de las que están en movimiento decidieron sacudirse la molestia de un Osama Bin Laden que nos hemos acostumbrado a ver exclusivamente como un peligro para Occidente, pero que también lo era, y mucho, para la seguridad y los intereses de varios gobiernos musulmanes? ¿Y si alguien en Egipto, en Túnez, en Libia, en Yemen, en Jordania o donde sea ha querido matar dos pájaros de un tiro haciendo un trato con Estados Unidos?

¿Por no hablar de posibles golpes de “Estado” internos de la misma Al Qaeda?

Que conste que yo me alegro con toda mi alma de que le hayan cazado. Quien tenga aunque sea sólo un asomo de corazón que se imagine lo que es estar en Nueva York ahora mismo. El tipo de alegría y a la vez de lacerante melancolía que se respira en el ambiente.

Sobreviviremos. Simplemente me gustaría saber a qué.

7 Comments
  1. krollian says

    Osama Bin Laden estará muerto. O no. Lo que sigue habiendo por allí es petróleo y muchas balas…

  2. Jonatan says

    Estoy con usted. La misma sospecha. Y vergüenza de ver las celebraciones de Nueva York, francamente.

  3. Sandra Bux says

    Sí. Huele raro también que le cazaran desarmado… ¿un hombre como Bin Laden sin una metralleta al lado de la cama, una pistola bajo la almohada o en el armario del baño? ¿Qué puñetas estaría haciendo para no oír el estruendo de 4 helicópteros y decenas de marines subiendo las escaleras de su casa…? ¿Tuvieron los americanos la fortuna de encontrarle con un ataque de estreñimiento en el baño?

  4. Aguila says

    Los que hemos servido en el Ejercito de los Estados Unidos sabemos que en este tipo de misiones de alta inteligencia y de absoluta secretividad tal vez nunca se sepa la verdad total de lo que paso en ese lugar. Ahora, pueden estar convencidos que bin Laden se mato ese dia. Los que conocen el mundo sajon saben que en ese mundo se opera pragmáticamente no quijotescamente, por lo que el prestigio de la nación no se iba a poner en riesgo para calentar las mentes de los que creen en teorías de conspiración. En términos de ensenar las fotos bajo la Primera Enmienda de la Constitucion, la nación tiene el derecho de saber( the right to know) pero la decisión que tomo el presidente Obama fue una política y creo que acertada por el clima político en el Medio Oriente. Para los de la teoría de la conspiración nada los convencerá y el gobierno no tiene que actuar para satisfacer la paranoia de los que creen en estas teorías.

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