Chacón elimina el franquismo visible

Los responsables del Ministerio de Defensa y los mandos de los cuarteles generales ya han retirado 321 de los 415 vestigios franquistas existentes en los edificios militares. El secretario de Estado de Defensa y ex delegado del Gobierno en Madrid, Constantino Méndez, ha aportado esos datos despues de que los diputados Gaspar Llamazares (IU-ICV) y Jesús Cuadrado (PSOE) le preguntasen sobre la aplicación de la ley de la Memoria Histórica en las dependencias militares. 

Desde que entró en vigor la mencionada ley de 26 de diciembre de 2007 que disponía que se retirasen los símbolos de la dictadura de las calles, plazas y edificios públicos, el Gobierno ha realizado un catálogo de escudos, placas, memoriales, bustos, insignias, estatuas y demás vestigios existentes en los centros y dependencias de la Administración General del Estado. 

En los cuarteles y edificios de Defensa se han contabilizado 415 objetos o elementos de exaltación y recuerdo de la sublevación y la dictadura. Sólo diez de ellos estaban amparados o protegidos por su calidad o valor artístico y serán conservados a mayor gloria de  fidias y plomeros de aquel tiempo. En otros cuatro casos, una comisión de expertos deberá decidir entre la retirada o la conservación. Parco balance cultural el de un régimen cruel y dictatorial cuyo jefe, aquejado del síndrome de keops, se empeñó en mostrar su inmortalidad imperial en plazas, calles y paredes. 

Según Méndez, “321 vestigios ya han sido ejecutados en los cuarteles y otros 80 lo serán de forma inmediata", con lo que terminará la operación limpieza en el departamento del que es ministra Carme Chacón. ¿Y en los demás Ministerios? Habrá que esperar el balance que ofrezcan sus responsables. Más allá de los símbolos, el ex presidente Felipe González denunció el viernes la pervivencia del franquismo en la judicatura cuando dijo ante los delegados e invitados al congreso del PSOE de Andalucía que nos “ha costado menos cambiar a las Fuerzas Armadas que a la justicia". 

Tal vez con el franquismo judicial esté ocurriendo lo que con la estatua del dictador Miguel Primo de Rivera. Y ya se sabe que su ascenso al poder sirvió, entre otras cosas, para que nadie rindiera cuentas por la matanza de Anual. Para conservar su estatua bastó una limpieza nominal. Le quitaron el nombre y ahí sigue. Muchos vecinos y no pocos transeúntes que cruzan ante ella por la calle del Doctor Gómez Ulla de Cádiz la miran con indiferencia. Casi nadie sabe a quién representa. Pero algunos dicen que el peñasco de ese tío con capote y correaje militar asusta a los niños y preserva de sus juegos el jardín que ocupa, ante el antiguo Gobierno Militar y actual centro Reina Sofía.