Antonio Maíllo: “Frente a Vox, menos barroquismo oratorio y más trabajo en la calle”

  • Entrevista al coordinador general de IU Andalucía y diputado de Adelante Andalucía
  • Se cumple un mes desde las elecciones andaluzas

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Hoy se cumple un mes desde que se celebraran las elecciones andaluzas. Unas elecciones marcadas, principalmente, por la alta abstención, especialmente de los sectores progresistas y de las izquierdas, lo cual se reflejó en los malos resultados tanto del PSOE como de Adelante Andalucía. Otro hito de estos comicios fue la subida en los apoyos de Ciudadanos, que se consagra como tercera fuerza política andaluza y la fuerte irrupción de la ultraderecha de Vox, que obtuvo, nada más y nada menos, que 12 diputados. El desmoronamiento del bipartidismo se vio también, además de en la caída en la confianza del PSOE, en la suculenta bajada del PP, que a pesar de ello ocupará la Presidencia de la Junta.

Sobre todo esto hablamos con el coordinador general de IU Andalucía y número dos de Adelante Andalucía, Antonio Maíllo (Lucena, Córdoba, 1966). Balance del primer mes de este nuevo ciclo político que se abre en Andalucía y que amenaza con expandir por el resto del Estado un giro de marcado carácter reaccionario. Un recorrido por estas semanas, un análisis de los resultados y balance de la composición de la mesa del Parlamento andaluz, en la que entra Vox, tras su pacto con Ciudadanos, y, de momento, queda fuera Adelante Andalucía, tras negarse a pactar con la formación naranja su entrada en el órgano de gobierno del legislativo andaluz y exigir su entrada por derecho propio.

— Un mes desde los comicios andaluces. Le pido que haga memoria y se sitúe en el momento en el que se conocieron los primeros resultados de voto. Por algunos problemas logísticos, se conocieron resultados oficiales ya con un gran porcentaje de escrutinio. Adelante Andalucía tendría 17 escaños, Vox, 12. ¿Cómo lo vivió en la sede aquel momento?

— Los resultados que salieron eran prácticamente definitivos. El escenario de 17 diputados era un escenario que contemplábamos dentro de las diferentes posibilidades, pero de ningún modo contemplábamos la irrupción de Vox con 12 diputados, aunque entendíamos que sacaría algún escaño en algunas provincias. Cuando uno no cumple los objetivos, se vive con frustración. Pero bueno, eso ya es algo que ha pasado. Como somos profundamente dialécticos, tenemos que afrontar lo que viene de una manera más prospectiva.

— La característica principal de estas elecciones ha sido la desmovilización del electorado de izquierdas. Después de este mes, ¿a qué lo achaca? 

"Tenemos el reto de reactivación de los sectores progresistas"

— Al día siguiente constatamos la desmovilización de sectores pogresistas y de izquierdas que no habían acudido a votar. No conseguimos que la gente decepcionada con los gobiernos del PSOE acudieran en masa a votar a Adelante Andalucía. Hay varias razones, la gente se ha ido a la abstención durante un periodo en el que la gente decidirá si vuelve al PSOE o por el contrario da el salto a Adelante Andalucía. Por otro lado, estoy convencido de que ante el nuevo escenario tenemos el reto de una reactivación de los sectores progresistas y de izquierdas, frente a una situación en la que si no se hubiera producido esa desmovilización, los resultados hubieran sido otros.

— Se ha iniciado un ciclo político nuevo. Adelante Andalucía no captó este impulso de cambio ante el nuevo ciclo.

— Esa es una de las grandes autocríticas que tenemos que hacer. En la precampaña se produjo un achicamiento de espacios, sobre la posición en la que íbamos a tener acerca de si hacían falta nuestros votos para mantener el gobierno del PSOE. Cometimos un error en situarnos en el escenario de que no éramos el motor de cambio en un supuesto de necesidad de votos del PSOE para mantenerse en el gobierno. No queríamos situarnos en ese espacio, pero nos situaron ahí y no supimos salir de él. No nos benefició.

— ¿Cree, entonces, que tendrían que haber sido más duros con el PSOE durante la campaña?

— No, fuimos muy duros y hubo gente que nos decía que tendríamos que haberlo sido menos. Hacíamos un diagnóstico sincero, queríamos ser una alternativa, detectábamos esa necesidad de cambio en la sociedad andaluza. Para nosotros, el cambio tenía que ser desde una perspectiva de izquierdas y no desde una lectura reaccionaria.

— ¿Puede ser que gente que votó a Podemos por ser una novedad en el pasado ciclo electoral dejara de votar porque ya no lo vio como algo nuevo?

— La gran pérdida de apoyo la tuvimos en junio de 2016, se perdieron 200.000 votos y la constatación de estas elecciones andaluzas es que no los hemos recuperado. Es evidente que es una nueva fase de un mismo ciclo de crisis de régimen que no se cierra. Podemos ya no tiene el valor simbólico que tenía en 2014, evidentemente. Por eso, hay que construir un nuevo espacio en el que el patrimonio de Podemos es importantísimo, sería una injusticia no valorarlo. Aunque no tenga los mismos significados que en sus inicios, el resultado es producto del impulso de Podemos y del de IU, aunque no todo.

— ¿Adelante Andalucía, siendo un proyecto nuevo, no ha conseguido desligarse de las marcas de los partidos? ¿Era esta la intención?

"Estamos en una base buena para construir un contrapoder"

— No pretendíamos desligarnos de las marcas de los partidos, pretendíamos ser un proyecto superador, pero incorporando el patrimonio de cada uno de ellos. En ningún momento, hemos pretendido eso. De hecho, en la propia campaña tomamos la estrategia de transición, de transferencia de identidades hacia Adelante Andalucía que surgía como una identidad superadora para incorporar a sectores que no estaban en IU o Podemos. No lo hemos conseguido, además de no haber incorporado a toda la gente que votaba a cada una de las opciones.

Creo que es un avance sólido para construir un espacio de cambio. Podemos decirlo en trazo grueso: se ocupa el espacio que ocupó IU en los mejores momentos, pero la confluencia no es solo para ocupar esos espacios, sino para superarlos. Tenemos que trabajar para seguir articulando un proceso al que solo le queda crecer y para ello es clave que tenga perdurabilidad para dar certidumbre a la gente que nos apoya y nos pueda apoyar. Hay un dato significativo, hemos tenido el apoyo de 600.000 personas en las elecciones, a penas 75.000 votos menos que Ciudadanos, que aparece como una de las claves del nuevo gobierno con la derecha y la extrema derecha. Estamos en una base bastante buena para construir un contrapoder que tiene en las municipales la primera batalla.

— Hemos visto críticas internas en IU que hablan de que la confluencia resta votos a IU y Podemos si fueran por separado. ¿Lo ve así?

— Es evidente que si hubiéramos sumado todos los votantes de IU y Podemos no habríamos tenido 17 escaños, sino más de 24. La clave no es tanto la respuesta al estímulo electoral porque se podría hacer la pregunta a la inversa. ¿Cuánta gente se habría quedado en casa si no hubiéramos ofertado una propuesta unitaria? Mucha gente también. La clave está, y es una reflexión que deberían hacer estos compañeros críticos, cuál es nuestro objetivo político. ¿Está en la fragmentación de la izquierda, no en la unidad?

Siempre hemos pertenecido a un proyecto como IU que hemos tenido en la unidad nuestra voluntad, la voluntad de unidad popular, de acoger a toda la gente que es víctima de la crisis. No es solo clave electoral, es clave de cuál es el proyecto de país que queremos, si queremos construir una España y una Andalucía más justa y no esta España y Andalucía de desigualdad y precariedad en la que nos están instalando.

— Sobre el PSOE. Hemos visto distintos análisis, algunos culpan de la bajada de apoyos a la situación catalana, otros a los gobiernos de décadas en Andalucía, otros a que Sánchez no ha sabido dar en estos meses un impulso al país... ¿En qué lugar queda el PSOE después de los resultados andaluces?

"Cuando se le abre la puerta a la derecha, entra como un torbellino"

— Las claves de política española han jugado un papel determinante en las elecciones andaluzas, nadie lo duda. Pero, hay una tentación, sobre todo fuera de Andalucía, a pensar que son las únicas. Para nosotros es determinante un gobierno que durante los años de crisis ha gobernado bajo las tesis políticas de Ciudadanos. Susana Díaz ha gobernado tres años y medios con Ciudadanos, con políticas de bajadas de impuestos y de no solucionar los principales problemas de Andalucía.

Cuando se le abre la puerta a la derecha, entra como un torbellino y te echa de la casa, como ha ocurrido. El gobierno de Díaz ha tenido muchos agujeros de gestión, sobre todo en el tema sanitario, que le ha hecho perder muchas alianzas sociales. Es una contradicción política gobernar con Ciudadanos en una Andalucía de paro y desigualdad y decir que el problema son los impuestos. El PSOE ha perdido una batalla ideológica y el resultado electoral es consecuencia de la batalla ideológica. Estos componentes no son menores para abordar el análisis de los resultados electorales.

— Adelante Andalucía es un proyecto de marcado carácter andalucista. Hemos visto cómo el gobierno que se va a conformar y, sobre todo, la fuerza de Vox pueden suponer un ataque a la autonomía y el autogobierno de Andalucía.

— El andalucismo nunca ha dejado de formar parte de proyectos como IU o Podemos. El discurso de poder andaluz ha formado parte de nuestras tesis siempre y no lo habríamos cambiado. Otra cosa es que no hayamos detectado otras corrientes que se manifestaban en política nacional y lo debemos reconocer como autocrítica. Hay un riesgo porque hay una fuerza parlamentaria que tiene entre sus objetivos políticos cargarse el Estado de las autonomías. Vamos a ejercer un debate político frente a estos. ¿La Educación y la Sanidad andaluzas se gestionan mejor en Madrid que en Andalucía? Evidentemente no. Otra cosa son los errores de gestión que haya habido, pero hay que distinguir los errores de gestión del modelo. Hay partidos como Ciudadanos que, aunque no lo dicen claramente, también lo abrazan.

La sesión de toma de posesión en el Parlamento fue muy significativa. La presidenta del Parlamento eximió y amnistió a Vox y le evitó el trago de tener que acatar el Estatuto de Autonomía. Refleja muy bien el pensamiento que subyace en este proyecto que va a gobernar Andalucía que es una amenaza clara al autogobierno andaluz. Frente a esto, defenderemos el modelo estatutario y constitucional.

— Vox apelaba en campaña a la "España viva", a tradiciones populares, también al mundo rural... 

"Lo de 'España viva' es 'America First' de Trump"

— No estoy de acuerdo con esa tesis. Lo de la "España viva" es "America First" de Trump. Creo que he escuchado a Enric Juliana que, en el fondo, quien ha entrado por Andalucía es Trump. No estoy de acuerdo en que Vox venga del mundo rural, vienen de las capas urbanas. Nosotros somos una organización en el mundo rural con mucho arraigo y vamos a tener pronto unas jornadas sobre el mundo rural. Hemos sido una de las organizaciones que hemos defendido con más fuerza el mundo rural y no nos van a arrebatar esa bandera. Vox viene de capas del PP muy ideologizadas, su ala más conservadora y de espacios más urbanos que rurales.

— En cuanto a tradiciones culturales con un poso tradicional, hay sectores de población que pueden tener el miedo de que se están perdiendo. ¿Cómo tiene que tratar la izquierda a estos sectores?

— Tenemos que escuchar mucho, sin arrogancia, a todos los movimientos, pero tener claras nuestras posturas y sensibilidades. Me parece un error creernos que son esos los movimientos subyacentes a esta especie de impugnación reaccionaria, a este populismo blanco. Me parece que tenemos que establecer con mucha claridad los mensajes de defensa y de derecho que el patriotismo de bandera oculta. Tenemos que reivindicar un patriotismo de las cosas de comer. Aquí estará la clave del debate político en los próximos años. Las condiciones materiales son las que hacen país, otros símbolos ocultan el gran fraude de las élites políticas y financieras.

— Juan Marín, el líder de Ciudadanos andaluz, acusaba a Adelante Andalucía, en una reciente entrevista, de no estar en la mesa del Parlamento porque no quieren. 

— No es verdad eso, miente, otra cosa es que la gente se crea esa mentira. Será problema nuestro si la gente se cree estas cosas. Nosotros presentamos candidatura, por lo tanto, quisimos entrar. Es Marín y Ciudadanos quienes, en su pacto con Vox, unen sus votos para que Vox entre en vez de nosotros. Tendrán que explicar por qué dieron sus votos a Vox. Si no les hubieran apoyado, nosotros ahora seríamos miembros de la mesa. Miente, sabe que miente, pero necesita mantener ese relato porque sus socios liberales europeos no entienden el pacto de Ciudadanos con la extrema derecha.

— ¿Qué expectativas ven de poder entrar en la mesa?

— Eso se tiene que cumplir. Hemos puesto una reclamación ante la mesa y mañana se reúnen y tendrán que cumplir con el artículo del reglamento que obliga a que todos los grupos parlamentarios estén presentes en la mesa.

— Siempre han dicho que Adelante Andalucía es un proyecto que va más allá de lo electoral. Que buscan también la penetración en la movilización social. 

— Tenemos claro que la única forma de construir contrapoder y conformar una alternativa tiene que ser la intervención social. Ahí tenemos que condensar todos nuestros esfuerzos. La política institucional tiene que ser una política que entre dentro de esa estrategia prioritaria. No se trata de abandonar la institución, sino que el espacio institucional sea parte de esa intervención social y, por lo tanto, parte de una alianza con sectores de la sociedad que se van a ver muy perjudicados con la acción de este gobierno de las derechas y extrema derecha. No basta la esgrima y la oratoria parlamentaria, esta esgrima parlamentaria tiene que ser producto de la construcción y la intervención social.

Adelante Andalucía tiene tres retos por delante, un trabajo solvente y riguroso en la intervención institucional, una alianza social con los sectores víctimas de la crisis y la necesidad de construir una alternativa en Andalucía que sirva para el futuro. El éxito de estos objetivos dependerá del trabajo que vayamos a realizar. Vamos a empezarlo en enero con un encuentro en el que situamos las municipales como inicio de ese objetivo de construcción de contrapoder y que ese fortalecimiento del espacio institucional y de gobierno en los municipios sea también la oportunidad que tendremos de demostrar que se puede gobernar de otra forma, gestionar la administración pública de otra manera, como un espejo de un futuro gobierno andaluz.

— Por último, desde que se conocieron los resultados en Andalucía, se ha hablado mucho de cómo se debe hacer frente a la extrema derecha. No sé si ese cordón sanitario puede ayudar a convertir a Vox como el enemigo a batir y que, por lo tanto, consiga llamar más la atención y más apoyos. Según usted, ¿cómo se debe hacer frente a la extrema derecha?

"Que no nos convirtamos en académicos que seamos percibidos como élites"

— Me parece que, frente a los aspavientos, hay que sacar de la madriguera a la extrema derecha para que se conozcan las propuestas que tienen y combatirlas políticamente. Frente a Vox, menos barroquismo oratorio y más trabajo en la calle que nos permita construir alianzas de trabajo reales. Hay que combatirlas desde la persuasión, pedagogía y el trabajo social en la calle.

Ahí está la clave, que no nos convirtamos en académicos que seamos percibidos como élites, eso nos alejaría mucho de las alianzas sociales necesarias para construir un nuevo proyecto de país.

2 Comments
  1. florentino del Amo Antolin says

    Han perdido los barones !. Esos que hicieron su cortijo particular todo el lar Andaluz; con pactos con la derecha prefabricada de C´S, metiendolos en las instituciones… ¡ y se los ha tragado !. Cuando se supo que entraba VOX, la sultana dijo: » Mejor, así se dividen las derechas «. Ahora que dejan fuera de la mesa a Adelante Andalucía, tampoco se han posicionado, para hacer cumplir el reglamento de su composición. Desmovilizaron el electorado marcandose un Rubalcaba en toda regla… El bipartidismo necesita excluir a Podemos, para que ellos puedan parecer de izquierdas y únicos… ¿ Porqué ?. Susana Díaz tambien dejó caer la frase: ¡ Andalucía soy yo !. ¡ Pobre Andalucía !… Que para buscar votos y tapar miserias tenga que hablar de Catalunya, hasta pasadas las elecciones; para comer 155, merendar, 155, cenar 155… ¡ Y todavia no la han despedido !.
    Las fuerzas transversales, tambien tienen el enemigo dentro; porque los quieren divididos, aquellos estómagos agradecidos particularmente, no desean que triunfen… Haciendo el juego a la misma derecha últra, sin importarles un bledo; que si no se dividen ¡ actuamos !. Creo que Maillo y Teresa deben de patear el urbanísmo con la misma pedagogía
    natural, inclusiva, transversal, solidaria de necesidad… ¿ De qué sirve decir la verdad sobre el fascísmo que se condena, si no se dice nada contra el capitalísmo que lo origina ?. Pues eso, las bancas que se presentan a las elecciones tienen las caras de ese fascísmo oculto representados por pistoleros con caballos, aplastadores del pensamiento libre, ecológico y sufragadores de prohibiciones de memórias hístóricas, educativas, sociales y solidarias. Y que haya gente que pudiese pensar que el VERDUGO es un cielo. Ganáron los verdugos sociales. Perdieron la mayoría necesitada de una Andalucía de por sí humillada, no sabiendo levantarse con altivez al tsunami del señorito que vive lejos y tiene sus gañanes del regimen en posición de ataque, con la simas abiertas para enterrar un gran Púeblo; y si no diluírlo entre dogmas, e imposiciones y muchas banderas…¡ Aquellas que asesinaron ha Lorca, Miguel Hernandez, Caparrós y 32.000 maestros y gritaron… A por ellos !. Son los https://uploads.disquscdn.com/images/46889bc7b39b592900340212ef6e1e62ccf6f8f7443146a7dc8564bdf7c2b942.jpg mismos, las mismas banderas impuestas, con los mismos credos.

  2. ninja45 says

    Los fascistas y corruptos del Partido Podrido, sus Socioslistos y C’s.
    Fachas, no querían que se vuelviera a investir a Puigdemont como President
    de la Generalitat. Pongamos algunos ejemplos concretos de fascismo:
    Los fascistas (que son los defensores de la opresión absoluta y la
    sumisión, y que odian la libertad individual por encima de todo) crean
    un medio de comunicación «ultra» y lo llaman «Libertad Digital», o crean
    un periódico dedicado a insultar, calumniar y mentir sin ninguna base
    razonable y lo llaman «La Razón», crean grupos neonazis y totalitarios,
    y los llaman «Domocracia Nacional», fundan un partido neofranquista y lo
    llaman «Partido Popular», crean un partido desde las élites financieras
    del IBEX35 y le llaman «Ciudadanos», crean entidades destinadas a
    destruir todo aquello que tenga un mínimo de catalán y lo llaman
    «Sociedad Civil Catalana»……Podríamos encontrar centeneres de ejemplos
    del mismo estilo…..buscadlos vosotros mismos y os váis a hartar. Por
    otro lado los catalanes, en general, somos más bien lo contrario.
    Queremos ser rectos, pulcros, limpios, honorables, legalistas, decir la
    verdad, escuchar los razonamientos y puntos de vista con escrupuloso
    respeto, ser pacíficos y pacifístas al estilo Gandhiano y no tener ni una
    sola mancha en nuestro expediente en forma de manipulación, mentira,
    calumnia o injuria hacia nuestros adversarios. Somos tan ridículamente
    escrupulosos, que damos más preferencia a «hacerlo bien» que a «hacer lo
    que haga falta», para conseguir la victoria. Si me pegan, me divorcio.
    Som República !!*!!

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