¿Merece la pena actualizar Windows 10?

1
El asistente de voz Cortana será una de las principales novedades del nuevo Windows 10. / Foto: Microsoft
El asistente de voz Cortana será una de las principales novedades del nuevo Windows 10. / Microsoft

A finales del próximo mes de julio estará disponible para descarga el nuevo sistema operativo de Microsoft, Windows 10. Mucho se ha comentado sobre el nuevo software de los de Redmond, que viene supuestamente a acabar “con todos esos errores” que tuvieron programas anteriores como Windows 8 y que hicieron a muchos usuarios de PC migrar de forma definitiva a otros sistemas, como Mac.

Quienes continúen usando Windows tendrán, el próximo 29 de julio, que enfrentarse a una pregunta complicada: ¿conviene actualizar a la nueva versión del sistema operativo? En Microsoft están tan seguros de que sí, que en esta ocasión han tomado una decisión histórica: los usuarios podrán descargar gratis la actualización.

Hasta ahora, quienes contaban con una versión anterior del sistema operativo tenían que comprar la licencia para la nueva que se hubiese empezado a comercializar. Microsoft, en esta ocasión, concede una actualización gratuita de Windows 10 a todos los usuarios que posean una licencia de activación de Windows 7 o Windows 8 y 8.1

Estos usuarios no tendrán que abonar los 119 euros que costará la versión básica del nuevo Windows 10. Tampoco lo harán quienes compren un ordenador nuevo, pero quienes tengan versiones anteriores, como Windows XP o Vista, tendrán que comprar la actualización.

Apple ya había implementado este concepto del “software gratuito”, ya que desde 2013 ofrece actualizaciones gratuitas para OSX, pero Microsoft aún seguía cobrando por ello. Entramos así en una nueva etapa en el mundo de los sistemas operativos, que a partir de ahora se irán actualizando periódicamente en la nube y no se irán lanzando nuevas versiones, pero todavía habrá usuarios recelosos que, recordando fallos monumentales como Windows Vista, se muestren temerosos a la hora de actualizar su sistema operativo. Sobre todo si están contentos con su rendimiento, algo que ocurre a la mayor parte de quienes trabajan con Windows 7, por ejemplo, pero no se da tanto entre quienes se atrevieron a probar Windows 8.

¿Merece la pena entonces migrar a Windows 10 o conviene quedarse con la versión antigua de Windows? Para resolver esta pregunta lo mejor es analizar qué tiene de nuevo Windows 10 y qué se debería valorar a la hora de tomar una decisión fundamentada a partir del próximo 29 de julio.

Uno de los puntos a tener en cuenta es la seguridad. Cada nueva versión de Windows incorpora medidas que hacen el sistema más fiable. En este caso, Windows 10 llega con un gestor de contraseñas más protegido y nuevas opciones de encriptación.

Además, a partir de su lanzamiento comercial, Microsoft lanzará actualizaciones de seguridad para la última versión de su sistema operativo y en algún momento dejará de hacerlo para el resto. Es decir, pasar a Windows 10 supondrá disponer de un sistema operativo, a priori, más seguro ante ataques de ciberdelincuentes o agujeros de seguridad. Al menos más actualizado.

windows10_3
Apariencia de la nueva configuración. / Microsoft

Las mejoras en el rendimiento de la máquina también inclinan la balanza a favor de la última versión de Windows 10. Aunque de momento todo lo que se ha podido probar son versiones 'preview', todo parece indicar que el sistema operativo es más rápido y consume menos recursos que versiones anteriores, por lo que el ordenador funciona más ligero y permite gestionar recursos en paralelo. Incluso se puede instalar Windows 10 en ordenadores menos potentes que los que necesitaban Windows 8 o Windows Vista para funcionar.

Si bien la seguridad y la rapidez son dos razones “de peso” para pasarse a Windows 10, la que posiblemente termine de convencer a muchos usuarios sea el hecho de poder olvidarse del doble escritorio de Windows 8 y, sobre todo, de su interfaz Metro.

Windows 10 supone la vuelta al tradicional escritorio de Microsoft, sin tener que usar de manera obligatoria el colorista y funcional diseño de “metro”, una capa que unificaba la forma de usar Windows en el PC, el móvil y la tableta que… no acababa de convencer a muchos.

En este sentido, Windows 10 es una vuelta a “lo esencial” de Windows: el escritorio clásico, sin barras laterales emergentes y con la vuelta del menú de inicio, algo que realmente se echaba de menos y que facilita enormemente el acceso a los programas, la búsqueda… e incluso al botón de apagado del equipo.

De todas maneras, en lo que sí continúa Windows la filosofía iniciada por la interfaz metro es en la capacidad de usar un mismo programa en distintos soportes (móvil, ordenador, tableta…) de forma sincronizada y automática: cada usuario cuenta con su contraseña y utilizará su sistema operativo de la misma manera y con la misma configuración lo haga desde el equipo que lo haga.

Otra de sus grandes novedades es Cortana, el asistente de voz que funcionará al estilo de Siri en móvil pero para escritorio y que ayudará al usuario en todo momento para que saque más partido de su equipo.

Pese a todos estos motivos, que incitan a pensar que es conveniente cambiar a Windows 10, máxime cuando no hay un desembolso por medio que realizar, hay que realizar una serie de salvedades.

Por ejemplo, a nivel técnico, aunque no necesitas un equipo muy potente, sí que este tendrá que estar equipado con un procesador de 1 GHz o superior y al menos 2 GB de Ram, así como un disco duro de entre 16 y 20 GB. Con estas características mínimas se garantiza el funcionamiento de la mayor parte de las posibilidades del sistema.

También conviene recordar que, dado que la actualización será gratuita, muchas personas querrán tenerla activa desde el primer día, lo que puede provocar colapsos a la hora de descargarla.

Además, durante los primeros días de uso aparecerán posiblemente nuevos errores que Microsoft no tardará en arreglar, pero que también invitan a pensar que quizá sea conveniente esperar algunos días antes de instalarlo.

Asimismo, es necesario comprobar que los programas básicos que utilizamos en nuestro ordenador serán compatibles con Windows 10. Suele ocurrir cuando cambiamos de sistema operativo que los drivers de la impresora, el antivirus, u otro software que utilizamos, no está adaptado al nuevo programa, por lo que quedan inservibles y no podremos utilizarlos. Esto va a pasar posiblemente con la llegada de Windows 10, por lo que es preciso asegurarse bien antes de actualizar.

1 Comment
  1. juan carlos says

    Me parece muy bien los avances , pero tengo dudas la pimera es si es gratis de por vida, la segunda xconserva todo lo que tiene windows 8.1 en mi maquina la compre con 8 y paso automaticamente a 8.1 ahora como una bomba aparece u contador en forma regresiva cuando faltan 1 dia y 23 horas y sus minutos y segundos de no seguir aSI PERDISTE LA OPRTUNIDAD DE AFERRARSE A UN SISTEMA GRATIS COMO ES WINDOWS 10

Leave A Reply