Eurovegas, sí; Amazon, no

Esta es la historia de una paradoja y un sinsentido político: Eurovegas, sí; Amazon, no. ¿Por qué? Ya lo verán. Los ejecutivos de Las Vegas Sands Corporation fueron agasajados el lunes por el presidente catalán Artur Mas y llegan este martes -san Josemaría Escrivá y san Pelayo en el santoral-, a la capital de España, dentro de lo que se supone la última visita antes de decidir donde van a instalar su complejo de casinos, hoteles, ludibrio, ocio, negocio y corrupción para el sur de Europa, es decir, Eurovegas. Ahí tenemos a las derechistas Esperanza Aguirre y Ana Botella comiendo  la oreja a un tal Michael Leven y demás personajes de rostro y cuello duro, en competencia con sus homólogos de CiU Mas y Xavier Trias, para que instalen en Madrid y no en Barcelona su ludopático invento.

El gran jefe con cara de sapo campanero, Sheldon Adelson, visitó en febrero el delta del Llobregat y las tierras pardas de Alcorcón, pero no terminó de hacerse una idea cabal sobre el lugar que más conviene a su sucursal, así que ha enviado a sus subordinados a evaluar las condiciones que les ofrecen los regidores y gobernantes autonómicos de uno y otro lugar. Dicen que esto no es un partido de fútbol sino una competición más seria, al cabo de la cual, el gran capo hará como el hombre de la publicidad: comparar y elegir el lugar. Todo lo cual ocurrirá en septiembre.

En un país tan deprimente y deprimido como el nuestro, con un desempleo del 25% de la población activa y uno de cada dos jóvenes en posición de brazos caídos, estos tipos no encontrarán dificultad alguna en contratar operarios con carreras universitarias y alto grado de formación a sueldos tirados y con el salario mínimo congelado gracias a un gobernante que se llama Mariano Rajoy Brey. Además, la última reforma laboral del PP, mejorada por el mandado de Álvarez Cascos en el Congreso y CiU -a favor de los empresarios, se entiende- les permitirá despedir gratis total en temporada baja o cuando no hagan la caja prevista en sus planes.

Con el valor del trabajo por los suelos, los crupieres que nos visitan y exploran como si fuéramos una reserva india en vez de la reserva espiritual de Occidente de la que emanan Aguirre y Botella, se fijarán en los regalos urbanísticos, las infraestructuras de regalo, la financiación –ahora dicen que necesitan créditos por 4.000 millones de euros--las ventajas fiscales, las gabelas y subvenciones, las facilidades a los fumadores y otros detalles de mire usted por donde. Por supuesto, los flujos de los millonarios y demás buitres de acero inoxidable son importantísimos para imantar la brújula del gran capo.

Y en este punto vale señalar que si seguimos la ruta del juego y el gran turismo de lujo, ya sea en jet, yate o automóvil de alta cilindrada, parece claro que entre Mónaco y Marbella gana Barcelona, lo que sería una pena para la creación de esos 200.000 puestos de trabajo directos, indirectos y circunstanciales de los que hablaban Aguirre y Botella cuando, en realidad, no pasan de 15.000, según confesaron ayer en Barcelona los interesados. Sobre los “enormes beneficios”, los madrileños ya conocen el significado de ambos términos en boca de ambas damas que, sin jugar al fútbol, pegaron una patada hacia arriba al precio del transporte público para pagar la visita papal de hace un año.

Si continuamos la ruta mediterránea que más puede interesar a los promotores de la ludopatía y sus excrecencias hacia el sur peninsular, llegamos a San Roque, Algeciras, La Línea de la Concepción y Gibraltar. Y entonces nos encontramos con la paradoja que mencionaba líneas arriba. Resulta que el ministro principal gibraltareño, el socialista Fabián Picardo, ha ofrecido la posibilidad de atraer inversiones reales de empresas interesadas en ubicarse en el Campo de Gibraltar, entre las que fuentes oficiales citan la industria cultural Amazon. Otras dos multinacionales habrían expresado su interés en trasladar su razón social a Gibraltar, que aplica un impuesto de sociedades del 10%.

Las fuentes mencionadas explican que la instalación de los centros de producción en los municipios del Campo de Gibraltar aportaría varios miles de puestos de trabajo cualificados, con las correspondientes cotizaciones y tributos beneficiosos para España. Pero el ministro principal de Gibraltar, que además de socialista es nieto de andaluces, ni es recibido ni escuchado ni, mucho menos, agasajado como los promotores de golfemia. Por el contrario, las restricciones a la pesca a tres millas de la roca por razones ecológicas, ya expresadas en el programa con el que ganó las elecciones el 9 de diciembre, le han valido insultos y algunas amenazas de elementos ultraderechistas que le aconsejan no ir de vacaciones a Chiclana como todos los veranos. Hoy se retoman las conversaciones con los pescadores de la Bahía de Algeciras (53 pesqueros de La Línea y 6 de Algeciras, no 600 familias como se ha dicho) para acordar las medidas más convenientes a la conservación y regeneración del caladero de la Bahía. Por lo demás, a Gibraltar, ni agua. Es la consigna de los gobernantes del PP, perjudicial, como siempre, para los trabajadores.