¿Rebaja fiscal? El Gobierno ha modificado al alza 29 impuestos en 29 meses

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José Luis Bajo Benayas *

El ministro de Economía, Luis de Guindos, ayer, durante la conferencia de prensa tras el Consejo de Ministros. / lamoncloa.gob.es
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ayer, durante la conferencia de prensa tras el Consejo de Ministros. / lamoncloa.gob.es

El Gobierno lleva meses anunciando una rebaja fiscal de calado que, por lo pronto, no llega. Aprovechando el tirón mediático de la campaña electoral a las europeas, el ministro de Economía y Hacienda, Luis de Guindos, lanzó la última promesa asegurando que los ciudadanos notarán “una importante reducción de la carga fiscal” a partir del año 2015. Sobre todo gracias, y según apunta el propio Gobierno, a una simplificación de tramos y a una bajada de tipos en el IRPF para las rentas más modestas. Pero lo cierto es que esa rebaja fiscal fue anunciada ya casi al principio de la legislatura, justo en el momento en que La Moncloa decidió subir el IRPF por el “agujero” que había dejado el PSOE en el déficit público.

Sin embargo, y por numerosas razones, es legítimo pensar que esa futura bajada de impuestos será bastante más cosmética que real. La primera razón la proporcionan, como siempre, los datos. Bruselas ya ha advertido que nuestro país no puede ni podrá relajarse a la hora de combatir el déficit público, que deberá situarse por debajo del 3% en el año 2016. Eso se traducirá en más recortes. Con una Administración exhausta tras casi un lustro de ‘tijeretazos’, el margen de Mariano Rajoy para cuadrar las cuentas se reduce a dos ámbitos: una recuperación vigorosa de la economía (algo que desmienten todas las estadísticas) o un incremento de la recaudación. ¿Y cómo se recauda considerablemente más con un crecimiento raquítico del PIB?

Más datos. Año a año, las estadísticas de Eurostat reflejan que España gasta mucho más de lo que ingresa. Mientras el gasto público no baja del entorno del 42-43% del PIB (42,9% en 2013 y 42,3% en 2014 según datos remitidos a Bruselas por el Ministerio de Economía), los ingresos apenas remontan y se sitúan alrededor del 37% del PIB. Una diferencia entre ambos de casi seis puntos, el equivalente a 60.000 millones de euros. ¿Cómo bajar impuestos con un desfase que solo encuentra parangón en economías como la griega? Pues el Gobierno insiste: será posible y los ciudadanos lo notarán.

La otra razón para dudar de esa “importante reducción de la carga fiscal” la encontramos en la política impositiva del Gobierno desde que accedió a La Moncloa. Una mayoría de los impuestos han sido revisados al alza, algo que a nivel autonómico y local también ha sucedido por la necesidad de las administraciones de combatir su sequía de caja. La legislatura comenzó con la subida de dos puntos en el IRPF, pero eso fue solo el principio.

Veintinueve alzas fiscales

El goteo de aumento de impuestos ha sido incesante en los dos años y medio de legislatura. En concreto, el Ejecutivo de Rajoy ha subido, retocado o creado hasta 29 figuras impositivas en apenas 29 meses de legislatura. Y así consta en el Programa de Estabilidad 2014-2017 remitido a Bruselas hace unas semanas. Por eso, cuesta trabajo creer que la futura rebaja de impuestos vaya a situar la presión impositiva por debajo del lugar en el que se encontraba cuando el PP accedió a La Moncloa. Estas son, grosso modo, las modificaciones impositivas más importantes de los últimos tiempos:

Modificación del IVA. En julio de 2012 el Gobierno reclasificó bienes y servicios, subió el tipo del IVA reducido del 8% al 10% y el del IVA general del 18% al 21%.

Subida del IRPF. De modo “temporal”, aunque continúa vigente, La Moncloa elevó los tipos de gravamen de impuesto a una mayoría de trabajadores.

Aumento de las retenciones a actividades económicas hasta el 21%.

Gravamen especial del 20% para premios de loterías superiores a los 2.500 euros.

Creación de tres nuevos impuestos medioambientales: sobre el valor de la producción de energía eléctrica, sobre producción de combustible nuclear usado y sobre almacenamiento de ese combustible nuclear.

Aumentode la tributación del impuesto de hidrocarburos.

Aumento de los impuestos del alcohol y del tabaco.

Supresión de la compensación fiscal por deducción en adquisición de vivienda habitual adquirida antes del 20 de enero de 2006 y eliminación de la deducción por compra de vivienda desde 2013.

Limitación de deducciones a empresas por sus gastos financieros.

Modificación (al alza) del Impuesto de Sociedades: limitación de la deducibilidad del fondo de comercio; pago fraccionado mínimo sobre resultado contable; aumento de la base imponible de pagos fraccionados con el 25% del importe de los dividendos; incremento de tipos de pagos fraccionados para empresas con cifra de negocios superior a 10, 20 y 60 millones de euros…

Incremento del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).

Nuevo impuesto sobre gases fluorados.

No están todos los que son, pero son todos los que están. A este compendio de subidas de impuestos es lo que el Gobierno ha denominado, en su Programa de Estabilidad 2014-2017, ‘reequilibrio entre presión fiscal directa sobre el trabajo e indirecta’. Pero lo cierto es que se han incrementado los impuestos directos, los indirectos, los especiales… y se han creado otros en el ámbito medioambiental.

Y ahora, ¿qué?

Con el objetivo de dar por fin una buena noticia al electorado, el Ejecutivo encargó a un grupo de expertos un profundo análisis del sistema tributario español. El informe Lagares, de 416 páginas, fue presentado en marzo de este año y puso de manifiesto el poco margen de maniobra con el que cuenta La Moncloa para aprobar esa ansiada rebaja de impuestos. Porque el documento propone reducir el Impuesto de Sociedades y simplificar el IRPF, pero también da por hecho una reclasificación de bienes y servicios que permita una mayor recaudación por IVA y aconseja crear nuevas figuras impositivas en los ámbitos de energía y medio ambiente. Todo ello, además, en un contexto en el que el gasto público quede en el futuro por debajo del 40%, tres puntos menos que ahora, algo que solo se puede conseguir a través de recortes por valor de más de 30.000 millones. Un escenario muy crudo.

El Ejecutivo (por boca de Guindos, de Montoro y de otros ministros) insiste en que no tocará el IVA. Aunque hay que recordar que cuando el PP estaba en la oposición hizo campaña en la calle contra el Gobierno socialista por modificar los tipos en 2010. Y entonces surge una ecuación de difícil respuesta: sin tocar el IVA, bajando el IRPF, reduciendo el Impuesto de Sociedades… y confiando en recaudar más gracias a una recuperación que ni de lejos será vigorosa… ¿Cómo podrá el equipo económico de Rajoy cumplir con Bruselas (y el déficit) y con los ciudadanos al mismo tiempo? Solo el tiempo y el FMI, que hace unos días volvió a soplar en la nuca de Rajoy para que proceda a subir el IVA, lo determinarán.

(*) José Luis Bajo Benayas es periodista.
3 Comments
  1. bruuuuu says

    jajaja, calzoncillo manchao desde el domingo, a ver si aciertas y mejoramos, pero creo que tienes que cambiar de tercio, pero en todo, lo que llevas haciendo tiene a españa en la puta depresion, economica y moral, cenizo, empieza a cambiar la ley laboral y veras como las cosas cambian, echas a la gente del trabajo que tiene unas condiciones aceptables con tu mezquina ley y si no a someterse al arturo de turno por cuatro euros, quien cojones va a gastar? anda y que te f…..y lo peor es que la gente sigue con las ilusiones de los cojones y estos tipos con la mayoria absoluta.

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