"Candidito, Candidito, voy a darte de hostias"

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Ser fiscal general del Estado implica sus riesgos. No se trata sólo de que el puesto es un pim pam pum, y si un día es el PP el que te acusa de persecución, al otro son los sindicatos policiales los que te ponen una querella. Con el fiscal general no caben florilegios. O manipula los informes y es un sectario, como buen brazo ejecutor del Gobierno, o se le presenta como el protector de De Juana Chaos y de Otegi. No hay día que a Cándido Conde Pumpido no le piten los oídos.

 Lo habitual, por tanto, es la crítica despiadada. Un fiscal general del Estado nunca será el más popular de la fiesta. Ahora bien, lo que resulta impensable es el miedo físico, el temor a que alguien te ponga la cara como un mapamundi, pero hasta por esas ha pasado Conde Pumpido en un lugar, además, completamente insospechado.

 Ocurrió hace tres años, en plena recepción en el Palacio Real con motivo de la celebración de la Fiesta Nacional el 12 de octubre. Conde Pumpido se acercó a un grupo en el que alternaban varios ex ministros socialistas de los gobiernos de Felipe González. El fiscal comenzó a estrechar manos hasta llegar a José Luis Corcuera, a quien se dispuso a saludar. La prudencia hubiera aconsejado evitar el encuentro porque Corcuera es de los que tienen memoria y nunca ha olvidado que, como magistrado, Pumpido había participado en el juicio contra el ex también titular de Interior José Barrionuevo y su número dos, Rafael Vera, por el secuestro de Segundo Marey, donde se pronunció por condenar a ambos.

 “Candidito, Candidito”, le espetó a gritos Corcuera. “Voy a darte de hostias hasta sacarte por la ventana”. Según uno de los integrantes de corrillo, los gritos llegaron a oídos del Rey, que aún sin audífonos habría escuchado las imprecaciones del ex ministro, dado el nivel de decibelios del altercado. Don Juan Carlos se acercó al grupo y puso paz antes de que Corcuera cumpliera su amenaza y el escándalo fuera de dominio público. El fiscal general del Estado aprovechó el momento para tomar las de Villadiego y poner su cara a salvo.

 Corcuera no es de lo que se paran en barras. Tiempo atrás había protagonizado un incidente similar en la sede del PSOE, tras enterarse que el partido había decidido dejar de pagar a los abogados del caso GAL, entre ellos al de Vera, Manuel Cobo del Rosal, de quien los socialistas aseguraban que habían abonado con creces su astronómica minuta, y la del propio letrado de Corcuera, Leopoldo Torres, con el que posteriormente se llegó a un acuerdo para compensarle con otros asuntos.

 El ex responsable de Interior llegó entonado a la calle Ferraz y exigió ver al entonces secretario de Organización, José Blanco. Los empleados del partido le pidieron sus datos y le dijeron que debía esperar. Corcuera montó en cólera y la emprendió a gritos con los que allí se encontraban. Ni que decir tiene que Blanco le recibió aquella misma tarde.

 El caso es que el episodio del Palacio Real debió de dejarle mal sabor de boca y quiso enmendar su comportamiento. Con las mismas, telefoneó al Rey: “Señor, me gustaría que como desagravio aceptara una invitación a cenar”. Y el Rey, aceptó. Entre los comensales, cuya discreción es encomiable, se encontraban Nicolás Redondo padre y Santiago Carrillo.

 Si se le encontrara de frente, quizás Conde Pumpido no reconocería hoy a Corcuera. A finales de año se sometió a una operación en la que le implantaron varios bypass y cuentan que ha perdido cerca de 20 kilos. Dicen que está en forma. Que el fiscal se ande con cuidado. 

5 Comments
  1. Posidonio says

    Me alegro por la salud de Corcuera y la cara de Pumpido, naturalmente.

  2. SO says

    Tras este artículo seguro que las hostias te las rifa a tí. Menudo es don «patada en la puerta». Otros cotilleos sobre el personaje hablaban hace años ya de sus correrías por marruecos, de las que tenía información de primera mano su homólogo alahuí, para utilizarla según el momento.

  3. jonathan says

    Norabuena, Escudier.

  4. Cal viva says

    Para rencoroso el Rodriguez Ibarra, casi tanto como aquel Damborenea el GAL, jefe de partido en su día de Rosa Díez en el PSE, y quien sabe si no termina en UPyD de candidato por Euskadi. Peores cosas hemos visto.

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