Antonio Beteta, ‘El Conciliador’

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Antonio Beteta aprueba una beneficiosa resolución sobre la conciliación a 10 días del 20D. / Efe

Si me permiten el símil taurino, muy buena ha sido la última 'faena' de Antonio Beteta, Secretario de Estado de Administraciones Públicas. Lo digo con y sin retranca porque el asunto puede analizarse desde dos ángulos de visión distintos. Según los intereses electorales del partido al que pertenece –y ayuda- el señor Beteta, o según los derechos laborales del personal al servicio de la Administración General del Estado y sus organismos públicos. Comenzaré por el segundo punto de vista porque la Resolución del Secretario de Estado que voy a comentar, publicada el 10 de diciembre, beneficia los intereses legítimos de gran parte de los empleados públicos.

A tenor de una Resolución de diciembre de 2012, el personal de la Administración General del Estado, desde el 16 de junio hasta el 15 de septiembre de cada año, puede disfrutar de una jornada intensiva de trabajo, a razón de seis horas y media continuadas, entre las 8 h y las 15 h, de lunes a viernes.

Pues bien, he aquí el añadido que establece la última Resolución del Secretario de Estado, vigente a partir del 11 de diciembre de 2015, en relación con la jornada intensiva de verano: “Por motivos de conciliación de la vida personal, familiar y laboral, los empleados públicos con hijos, descendientes o personas sujetas a su tutela o acogimiento de hasta 12 años de edad, podrán acogerse a esta modalidad de jornada intensiva desde el 1 de junio y hasta el 30 de septiembre de cada año. Este derecho podrá ejercerse también en el año en que el menor cumpla la edad de 12 años”.

Por otro lado, esta Resolución va a permitir a los empleados públicos que se reincorporen al servicio activo después de un tratamiento de radioterapia o quimioterapia el disfrute de un período de adaptación progresiva de hasta un mes desde el alta médica (ampliable en un mes adicional) de su jornada de trabajo ordinaria. La adaptación “podrá afectar hasta un 25% de la duración de la jornada diaria, preferentemente en la parte flexible de la misma, considerándose como tiempo de trabajo efectivo”. Excepcionalmente, esta medida podrá aplicarse también en procesos de recuperación de otros tratamientos de especial gravedad.

Sólo las personas enfermas de inhumanidad pondrán objeciones a las dos disposiciones transcritas, que se han discutido en la Mesa General de Negociación de la Administración General del Estado y sus organismos públicos. Sólo individuos que no sienten empatía hacia las personas afectadas pondrán reparos a la voluntad del Secretario de Estado de mejorar la conciliación de la vida familiar o laboral (primera disposición) y de limar las dificultades e inconvenientes que una jornada de trabajo completa produce a los empleados que acaban de salir de un penoso tratamiento de radioterapia o quimioterapia.

Nada que objetar por mi parte. Salvo quizás –y aludo ya a la 'faena particular' de Beteta y sus amigos políticos− la publicación de una Resolución con multitud de destinatarios justo diez días antes de las elecciones generales. ¡Olé, Beteta!

1 Comment
  1. Sagitariomd44 says

    Y como siempre los funcionarios un paso más en sus privilegios respecto al resto de los mortales. Hasta dónde va a llegar la desigualdad con el resto de trabajadores de éste país?

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